A unos cuantos días de que termine la Feria de San Isidro, el paso de los toreros mexicanos se saldó con el corte de una solitaria oreja, la que obtuvo Isaac Fonseca en la corrida del domingo pasado, un resultado que le vale para reposicionar su imagen en la primera plaza del mundo.
En dicho sentido, una vez más Isaac tuvo la suerte de toparse con un gran toro, en este caso del hierro de Pedraza de Yeltes, "Liriquillo", de nombre, el colorado al que hizo una faena con muy buenos pasajes, aunque sin llegar a redondear del todo como para haber estado más cerca de un triunfo de Puerta Grande.
Sin embargo, en sus procedimientos ya se advierte un afán de ir desde lo particular a lo general; es decir, de la lidia al espectáculo y no la inversa, como casi siempre ocurría desde su etapa como novillero. Fonseca solía anteponer la conexión con el público, buscando el aplauso antes que poderle los toros o que sus triunfos fueran una consecuencia derivada del buen hacer y no únicamente de la entrega. Porque siempre será preferible triunfar toreando bien.
Prueba de lo que ocurría con sus anteriores procedimientos fue su desigual faena al magnífico "Bolero", aquel ejemplar de Toros de Cortés que enfrentó en la Corrida de la Hispanidad el año pasado. A pesar de la fealdad de sus hechuras, fue un toro todavía más bravo que "Liriquillo", pues galopó de largo y tuvo más transmisión, y al concluir la lidia se fue con las dos orejas al destazadero, dejando a Fonseca con la entrega desplegada y el cariño del público, pero sin el triunfo en las manos.
Por su parte, Leo Valadez buscó el triunfo con un aceptable primer toro de Fuente Ymbro, que se llamó "Hechizo". Se vio entre los pitones de dicho ejemplar hasta en dos ocasiones, una durante la faena y otra en la valiente estocada. Lo malo fue que terminó lesionado y no pudo salir a matar al segundo de su lote, cuando lo suyo era haber conseguido aumentar a tres orejas su palmarés en Las Ventas.
En su caso, Ernesto Javier "Calita" se estrelló con un lote infumable de Baltasar Ibán. ¿Pero cabría haber estar mejor con esos toros al darles otro tipo de lidia? Posiblemente. Faenas breves y de genuino aliño serían las propias; torear por la cara o de pitón a pitón, como ya pocas veces se practica, tal vez porque los toreros piensan que ese tipo de toreo no gusta al público. No obstante, nunca dejará de ser un recurso válido para evidenciar la falta de casta de los toros o solventar sus dificultades.
La oreja que cortó Isaac Fonseca en Madrid queda como premio a la perseverancia, en una tarde en la que el moreliano se salvó de milagro de una cornada que pudo haber tenido gravísimas consecuencias. Vamos a ver si este triunfo en Las Ventas se convierte en un incremento en el número de sus contratos en Europa y le sirve para llevar más gente a los tendidos de las plazas de México cuando regrese, y así pueda justificar plenamente la cotización económica a la que aspira.