"100 años de vida", grabado en relieve y con letras doradas en todo lo alto, es como celebró este sábado 14 de enero de 2023 el maestro Raymundo Cobo Reyes el centenario de su nacimiento. El maestro Cobo asistió a una misa que en su honor le ofrecen sus hijos, Carlos, Rocío Macarena y Brisa Isabel, así como sus 11 nietos y seis bisnietos, para dar gracias a Dios por concederle llegar a esta maravillosa edad, con salud y lucidez de memoria.

En el recuerdo, claro está, el maestro tuvo presente a quien fuera su esposa y compañera de toda la vida, Elena Moscardo Sánchez, con quien formó su familia el 5 de agosto de 1956 y quien lamentablemente falleció el 2 de diciembre de 2020. También sus hijos ya fallecidos, Octavio Raymundo y Francisco Alejandro, le acompañaron en sus recuerdos.

¡Pero hoy el maestro celebra la vida!, una vida de apasionada entrega a la fiesta brava, a la que ha dado y seguirá dejando incontables recuerdos de su paso en varias ciudades del mundo, ya sea a través de la pintura o la escultura, en la que lleva casi 80 años dedicado a ella.

Raymundo Cobo Reyes, nació el 14 de enero de 1923 en la embajada de España en México, ya que su padre, Eduardo Cobo Sámano, originario de Santander, y su esposa, Cruz Reyes, de Monterrey, Nuevo León, dispusieron que sus hijos nacieran y tuvieran la doble nacionalidad, por este motivo.

Al hablar con él y felicitarlo por su cumpleaños, el maestro Cobo atiende personalmente la llamada, siempre dispuesto e interesado en cómo están sus obras en Monterrey, la ciudad que tanto añora y donde se yerguen "sus" Lorenzo Garza y Manolo Martínez en el Paseo de los Toreros, por la Gran Plaza, que lamentablemente no se han escapado del vandalismo.

"Estoy muy bien, dentro de lo que cabe, yo me siento muy bien, camino y ya estoy empezando a caminar más rápido, estoy haciendo un esfuerzo muy bueno. Ya son 100 años y solo le pido a Dios que me dé salud, ya con eso tengo, ¿para qué quiero más? Salud, vida y dinero", ríe el maestro.

De su juventud, comentó que estudió en el Colegio San Carlos, de la Ciudad de México, al que ingresó en 1947 y estudió siete años. Con el tiempo dio clases ahí mismo, y como estudiante fue discípulo de Diego Rivera, con el que aprendió a hacer bocetos, pinturas y esculturas en vivo, ya que en ese tiempo llevaban a las modelos ahí para las clases prácticas.

Al hablar de su obra que ha realizado, los recuerdos se agolpan en su cabeza y es que han sido muchas esculturas y pinturas que están dispersas por el mundo y los coleccionadores. "Aquí en el Paseo de la Reforma tengo dos: los bustos de los Reformistas y los Reformistas de cuerpo entero.

En la Plaza México colaboré en varias en mi juventud ayudando a los escultores que hicieron las que ahí están, e hice también la de Manolo Martínez, que está en la entrada y que él mismo inauguró". Luego esta estatua serviría para el mausoleo donde se depositaron las cenizas del diestro regiomontano, fallecido en 1996, en La Jolla, California, y aunque las cenizas ya no están ahí, el monumento ahí se quedó.

Con especial cariño recuerda también las mascarillas que les tomó a Pepe Ortiz y a don Rodolfo Gaona, además de la escultura de ‘La gaonera’, que están en el Museo de la Plaza Las Ventas, en Madrid.

"Esta escultura está firmada por Rodolfo Gaona y por mí, pero también están las de Lorenzo Garza y Fermín Espinosa "Armillita" firmadas por ellos mismos, así como un péndulo de Carlos Arruza, en fin, son varias obras importantes las que tengo en España", dijo.

Otras obras taurinas son la mascarilla a Pepe Alameda, la estatua de Eloy Cavazos, la de Micaela Flores Amaya "La Chunga", una bailaora de flamenco muy conocida en España y que está en Querétaro, y ahí mismo la obra publica más grande que ha realizado, "La Pamplonada", obra escultórica de 81 elementos entre toros y gente corriendo.

En el Parque de Tlalpan, está la escultura a Renato Leduc y en el Instituto Politécnico Nacional, la del médico Samuel Hahnemann, inventor de la homeopatía. "Tengo también la de Su Santidad Juan Pablo II, en el Lienzo Charro del Pedregal y una réplica más chica que él pidió y que está en El Vaticano".

Su hija menor, Brisa Isabel, es quien está al pendiente de su padre en casa. "Es un orgullo tenerlo, nos inculcó mucho la unión familiar y el apoyarnos como familia. Él en estos momentos está decayendo un poquito por la falta de mi madre y levantarlo si ha sido difícil para nosotros. El rejuntarnos como hermanos y con él.

Está muy lúcido, pero en el momento que pasó la situación de la perdida de mi mamá fue muy controversial para él que quiso borrar de su mente que no se había ido mi mamá. Tuvimos que traer tanatólogos para hablar, que lo asistieran por la edad avanzada; teníamos miedo que por su tristeza decayera mucho y la fuera a seguir, estamos muy preocupados, pero gracias a Dios le ha echado ganas", expresó.

Su hija lo complace y de vez en cuando se pone a cantar con él aquellas canciones de España, en particular "Sueño Feliz", que le dedicaba a su madre. Cuenta también que ahora por su dieta ya se alimenta con comida más ligera, pero le sigue encantando la paella, la pavada y la mariscada.

"Come de todo y de sus amigos más cercanos que lo siguen frecuentando están el abogado Juan Antonio Soto Septién, sobrino de "El Mago" Septién, el empresario queretano Juan Arturo Torres Landa, y algunos ganaderos.

Brisa, junto con su hermano Carlos, son los continuadores de esta gran empresa que fundó el maestro Raymundo Cobo Reyes, en el arte taurino, la de escultores taurinos, donde ya comienzan a cosechar importantes éxitos: ¡el maestro aún está en casa!... ¡Olé por estos 100 años de vida, maestro!