Vibrante triunfo de Joselito en su tierra (video)
Viernes, 23 Abr 2010
Aguascalientes, Ags.
Juan Antonio de Labra / Enviado
Se entregó toda la tarde con una lidia variada y emocionante
Con una actuación variada y espectacular, en la que no escatimó esfuerzo alguno, Joselito Adame triunfo en su tierra con rotundidad al cortar tres orejas en presencia de Ignacio Garibay y Sebastián Castella, de los que el primero se quedó a un tris de tumbarle las orejas al cuarto, un toro muy emotivo de Campo Real.
Y es que Joselito no toreaba en esta feria desde 2008, cuando hizo un gran esfuerzo por sobreponerse a la enfermedad hepática que lo mandó al hospital ese día por la noche, y lo mantuvo en cama varias semanas, en medio de la incertidumbre que supone no saber exactamente el mal que padecía.
Así que hoy, aquí, en Aguascalientes, la tarde era suya. Y la aprovechó a cabalidad desde que apareció sobre la arena el primero de su lote, al que recibió a porta gayola con una larga cambiada de rodillas, a la que siguieron otras dos, en tablas, y en las que estableció cómo iba a buscar el triunfo.
Las dos faenas fueron distintas, acorde a la condición de cada toro que le tocó en suerte. Y si al de Campo Real, corrido en tercero lugar, le estructuró una faena más asentada, al otro, el sexto, lo entendió muy bien y acabó toreándolo con gran temple e inteligencia.
En ambos casos, Joselito pisó el redondel con firmeza y demostró no sólo variedad y dinamismo, sino mayor temple y asentamiento en su toreo.
Como a los dos ejemplares los mató de sendas estocadas, en las que se volcó sobre el morrillo con enorme determinación, el triunfo se tradujo en la concesión de una y dos orejas, respectivamente, y la consiguiente salida a hombros que tuvo un gran calado entre sus paisanos.
Ignacio Garibay sorteó un lote importante, compuesto por dos toros que dieron buen juego, sobre todo el segundo, corrido en cuarto lugar, perteneciente a la ganadería de Campo Real.
Y el capitalino dejó el triunfo en la punta de la espada, pues en los dos mantuvo la raza a tope, la fibra, y un toreo muy reunido y temperamental que le llegó al público con fuerza.
La faena a ese cuarto, un toro que manseó en varas, fue muy emocionante porque el toro planeaba en la muleta; embestía con entrega y recorrido, y Garibay le dio series recias, dotadas de entrega.
Al final, esa falta de eficacia para matar a este toro le privó de acompañar a hombros a Joselito, y seguramente le hará tener un mal sabor de boca porque un lote así, como el que le tocó hoy, debió irse al desolladero sin orejas. Pero así es esto del toro; a veces, tan complicado.
El primero duró poco, y terminó reservándose un poco, pero tuvo veinticinco embestidas de verdad, humillado y con ritmo. Ignacio le hizo una faena con algunos altibajos, y como mató de media estocada defectuosa, desaprovechó la ocasión de cortarle una oreja que ya tenía ganada a ley.
Sebastián Castella enfrentó, en primer lugar, a un toro parado, casi sin recorrido, con el que intentó estar bien y hacer las cosas serenamente. Sin embargo, la falta de mayor trapío del toro y su escasa fuerza y casta, impidieron que la faena entusiasmara al público.
El quinto fue el toro más hecho de la corrida: alto, construido cuesta arriba, y con un par de pitones por delante. Aquel comportamiento enrazado desde su salida se transformó en genio y peligro sordo. Si a ello sumamos el vientecillo que molestó durante buena parte del festejo, la labor de Sebastián, repleta de entereza, se transformó en emoción.
Pero después de los escalofriantes péndulos del comienzo de la faena, y algunos muletazos suelto, aquel entusiasmo se desvaneció cuando el toro sacó guasa y daba la impresión de que iba a levantar del piso al torero francés, que no dejó nunca de intentar hacerle faena, en un gesto de pundonor que le honra, porque se jugó la vida sin miramientos.
La gente estuvo esperándolo, y ahora tiene otras dos corridas en este feria, así que ya habrá ocasión de sacarse la espina y recobrar el sendero del triunfo en esta plaza, que lució con mucho público y gran ambiente.
Ficha Aguascalientes, Ags.- Segundo festejo de feria y primera corrida. Dos tercios de entrada en tarde de calor bochornoso, con intermitentes ráfagas de viento. Tres toros de
Fernando de la Mora (1o, 5o. y 6o.), desiguales en hechuras y juego, de los que destacó el 1o. por su transmisión. Y tres de
Campo Real (2o., 3o, y 4o.), de escaso juego, salvo el 4o., que tenía más trapío, fue muy emotivo, y fue premiado con arrastre lento. Pesos: 474, 495, 524, 491, 518 y 484 kilos.
Ignacio Garibay (verde manzana y oro): Ovación y palmas tras aviso.
Sebastán Castella (grana y oro): Palmas y silencio.
Joselito Adame (azul turquesa y oro): Oreja y dos orejas. Destacó en varas
Isabel Prado, y
El Oriental en un quite a
Joselito Adame.
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