Castella y Roca Rey, dos faenas distintas
Cortaron sendas orejas durante la corrida de hoy en Sevilla
Dos faenas de muy distinto talante y expresión les valieron hoy a Sebastian Castella y a Andrés Roca Rey el mismo premio de una oreja en la Maestranza de Sevilla, en una corrida que estuvo a punto de suspenderse por la lluvia. Y quizá la mejor noticia haya sido ésa: que sí se pudo celebrar el tradicional festejo del Domingo de Resurrección, con Morante en el cartel, aunque el artista de La Puebla del Río no haya tenido suerte en el sorteo.
El encierro de los hermanos Matilla terminó siendo parchado con dos sobreros: uno de su hierro hermano (Olga Jiménez), sustituto de uno devuelto por flojo, y otro de Román Sorando, que salió cuando el sexto no se levantó en el toril donde se encontraba, en los instantes previos a su lidia.
La faena de mayor relieve la firmó Castella con un toro exigente, al que, a base de valor, técnica y colocación, terminó por desengañar para torearlo al natural con mucha entrega. Sí a Morante no le sonrió la suerte, al torero peruano le salió ese sobrero de Olga Jiménez que tenía ritmo y embestía con una clase exquisita.
Consciente de que no iba a poder desplegar su impulsiva tauromaquia, Andrés procuró torearlo con suavidad y pausa, haciéndole bien las cosas, pero sin llegar a conectar con la fuerza habitual en el público, pues esta forma de torear no encaja tanto con su concepto del toreo, y tampoco suele ser lo que el público espera de él.
Cabe decir que no sólo a este toro lo mató de manera impecable, sino también al sexto, el de Román Sorando, que carecía del trapío para una plaza como Sevilla, no obstante que estaba rematado de carnes y tenía dos puntas por delante.
Tanto la faena de Sebastián como la de Andrés a sus respectivos segundos toros, fueron a anodinas, no así, los detalles sueltos de torería, que bosquejó Morante, al que se le notó animado y con deseos de reencontrarse, luego de ese bache anímico por el que atravesó durante estos últimos días.
El largometraje de la corrida, aunado al frío, frío, y a las ráfagas de viento que se sentían en la plaza, no desalentó a un público muy paciente, que seguramente volverá con mayor alegría cuando las condiciones de clima mejoren de cara a las corridas de Farolillos. Porque Sevilla siempre debe de vivirse con sol y ambiente de primavera. Es el sino de la Feria más rumbosa del planeta de los toros.
Ficha
Sevilla, España.- Plaza de La Maestranza. Corrida del Domingo de Resurrección. Primer festejo de la temporada. Lleno de "No hay billetes", en tarde soleada y fresca tras la tormenta. Cuatro toros de Hermanos García Jiménez, uno de Olga Jiménez (3o., sobrero sustituto de uno devuelto por flojo), y otro de Román Sorando (2o., sobrero, que salió porque el 6o. no se levantaba en los toriles), desiguales en hechuras y variados de pinta, de los que destacó el 3o. por su encastado comportamiento y el 3o. por su nobleza. Pesos: 580, 510, 549, 508, 545 y 490 kilos. Morante de la Puebla (bugambilia y oro): Silencio en su lote. Sebastián Castella (azul marino y oro): Oreja y silencio. Andrés Roca Rey (verde esperanza y oro): Oreja y palmas. Incidencias: Sobresalieron en banderillas Curro Javier y Alberto Zayas, que saludaron en el 1o. José Chacón lidió con temple y autoridad el 2o. y banderilleó bien al 5o., y saludó. Zayas volvió a saludar en el 4o., en compañía de Antonio Ferreira, mientras que Curro Javier fue ovacionado por su buena brega. Viruta banderilleó con recursos al 6o. y escuchó palmas. Antes de iniciar el paseíllo se tocó el himno de España.
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