Leo Valadez estuvo a punto de abrir la puerta grande el pasado lunes en Madrid, donde cortó una oreja, siendo una pena que su segundo astado se lastimara y no se pudiera redondear la tarde. En entrevista que concedió a Heriberto Murrieta desde España, Valadez habló de sus sensaciones que vivió esa tarde.
"Para mí lo más importante fue el cariño y la entrega del público. Obviamente, cortar una oreja también, pero por encima de eso di una sensación muy buena, una imagen muy buena de mí y creo que dejé a la gente con ganas de volverme a ver".
Su primer ejemplar, de nombre "Trasmallo", de la ganadería de Fuente Ymbro, le permitió lucirse con el público.
"Tenía muy buen pitón derecho que me permitió estructurar una faena basada en ese pitón. El toro se entregaba, al igual que yo durante la faena y me permitió hacer una faena de oreja en Madrid que, como todo mundo sabe, es muy importante", agregó el hidrocálido.
Leo disfrutó toda su actuación, lo mismo con el que le cortó la oreja, como lo que pudo hacerle al segundo, que se lastimó en tablas al perseguir al banderillero en el segundo tercio.
"Yo diría que no hubo ningún momento más importante que otro. Toda mi tarde fue importante, toda la tarde el público estuvo conmigo. Estuve muy variado con el capote y a la gente le encantó eso, pero también con la muleta hubo mucha entrega y el espadazo que le pegué a mi primer toro también fue muy bueno, sobre todo sabiendo que había un triunfo y no quería dejarlo que se escapara con la espada".
En el tendido, como ya es costumbre, decenas de mexicanos lo estuvieron impulsando, mostrando la bandera tricolor entre la multitud.
"La respuesta del público me pareció muy bonita. Creo que Madrid es una plaza muy exigente, pero también que se entrega si ve al torero entregado. Disfruté mucho mi tarde de principio a fin, obviamente muy responsabilizado por el compromiso que conlleva estar anunciado en Madrid, pero creo que el público también me disfrutó a mí".
Finalmente, y al saber que estuvo rozando la Puerta Grande de Madrid, Leo Valdez contó esa anhelada sensación.
"Sentí que rocé la Puerta Grande. Creo que mi segundo toro se lastimó y fue una verdadera pena porque el toro estaba haciendo cosas buenas y la gente estaba muy entregada conmigo. Me quedo con el cariño de la gente y el grito de un aficionado del tendido 7, el más exigente de la plaza, que dijo que había que darme más oportunidades y que tenía ganas de verme otra vez. Mi meta era salir a hombros, pero esta oreja vale muchísimo y estoy seguro me va a servir para abrir paso esta temporada en Europa".