Qué gratificante es ver a un valor joven del toreo consolidarse en ruedo tan exigente como el de la plaza "Nuevo Progreso" de Guadalajara. Hoy, Diego San Román, se ha convertido en el consentido de la afición tapatía que estuvo a punto de llenar el coso de la calzada Independencia.
Su entrega, valor, y buen toreo, le permitieron dar un serio golpe de autoridad en la confrontación con la figura del toreo, el peruano Andrés Roca Rey. Hoy, el queretano se le fue por delante, a pesar de que el peruano obsequió incluso un ejemplar de Xajay.
Destaco la faena de una emocionante función al sexto de Villa Carmela.
"Enólogo" fue un colorado ligero de carnes, (como parece, en contra de la exigencia y gusto que la afición tapatía tiende por costumbre). Diego lo recibió de hinojos con tres verónicas. De pie dio otras cuatro rematadas con una revolera que le fueron muy ovacionadas. Luego del enérgico tercio de varas realizó un quite por ceñidas gaoneras que incluyeron un achuchón muy serio. No echó la pata pa’tras… al contrario.
Con la muleta se hizo del toro con pases por bajo, muy bien toreados y poderosos, con rodilla flexionada, aunque el de Villa Carmela tendía a acostarse por ambos lados, a reducir el ritmo en su embestida; pero el torero le tragó en serio. Sobre todo, en tres dosantinas en la que, en la última, nuevamente fue cogido de forma tan peligrosa, que hizo temer un fuerte cate. Por fortuna, no fue así. Volvió al toro arropado por el grito consagratorio de una plaza entregada en pie al espada queretano. Abrochó su labor con escalofriantes manoletinas y un espadazo hasta la bola que hizo explotar de gusto los tendidos abarrotados. San Román cortó dos orejas y dejó en alto su nombre.
Al toro corrido en tercer lugar, "Cantador" de nombre, Diego lo recibió en el tercio final con péndulos por ambos lados a los que le siguieron naturales con temple. Muy pronto, el toro comenzó a venir a menos; pero el queretano le aguantó horrores porque embestía en cámara lenta, poniéndolo con los pitones en la barriga.
Por si fuera poco, San Román se arrodilló para llevarlo por naturales. Ya de pie cuajó un emocionante par de dosantinas que reventaron los tendidos. A pesar del pinchazo, la plaza entera le exigió al juez de plaza Alfredo Sahagún, la bien ganada oreja. Al final fue sacado en hombros y se convirtió en el máximo triunfador de la Temporada de Reapertura, dejando muy alto el listón.
Andrés Roca Rey se entregó sin cortapisas con los tres enemigos, dos que le correspondieron en el sorteo de Villa Carmela y un obsequio del hierro de Xajay.
No es novedad que Roca Rey es un dominador del toreo, desde siempre. Que su entrega temeraria ha sido una característica de su personalidad. Esas virtudes las puso en juego a lo largo de toda la función.
Al primero de su lote lo toreó por verónicas con toda la ortodoxia que tiene la lidia de reses bravas. Comenzó en el tercio de tablas por verónicas, al principio a pies juntos; le fue ganando terreno, hasta concluir con media de pintura en el mismísimo centro del ruedo.
Andando. Sí andando –que muy poco ya se ve– también desde el tercio hasta los medios, con pases de la firma y trincherillas con la muleta en la diestra. Luego de bien torear con pausa, temple, distancia y mando, se cambió de mano para cuajarle seis naturales y el remate en cámara lenta. El broche de oro fueron tres dosantinas, la última con torerísimo cambio de mano a la zurda. Mató de media lagartijera que bastó y paseó el trofeo merecido ganado.
"Buen Amigo", segundo de su lote, se rajó muy pronto y no hubo nada que hacer. El de regalo, de Xajay, tampoco fue materia prima para una faena de peso, y la gente se quedó con ganas de más.
A Octavio García "El Payo" tampoco le caminaron bien las cosas. El primero de la tarde, a fe buena que fue un toro soso. Al que, dicho sea de paso, el torero pareció hacerle el feo. Encima se vio fatal con los aceros y se echó encima al público.
Con el cuarto de la tarde, que tampoco era materia prima óptima, el rubio espada iba por el mismo camino. Pero el público le apretó en serio y, la verdad sea dicha, El Payo tiene carácter. Se apretó los machos y demostró que está vigente y con toda la disposición. Al final, ese mismo público le exigió a la autoridad de plaza, un bien ganado trofeo, premio al esfuerzo desplegado.
Para el próximo domingo 23 de febrero, la empresa anuncia un interesante encierro del hierro tlaxcalteca de Tenexac, para los tapatíos Óscar Rodríguez “El Sevillano, Pepe Murillo y el fino artista gaditano David Galván, quien se presentará en esta plaza luego de haber triunfado el año pasado en la plaza "La Luz" de León con toros de esta divisa.