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La aportación de los toros a la sociedad (I)

Lunes, 22 Ene 2024    CDMX    Francisco Coello Ugalde | Infografía: LM   
"...Ciertas plazas de toros se convirtieron en refugio durante..."
Una de las virtudes humanas, es la ayuda al prójimo, circunstancia que se da cuando el otro o los otros, enfrentan situaciones vulnerables e imprevistas. Háblese de un terremoto, inundaciones, huracanes, sequías, guerras, por citar los más notables, pero también los más destructivos. 

En ese sentido, el espectáculo taurino en México siempre –y ese siempre es desde 1529, como ya veremos–, ha estado atento en intervenir oportunamente para paliar parte de esas desgracias, sumándose así a un esfuerzo colectivo que implica reducir los estragos posteriores a la fatalidad.

También la beneficencia a la que se ha implicado la tauromaquia, suma intervenir en la obra pública (empedrados, acueductos, alamedas, construcción de puentes, reedificar cárceles, construcción de cementerios, obras de desagüe…), en el apoyo a instituciones de salud como hospitales, la Cruz Roja, la Cruz Blanca Neutral, Bancos de Sangre (durante conflictos bélicos) o también organizaciones que destinan su labor a enfermedades cuyo tratamiento requiere una especialización particular. 

Allí también se percibe como se extiende la mano generosa. Festejos donde el telón de fondo es o ha sido la iglesia, se convierten en poderosa caja de resonancia. Cabe recordar que las "Ferias Guadalupanas", encontraron respuesta popular notable gracias al poder de convocatoria que generaron magníficos y recordados carteles, sobre todo en la segunda mitad del siglo XX.

Algo poco conocido es el hecho de que ciertas plazas de toros se convirtieron en refugio durante algún conflicto armado o inundaciones. Incluso, sirvieron como graneros y más recientemente, luego del paso del huracán OTIS por Acapulco, la Plaza México y otras, se convirtieron en lugar de acopio para reunir víveres y todos aquellos productos o medicamentos que lograran resolver lo básico de una comunidad altamente afectada en el estado de Guerrero, y que ahora, con la reapertura de la plaza de toros México, parte de las utilidades de los nueve festejos a celebrarse entre febrero y marzo, serán destinadas a los damnificados guerrerenses.
 
El 13 de agosto de 1529, las primeras autoridades novohispanas concedieron que de aquí en adelante, todos los años por honra de la fiesta del Señor Sant Hipólito, en cuyo día se ganó esta ciudad (esto en 1521), se corran siete toros, e que de aquellos se maten dos y se den por amor de Dios a los Monasterios e Hospitales… Y así fue, durante muchos años. Más tarde, los beneficios siguieron otorgándose de diversas maneras a la iglesia (reparación de templos), a vestir a las tropas pertinentemente, hospitales para mujeres dementes (esto en 1839) de las familias pobres de esta ciudad (de México) en 1860.

Hospitales militares como el de la Santísima y de las Vizcaynas, así como el de Sangre del Benemérito Ejército de Oriente también fueron beneficiados en 1862. Del Hospicio de Pobres en 1867, casas de asilo en 1880, Sociedad de Mejoras Materiales de los Barrios Unidos, en Orizaba allá por 1884, construcción de un nuevo teatro en Silao el año de 1886. "Fraternidad y consuelo" fue el principio al que apostaron muchas empresas colaborando de manera benéfica a lo largo del siglo XIX. Continuará...


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