Las actividades del XI Congreso Mundial de Ganaderos de Toros de Lidia comenzó hoy en Aguascalientes con la bienvenida de la Secretaria de Turismo, Gloria María Romo Cuesta, que acudió en representación de la gobernadora Tere Jiménez Esquivel; Juan Pablo Franco Díaz, presidente de la Unión Ganadera Regional de Aguascalientes, en representación de Homero García de la Llata, presidente de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas.
Asimismo, por parte de los ganaderos estuvieron presentes Miguel Gutiérrez Botero, presidente de la Asociación de Toros de Colombia; Juan Pedro Domecq Morenes, en representación de Antonio Bañuelos, presidente de la Real Unión de Criadores de Toros de Lidia, así como Ramiro Alatorre Rivero, presidente de la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia, institución organizadora de este encuentro, el tercero que se realiza en México y el segundo que se lleva a cabo en la ciudad de Aguascalientes.
Gloria Romo dio una afectuosa bienvenida a todos los ganaderos congregados esta mañana en el Teatro Morelos, consciente de la relevancia de la fiesta de los toros como un importante motor del turismo en el estado, y cuyo desarrollo favorece una parte de la economía no sólo durante la época de la Feria de San Marcos, sino también en el Festival de Calaveras y, en esta ocasión especial, con el marco del 50 Aniversario de la Monumental de Aguascalientes.
Acto seguido, Ramiro Alatorre envió un mensaje de la importancia de la unidad que se requiere en estos momentos para defender a la tauromaquia como una expresión cultural de hondas raíces, y las connotaciones ambientalistas que la crianza del toro tiene implícitas, además de hablar de la empatía y solidaridad con sus compañeros ganaderos de Colombia en unos tiempos muy adversos para el país sudamericano, que hoy día está amenazado con la prohibición de los festejos taurinos derivado de una ley aprobada hace algunos meses.
Una vez instalado el congreso, se dio paso a la primera mesa de trabajo titulada "El toro como bandera de defensa de la tauromaquia", en la que participaron Juan Pedro Domecq y Miguel Gutiérrez, además del ganadero tlaxcalteca Antonio De Haro, misma que fue moderada por el periodista Juan Antonio de Labra.
Cada uno de los criadores externó un personal punto de vista del desafío que enfrenta la ganadería de lidia en la actualidad, y necesidad de orquestar diversas acciones que favorezcan su persistencia, sin paralizarse ante las complicaciones que cada país enfrenta en unos tiempos donde parece prevalecer una inversión de los valores.
La participación de Miguel Gutiérrez, ganadero de Dosgutiérrez, en esta mesa, tenía una significación especial, ya que, como todos sus compañeros colombianos, ahora mismo se encuentran esperanzado en que la Corte Constitucional de Colombia revoque la prohibición que entraría en vigor una vez que concluyan los tres años de gracia que establece la nueva ley prohibicionista.
El relato de los acontecimientos hecho por el ganadero Gutiérrez, debe servir de experiencia en otros escenarios, de los que México no se encuentra a salvo, y por ello está convencido de que es imperativo trabajar con mayor determinación para evitar que ocurra algo similar, y fomentar la unidad es un elemento fundamental para conseguir dicho objetivo.
En este sentido, Juan Pedro Domecq propuso la creación de una federación internacional de ganaderos de lidia, con la finalidad de trabajar sobre las bases de cada una de las agrupaciones de ganaderos que hay en el planeta de los toros, y de esta manera tener una representatividad más amplia y fuerte, que permita hacer visible todo lo que conlleva la crianza del toro como un gremio que está a la par en relevancia a lo que hacen los ganaderos de las razas de abasto.
Esta fórmula permitiría buscar que los legisladores tuvieran una visión más detallada y realista de todo aquello que hay detrás de la corrida, sin perder de vista la trascendencia del sentido ecológico de la ganadería de lidia, ahí donde el toro es garante de la pervivencia de otras especias de fauna y flora en esas "reservas ecológicas" que son las ganaderías de bravo.
Por su parte, Antonio de Haro habló del aficionado, desde su sentimiento personal, y hacer ver a los políticos lo que la Fiesta Brava significa para quien acude a la taquilla de una plaza y compra un boleto para ir a una corrida de toros; es decir, el aficionado o el espectador ocasional, la masa que llena una monumental; ése "pueblo" del que tanto hablan los políticos merece un respeto y sería preponderante escuchar su opinión y darle voz.
Conscientes de la necesidad de hacer una actualización o modernización de la Fiesta Brava si así fuera requerido, los ganaderos se mostraron abiertos al diálogo, a reunir la información suficiente para exponerla y crear una verdadera conciencia de lo que implica la tauromaquia y, en concreto, la actividad de la crianza del toro y todo lo que está a su alrededor.
Al final de esta interesante conversación, que duró más de una hora y media, se abrió una sesión de preguntas y respuestas que también resultó provechosa por los comentarios que derivaron de las intervenciones de distintos ganaderos, mismas que dieron pie a varias reflexiones que motivan a no bajar la guardia y continuar con el estandarte del toro de lidia como emblema principal de la batalla.