El esfuerzo que desarrolló el torero tlaxcalteca Angelino de Arriaga, le valió el reconocimiento de la afición sevillana esta tarde en su presentación en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.
No fue una tarde redonda, se fue sin tocar pelo, sin embargo, Angelino de Arriaga le llamaron a saludar en sendas ocasiones en su presentación en Sevilla, con novillos equidistantes de comportamiento, al final el comentario generalizado fue: "El mexicanito tiene buenas cosas”.
Aprovechando la oportunidad del quite, en el novillo de El Nico, las ajustadas gaoneras, remembranza, de un torero querido por la afición andaluza, con lo que puso el punto de lo que sería su actuación.
El primero, de Fidel San Román, tuvo movilidad y empuje, eso le impuso de principio al sufrir una colada que le mandó de cabeza al callejón; atemperó los nervios y se ajustó en un buen saludo con el capote. Eso calentó a la gente, vamos, la carta de presentación fue grata y se entregaron con él.
Con la muleta, el novillo metió la cabeza con fuerza y boyantía, hecho que supo aprovechar al correrle la mano con calidad, sobre todo por el pitón derecho. No sonó la música, sin embargo, la gente le aplaudió fuertemente al rematar las series. Fue una faena corta, pero con detalles de calidad.
Estuvo certero con la espada, pero la colocación no acabó de rematar, aún así la gente le llamó al tercio con fuerza, además que el astado fue ovacionado en el arrastre, pues tuvo calidad de principio a fin.
El segundo, totalmente distinto al tercero, le exigió sobre todo paciencia, estar en el sitio y aprovechar las pocas embestidas que ofreció. Con el estoque se entregó, eso le valió la segunda ovación de la tarde, vamos, las únicas dos francas que se escucharon para la terna a lo largo del festejo.
También Nicolás López "El Nico" pudo paladear el cariño de la afición sevillana, empeñoso en cada momento tuvo quizá los mejores momentos de la tarde con el segundo, pero no acabó de romper y fue ovacionado. Decidido a no dejar pasar la oportunidad, con el quinto hizo una faena riñonuda, con un toro tan peligroso como manso.
La despedida de novillero de Alejandro Esplá no tuvo mucho brillo, la afición le exigió en todo momento, pero con su primero, un novillo bueno, apenas mostró detalles de esos que semejan a su padre. Con el segundo se fue en blanco con un toro listillo, pese a estar afanoso, poco le reconocieron.
Crónica fotográfica de la novillada de Sevilla