Y es que hasta que no apareció en el ruedo el cuarto, armonioso de hechuras que tuvo calidad, la corrida iba dando tumbos hasta que Guillermo vino a demostrar, una vez más, que quiere abrirse camino en México por sus propios méritos, y cuajó una faena de magnífico acabado a lo largo de los tres tercios y con distintos caballos, siendo su actuación montando a "Nairobi" lo más sobresaliente cuando toreo dando el pecho y colocando la cara del caballo a centímetros del testuz del toro.
También había galopado con temple sobre otro caballo castaño, con el que se prodigó haciendo "la hermosina", alternando los lados de la grupa para llevar al de La Estancia cosido a la cola, en un momento muy emotivo que la gente disfrutó. Tras los adornos con la rosa, que clavó en un palmo de terreno y el par a dos manos, vino la suerte de matar, que ejecutó ahondando el rejón de muerte, un detalle que no gustó al púbico.
Por ello no le concedieron esa segunda oreja que hubiese sido merecida luego de esta demostración de un excelente toreo a caballo, y se tuvo que resignar con pasear la única oreja que se cortó a lo largo de una corrida de larga duración.
Con el toro que abrió plaza, que fue deslucido, Guillermo ya había enseñado sus credenciales en una labor tan digna como resolutiva en la que lució montando a "Malbec", aunque habría que apuntar que la presencia de uno de sus auxiliadores en el ruedo no agradó a la concurrencia. Al margen de este apoyo, el torero navarro sacó recursos y resolvió la papeleta desahogadamente para escuchar las palmas cuando se retiró a la barrera luego de señalar dos pinchazos, y dejar un último rejón trasero y contrario.
San Román pasó fatigas con un toro que tuvo genio y embestía con violencia, y luego de haber rivalizado en quites con Fonseca, le tragó al de La Estancia con su sólido valor, en un trasteo de alta tensión que culminó de un pinchazo, un intento en el que se fue en banda, y una estocada trasera y perpendicular.
La ley de probabilidades no favoreció al queretano, que en el quinto se pegó un arrimón con un toro que comenzó embistiendo con transmisión y terminó rajado en tablas. No se salvó Diego de sufrir una voltereta en ese admirable afán de situarse muy cerca de los pitones del toro, en un alarde de valor y toreo encimista, antes de dejar un bajonazo y otra estocada defectuosa para marcharse contrariado, pues es evidente que él venía a otra cosa esta noche, considerando los magníficos antecedentes de tardes anteriores en este escenario.
Fonseca estuvo igualmente dispuesto toda la noche, y realizó un buen quite por chicuelinas al toro de San Román y luego inició una faena de forma riesgosa y trepidante, cambiando al tercero en los medios con varios péndulos de rodillas.
Cuando parecía que aquella faena iba a cobrar vuelo, el de La Estancia, que sacó complicaciones, se lo echó a los lomos de forma aparatosa y el moreliano se dio un golpazo en la parte baja de la espalda. Maltrecho regresó a la cara del toro con su característico pundonor, pero no consiguió enderezar el rumbo del trasteo que acabó con una estocada entera, pero delantera y desprendida.
Consciente de la necesidad de trascender, se fue a recibir a porta gayola al sexto, al que le dio una limpia larga cambiada en los medios, y luego hizo una faena de poco calado en el tendido con un toro manejable pero que decía poco. Isaac alargó su labor de manera innecesaria y tras un deficiente manejo de la espada, se eternizó con el descabello hasta que escuchó el tercer aviso.
Habría que reflexionar en la duración de las faenas que, en México, de por sí son largas, y pensar que en el toreo la concisión es importante. Porque difícilmente se va a triunfar cuando al final de la lidia el interés se ha diluido, y, por tanto, la brevedad no sólo es una especie de cortesía hacia la gente, sino un hecho que hoy, tal vez, le hubiese evitado a Fonseca la amargura de dejarse un toro vivo y retirarse en medio de una silbatina.
En menos de 24 horas se realizará la esperada corrida de aniversario en el coso de Insurgentes, con la despedida de Enrique Ponce como plato fuerte de estos festejos en los que se espera que haya más logros de relieve, como el que conquistó Roca Rey el día de ayer, y que ha sido tema de conversación.