La tarde de hoy tenía muchas lecturas interesantes, por tratarse de una corrida temática que busca posicionarse en el calendario taurino en un mes con poca actividad taurina, por ello resultaba relevante que la empresa siga apostando, por cuarto año consecutivo, en ofrecer este festejo en honor a la virgen de "La Luz", patrona de León que le dio nombre a esta plaza de toros del Bajío.
Además de este hecho, la presencia de Paola San Román en el cartel, siendo la primera vez que una torera recibe una oportunidad de alternar con una figura internacional, como es el caso de Antonio Ferrera, luego de su paso por la Plaza México, en aquella noche del 9 de febrero en que deslumbró con su sentimiento.
A estas dos circunstancias en concreto, se añadía la doble gesta del propio Ferrera, que anoche resultó herido en Monterrey y no sólo tuvo los arrestos de continuar la lidia de sus dos toros, sino de ser intervenido de manera ambulatoria, trasladarse al aeropuerto y abordar un avión que lo dejó en esta ciudad al amanecer.
Consciente de que no era una tarea fácil, en ningún momento quiso dejar de torear y afrontó este nuevo reto con una pasmosa tranquilidad, la del hombre con carácter que sabe bien de qué está hecho. Y si alguien pensó que el extremeño vendría a cumplir, o que iba a verse mermado de facultades, a cada palmo de la corrida trató de hacer las cosas bien y agradar.
De hecho, la faena de mejor acabado de la tarde la hizo Ferrera al colorado que abrió plaza, un toro que a fuerza de pisarle el terreno y taparle muy bien la cara, acabó embistiendo con nobleza en redondos ajustados, en los que Antonio acompañó con el pecho y la cintura en una labor que fue de menos a más, y que tuvo estructura.
También los naturales y otros adornos contribuyeron a dar un mejor acabado a un trasteo que terminó de una estocada aguantando, no de muy certera colocación, pero ejecutada con entrega, un hecho que le impidió cortar una oreja meritoria.
El cuarto fue un toro que no terminó de romper y acabó embistiendo sin ritmo, pero eso no fue impedimento para que Ferrera le buscara las vueltas en una faena medida en la que ya se le notó un tanto fatigado, y sin esa motivación de seguir insistiendo delante del toro cuando no tenía ningún sentido. De cualquier manera, el hecho de haber toreado hoy en León honra su imagen de torero profesional y honrado que siempre pretende ofrecerse al público.
Esforzado y con ganas de agradar, Sergio Flores terminó siendo el triunfador numérico de la tarde, pues cortó sendas orejas a base de dar espectáculo y conectar con un público que le jaleó todo cuanto hizo.
La primera faena fue más sobresaliente que la segunda, sobre todo porque el tlaxcalteca trató de darle su tiempo a un toro noble, un tanto flojo, al que toreó con buen pulso y colocándose a la distancia precisa para incitarlo a embestir. Lo más sobresaliente fue la ejecución de la estocada, que quedó un poco perpendicular, tras realizar la suerte con limpieza, y así fue como cosechó el primer apéndice de la tarde.
La faena al quinto fue un tanto crispada, con más puesta en escena que toreo, girando sobre su eje y adornándose en los cites o los remates, amén de comprender que, a esas alturas de la corrida, la gente estaba deseosa de cantar "Caminos de Guanajuato" y colaborar en su triunfo.
A pesar de que mató de una estocada delantera y perpendicular, el público le pidió la oreja con fuerza y al juez de plaza Guillermo Ruenes, no le quedó más remedio que soltarla in extremis, lo que le favoreció a Flores para salir a hombros con una amplia sonrisa en el rostro.
Desde que se abrió de capote, Paola San Román mostró su sello, pues toreó con soltura y dinamismo, intercalando un par de ajustadas chicuelinas en el ramillete de verónica con las que recibió a "Celio", el toro más bonito de la corrida, que además tuvo calidad en sus embestidas.
La queretana lo llevó al picador mediante unas vistosas chicuelinas al paso que le fueron jaleadas por el público, y más tarde le hizo una faena compuesta, con muletazos tersos, en los que volvió a hacer gala de ese sentimiento que caracteriza a una personalidad que tiene dos facetas muy bien diferenciadas: la de la torera decida y con pellizco cuando lo ve claro y, más adelante, con el hondo sexto, la de la torera que todavía no tiene el rodaje suficiente para solventar la papeleta con mayor desenvoltura cuando las condiciones de los toros no son las más adecuadas.
Cabe señalar que, de haber matado bien a ese primer toro de su lote, el más cargado de kilos, por cierto, pudo haber cortado una valiosa oreja del primero, que sólo se quedó en el imaginario de un público cariñoso al que la Paola le llegó mucho con un toreo cargado de sinceridad y buenos detalles.
En cambio, con el sexto, el más hecho de la corrida, un toro cárdeno, hondo, aunque agradable por delante, ya no fue lo mismo. Parece como si Paola se hubiese dejado todo con el noble "Celio" para luego hacer una faena deshilvanada, carente de la estructura y la firmeza necesaria para aguantar las embestidas de ese ejemplar que cerró plaza.
Pero es comprensible que tenga estas dudas, pues en su corta carrera en las filas del escalafón de los matadores no ha toreado más que un puñado de corridas. Sin embargo, dejó entrever determinación con ese primer toro y el mensaje es claro: si le siguen dando oportunidades, seguramente irá evolucionando –inclusive con la espada, que es su gran asignatura– porque tiene buen concepto del toreo y un sentimiento natural que cautiva al público.
Ficha León, Gto.- Plaza "La Luz". Corrida en honor de la virgen de La Luz. Un tercio de entrada, en tarde despejada y de calor bochornoso. Toros de
Begoña, correctos en presentación, desiguales en hechuras y juego, de los que sobresalió el 3o. por su calidad. Pesos: 515, 525, 505, 510, 500 y 540 kilos.
Antonio Ferrera (blanco y oro): Ovación y silencio tras aviso.
Sergio Flores (verde olivo y oro): Oreja con algunas protestas y oreja.
Paola San Román (azul azafata y plata): Vuelta y silencio tras aviso. Incidencias: Destacó en banderillas
Jorge Delijorge, que clavó pares con gran arrojo. Al terminar el paseíllo se realizó la procesión de la virgen de La Luz en compañía de los toreros del cartel, a la que se sumó
Arturo Saldívar, que vestía de paisano.