Fue una fiesta el recibimiento, misma que pensábamos sería solo al comienzo del festejo para manifestarle al caballero navarro, cuánto se le aprecia en tierras jaliscienses; tierra de mujeres hermosas y de pasión por los caballos. Sin embargo, esta se extendió a través de todo la tarde con el triunfo histórico conseguido por su hijo Guillermo, al indultar un toro, y del propio Pablo con las cuatro orejas que cortó en una plaza que siempre le ha venido cuesta arriba.

Hubo charros, amazonas de una escaramuza, música de mariachi, bailables de jalisco. Y sobre todo, manifestaciones de cariño hacia Pablo Hermoso de Mendoza. Mas ingredientes –lo más importante– un encierro tal y como gustan en esta exigente plaza: toros serios, finos, con edad, con equilibrada romana, con trapío… ¡Casi todos con bravura! Lo que a través de la tarde le trasmitió muchas emociones al público, que la pasó de lujo.

El triunfo grande lo tuvo Guillermo Hermoso. Sí, se llevó en el sorteo el premio gordo. Pero un premio gordo en el toreo exige una capacidad inusual. Guillermo recibió a porta gayola a "Venadito", un toro bravo que no regaló una sola embestida. Cada una de ellas había que hacer lo que hizo el joven rejoneador: ¡torearlo por nota! Luego de la impactante salida del de Peñalba, el rejoneador lo llevó toreado a la mínima distancia, tanto a la grupa, como al estribo. Todo muy bien estructurado, muy bien toreado, con la emoción que transmite la bravura cuando se le encauza con valor y torería. Las monturas, en manos de este joven torero, fueron útiles de torear; es decir, extensiones de su cuerpo.

Antes estar preparando la suerte de matar, la plaza entera le exigió a Alfredo Sahagún que el de Peñalba fuera indultado. El juez de plaza no dudó. Asomó un pañuelo verde que hacía muchos años no aparecía en ese palco. ¿Polémico el indulto? Como todos, pero... "la ley del pueblo..." y todos felices.

La actuación de Pablo fue auténtica una cátedra de equitación, valentía, entrega y buen toreo. La bravura, como la que hoy mostraron los toros de Javier Bernaldo, no son enchílame otra gorda. Hay que estar a tope en el valor y en la sapiencia. Así que vaya que hoy lució Hermoso de Mendoza. Por fortuna estuvo acertado con los aceros y cortó dos orejas por partida doble, en uno de sus triunfos más abultados en este coso donde se presentó, por vez primera, en el lejano año de 1999.

Grata sorpresa fue el caballero mexicano, Fauro Aloi, sobre todo con el cierra plaza, segundo de su lote. Ya muy concentrado, luego de asimilar el gran compromiso que para él fue estar incluido en tan importante cartel, en tan significativa tarde, se dio gusto con "Andasolo", un toro con toda la barba, lo que aumentó el mérito de Aloi.

Clavó banderillas de poder a poder, al violín, o cerrado en tablas, convencieron a la exigente parroquia de la "Nuevo Progreso". Mató de un pinchazo y certero rejón de muerte y cuando se esperaba el veredicto del público a ver si le concedían una merecida oreja, de pronto se apagó la luz de la plaza para dar paso a la gran fiesta de despedida de Hermoso, que tuvo a bien invitar a Fauro a compartirla, y ahí, el público, terminó por ovacionarlo tras una importante actuación en la que demostró un buen nivel toreo y posibilidades de seguir creciendo en la profesión.

Valiente actuación brindó también un grupo de forcados compuesto por elementos de distintos grupos mexicanos de varias épocas, así como forcados portugueses del grupo de Monsaraz, quienes realizaron cuatro emocionantes pegas: dos de ellas con los grupos combinados. Destaco la conexión que tiene René Tirado con el público tapatío. Pegaron un toro de Pablo y otro de Guillermo, así como los dos de Fauro, y realizaron una labor repleta de entrega.

Para el próximo domingo, la empresa anuncia un encierro de Barralva, de encaste Atanasio Fernández, para Uriel Moreno "El Zapata", el venezolano Jesús Enrique Colombo y André Lagravere "El Galo".