Manuel Escribano fue víctima hoy en Madrid de un robo en despoblado, ya que debió haber cortado la oreja del quinto toro de Adolfo Martín, luego de una meritoria labor, prácticamente desde que lo recibió a porta gayola, en una tarde donde Antonio Ferrera y José Garrido estuvieron muy esforzados y también se sobrepusieron a la tormenta y al viento que se desató a partir de la segunda parte de la corrida, siendo el primero que consiguió los mejores pasajes de la tarde toreando al natural de una manera muy desmayada.

El resultado es el siguiente:

Madrid, España.- Plaza de Las Ventas. Vigésimo cuarto festejo de la Feria de San Isidro. Más de tres cuartos de entrada, en tarde de calor bochornoso, con tormenta a partir del 4o., además de fuertes ráfagas de viento. Toros de Adolfo Martín (encaste Albaserrada-Saltillo), cinqueños, parejos en hechuras (salvo el alto y largo 6o.), muy serios. El 1o., flojo, cortaba el viaje. El 2o., deslucido, sacó sentido. El 3o., reservón. El 4o., noble, con poca fuerza. El 5o., complicado. El 6o., manejable, sin humillar. Pesos: 568, 547, 536, 548, 565 y 602 kilos.

Antonio Ferrera (blanco y oro con cabos negros): Silencio y ovación tras aviso.

Manuel Escribano (lila y oro): Ovación y vuelta tras fuerte petición.

José Garrido (verde aguamarina y azabache): Silencio y palmas.

Incidencias: Destacó en banderillas Ángel Otero, que clavó buenos pares en el 4o. y saludó una ovación. Al finalizar la vuelta al ruedo de Escribano en el 5o., el público abucheó al juez de plaza Ignacio Sanjuán, por no haber concedido la oreja.