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El Payo, filigrana en plata de ley

Lunes, 16 Sep 2024    ZAC, Zac.    De Labra | Foto: Jiménez           
Cuajó una artística faena, mientras que El Galo salió a hombros
Octavio García “El Payo” está inspirado, y cada vez sigue siendo más fiel a su sentimiento torero, y así como en la pasada Feria de Aguascalientes cuajó una faena de gran fondo artístico a un toro de Bernaldo de Quirós, y hoy en Zacatecas repitió color con uno de La Concepción, así que, al margen de no haber salido por la Puerta Grande, lo que sí consiguió el esforzado André Lagravere “El Galo”, la pauta y la huella la dejó el queretano.

A estas alturas de su vida, de una trayectoria taurina plagada de momentos buenos y malos, como todo artista que se precie, El Payo no desaprovechó la gran calidad de “Insurgente”, al que lidió en segundo lugar, no obstante que era el primer espada del cartel.

Y es que un error de los torileros obligó a El Galo a enfrentar al que abrió plaza, sitio que, por antigüedad, correspondía a Octavio. Pero bien dicen que el orden de los factores no altera el producto, en este caso el resultado, porque El Payo se dio cuenta de la nobleza y la clase de "Insurgente" desde que lo toreó a la verónica y más aún cuando lo llevó al caballo con unos lances tersos que centraron al público en lo que iba a ver a continuación.

El de La Concepción no estaba sobrado de fuerza, tampoco de trapío, es verdad, como toda la corrida del hierro jalisciense, pero se dejó torear de sobra y eso, en estos tiempos que corren, ya es una ventaja que no hay que desaprovechar.

Lo bueno fue que cayó en manos de un torero en estado de gracia, y lo mejor fue el temple de seda de sus trazos, la altura en que colocó la muleta, la torería al entrar a las suertes y al rematarlas; en suma, una faena de filigrana pura, en la tierra de la plaza, como los bordados del vestido blanco de El Payo.

Esa sinfonía de bien torear fue aquilatada por el público, siempre sabio, que lo mismo sabe captar una obra de arte de esta sutileza, así como la algarabía que provoca un toreo de juvenil entrega, como el que prodigaron El Galo y Arturo Gilio, habiendo salido a hombros el primero y cortado una oreja el segundo, con un toro de regalo, respectivamente.

Pero volviendo al Payo, a la hora de entrar a matar señaló un pinchazo y luego una buena estocada, para cortar una oreja nada más, quizá porque le estocada quedó desprendida y el juez Armando Esparza empleó el mismo criterio que había puesto en práctica la tarde anterior, cuando le negó un apéndice a Juan Pablo Sánchez por una estocada similar.

La gente abroncó al juez, que pidió una segunda oreja con fuerza, mientras El Payo recorría el redondel con una amplia sonrisa en los labios, producto de saber que toreó para él, como le gusta, como lo anhela. Y eso vale más que cualquier cosa si la gente se vuelca y entrega su reconocimiento y su cariño a un torero.

La faena al cuarto fue distinta, más de cara a pretender cortar una oreja de esas "paisaneras", con un toreo que distó mucho de la elegancia y la clase desplegada delante de "Insurgente", un toro que debió haber sido premiado con arrastre lento.

Si El Payo dejó el ambiente preñado de sensibilidad y torería, El Galo vino desde su natal Mérida a demostrar que se un torero válido, porque no sólo tiene una buena percha y una personalidad agradable, sino un toreo variado y vistoso, que además cubre el tercio de banderillas con alegría.

Así realizó una primera faena de buen acabado que culminó con una media estocada desprendida que fue suficiente para cortar la primera oreja de su cuenta personal, y añadió otra, la del quinto, un remiendo del hierro de San Mateo, al que también le hizo fiestas en una faena intermitente que remató de una estocada valerosa, con un toro que tal vez hubiera dado más juego de no haberse dado un fuerte golpe en un pitón, que terminó aflojándose.

Gilio no había debutado con el pie derecho en esta plaza en la que también toreó su padre, y aunque dibujó pasajes sueltos de toreo asentado en los dos toros de su lote, que dieron poco juego, con el de regalo, que era el que se había quedado como sobrero, no quiso quedarse sin plasmar su toreo de plantas asentadas, trazo largo y recio, en una faena maciza que coronó de una buena estocada para cortar una merecida oreja.

Al final El Galo salió en hombros y eso cuenta, mientras que Gilio y El Payo lo hicieron a pie; uno sabedor de que sigue sumando y abriéndose camino; el otro, consciente de que la suerte le está brindando oportunidades inesperadas para mostrarse como artista, tal y como aquí, en la feria de 2014, cuando encontró su cauce expresivo del que ya no se ha apartado y que lo ha distinguido entre los toreros de su generación.

Ficha
Zacatecas, Zac.- Plaza Monumental. Tercer festejo de feria. Media entrada, en tarde nublada. Seis toros de La Concepción (el 7o., como regalo) y uno de San Mateo (5o., remiendo del hierro titular), bajos y armoniosos de hechuras, de juego variado, de los que destacó el 2o., por su gran clase. Pesos: 453, 456, 450, 455, 455, 456 y 450 kilos. Octavio García "El Payo" (blanco y plata): Oreja y vuelta tras fuerte petición. André Lagravere "El Galo" (burdeos y oro): Oreja y oreja. Arturo Gilio (blanco y oro): Ovación tras petición, silencio y oreja en el de regalo. Incidencias: Por un error de los torileros salió al ruedo el 2o. en primer lugar, así que El Galo abrió plaza. La corrida comenzó a las 17:00 horas para dar tiempo a la entrada del público que estaba afuera en la fila de la taquilla, y que llegara la banda de Fresnillo.


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