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San Román sale a hombros en Juriquilla

Domingo, 15 Sep 2024    Juriquilla, Qro.    Fernando Romero | Foto: Cervantes         
Cortó tres orejas en la tradicional corrida de la Independencia
Oficio sobre linaje, sobre casta, así podríamos resumir esta tarde de Fiestas Patrias; los tres alternantes dieron lecciones de su personal estofa. Diego San Román cortó tres orejas y se alzó como el máximo triunfador de la corrida de hoy en Provincia Juriquilla; donde cuajó a los dos toros de su lote, ante un público que se le entregó en todo momento, al igual que a sus alternantes: Jorge Hernández Gárate en reconocimiento a su trayectoria; y a Román, por su entrega.

El benjamín del cartel, el dinástico torero de la tierra, sigue puliendo su tauromaquia basada en un valor a prueba de la diversidad de maneras que exhiban sus enemigos; arrancó su participación a contracorriente, a la salida del tercero de la tarde, respondió con ceñidas chicuelinas; lució, no sin apuros. 

Tras la suerte de banderillas ─en la que Alejandro Prado tuvo que echar mano de sus recursos─ inició con mimos y administrando las condiciones del astado; medias embestidas y aquerenciado. Buscó por ambos pitones, mientras el toro lo permitía, y culminó la faena en la barrera. Luego de estocada contraria y trasera, el burel rodó por la arena y desde el biombo de la autoridad vino el primer apéndice. Como si hubiera habido un acuerdo para agradar al respetable… hasta el final, lo mejor llegó con el cierraplaza. 

A pesar de que Diego pudo coger las de villadiego, decidió labrar con lo que había y cuajó la faena de la función. El de castoreño, Eduardo Rivera, aguantó el sorpresivo arranque del toro y abandonó el ruedo ovacionado; luego vendrían los certeros garapullos de Gerardo Angelino. 

Con tal exordio, San Román asumió lo que enfrentaba y con ese valor sobrado que posee, se destapó; inició con pases por alto, sin enmendar, para continuar la lidia alternando los pitones… vendría un arrimón en el que el de Mimiahuapam lo tuvo a merced; pudo más el valor y el temple que la casta. Cerró con manoletinas y hundió el acero (ligeramente defectuoso) hasta la empuñadura; ovación, consagratorio grito de "¡torero!, ¡torero!" y fuerte petición: dos orejas.

El primero de la tarde, para rejones, tardó en enterarse; Hernández Gárate le echó caballo en casi todos los terrenos y se resignó a luchar contra las embestidas que regateaba un reservón y aplomado astado. Sin atosigar a su enemigo, logró lucir con las banderillas ─especialmente con las cortas─ y tomó el garrochón mortal que le valió para escuchar palmas. 

El cuarto de la tarde; la faena recayó en las habilidades del potosino que recurrió a su experiencia para clavar banderillas e incluso el de la hoja de peral; como tardaba en doblar, se apeó para intentar con el verduguillo, trasto que no tuvo que emplear.  Aparecieron algunos pañuelos mientras un sector del público pedía la oreja mediante silbidos; el juez de plaza, Manuel Naredo (con derechura), no la concedió.

El valenciano Román Collado posee la técnica, ¡qué duda cabe!, y un valor sereno dignos de la ibérica academia; labor esforzada con base en las condiciones del toro: se defendía, tiraba derrotes. Sin arredrarse, Román se fue acoplando a lo que su colaborador presentaba y pudo lucir en pases aislados. Un brillante colofón por manoletinas, estocada defectuosa y con el verduguillo despachó al toro tras escuchar el primer aviso. 

Su segundo, que no confirmó el apotegma de que "no hay quinto malo", tardó en enterarse; el propio coleta asumió las labores de brega y caminó con el toro. Una faena cerebral, sin prisas, aunque limitada por el regateo del de Mimiahuapam; con la parsimonia que da la escuela, intentó templar las embestidas… la respuesta del público fue en reconocimiento a esa gustada labor. La petición fue tibia y se desvaneció; volvió al burladero mientras escuchaba las palmas de los aficionados.

Ficha
Juriquilla, Qro. Plaza "Provincia Juriquilla". Corrida de Fiestas Patrias. Casi lleno en tarde nublada con leves ráfagas de viento. Toros de San Miguel de Mimiahuapam, desiguales en presentación y juego variado. Pesos: 470, 480, 470, 475, 475 y 480 kilos. El rejoneador Jorge Hernández Gárate: Ovación y vuelta. Román (azul cielo y azabache): Ovación tras aviso y palmas. Diego San Román (grana y oro): Oreja y dos orejas. Incidencias: Sobresalió en varas Eduardo Rivera, que escuchó palmas, así como Gerardo Angelino con las banderillas, que saludó una ovación en el 6o. Tras el colorido paseíllo, la empresa entregó un reconocimiento al rejoneador potosino Jorge Hernández Gárate, por el vigésimo aniversario de su alternativa. Los toros fueron bautizados con apelativos dedicados a la memoria del fundador de la plaza, Juan Arturo "Pollo" Torreslanda.


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