Arturo Macías y Sergio Flores se repartieron cuatro orejas y con ello salir a hombros en la plaza "El Relicario", de Puebla, una tarde donde los actuantes se sobrepusieron a las adversidades climáticas y lograron una gran tarde de toros en la que El Galo tuvo pocas opciones en su lote.

Cuando aparece el toro cambia el panorama y surge la real emoción de la fiesta, si a eso agregamos las condiciones adversas del clima, sucede lo que se vivió en el cuarto bis de la tarde que correspondió a Arturo Macías. luego que el cuarto de la jornada en pleno aguacero cayera al piso y se lesionara siendo devuelto.

Se dio suelta entonces al primer reserva "Fotógrafo" procedente de Zacatepec con mucha plaza, saliendo con mucha fuerza y por lo resbaladizo del piso no pudiendo frenar al llegar a la barrera, saltó al callejón alcanzando ligeramente a Fernando López al que golpeó mayores consecuencias.

Macías ya había hecho señas a la gente que se esperara cuando arreciaba la lluvia y aunque muchos se fueron a refugiar, la mayoría provista de impermeables que ahí mismo compraron permanecieron en sus lugares para ver al hidrocálido  jugársela en serio, se suprimió el segundo tercio y en tales condiciones de rodillas o de pie logró pocos muletazos ligados.

Pero el público estaba con Arturo al ver su entrega pues se le notaban las ganas de celebrar su 17 aniversario de alternativa con un triunfo, con ese clima se tiró a matar consiguiendo dejar tres cuartos de espada en buen sitio que bastaron para que el toro doblara y se le concedieron dos orejas, quizá una hubiese sido lo correcto sin embargo la gente empapada y feliz como el torero.

Ante el primero muy serio por delante como todo el encierro tuvo que tomar el olivo cuando el toro le apretó, fue bien al caballo de Juan Roberto Cobos  tras lo que se compuso en parte pues perdió las manos. Después de banderilleado el torero brinda al respetable una labor que debió ser llevando el engaño a media altura para ayudarle, luego se puso cerca de los pitacos para después lograr una estocada tendenciosa que tardó en hacer efecto, vino un aviso y silencio para el torero.

Castaño fue el segundo que acusó poca fuerza y correspondió a Sergio Flores quien lo lanceó bien para hacer posteriormente un quite a Juan Pablo Hernández que se vio en apuros tras caer en la cara. El segundo tercio se pasó con dos pares para dar paso a la faena en la que el apizaquense consintió mucho al toro en templando por ambos perfiles, intercaló adornos y terminó con desplantes antes no usuales en él sin embargo logró estocada en la yema que tumbó sin puntilla y llevarse una oreja.

El quinto acusó fijeza y buen estilo lo que fue aprovechado por el matador para torear con sabor a la verónica, teniendo que saltar al callejón cuando el toro le apretó, luego empujó al caballo de Jorge Morales que lo prendió bien. Suprimidas las banderillas por el estado del piso aun con serrín tras la lluvia, Flores compuso una faena con temple por ambos lados, terminando con estocada que caló y un descabello siendo concedido otro apéndice.

Un burraco de bella lámina que fue el tercero correspondió a El Galo quien poco se acomodó con el percal, clavo dos pares de banderillas con voluntad y cuando iniciaba con la franela las primeras gotas de lluvia aparecieron terminando su labor en silencio tras un aviso.

Ante "Relicario" igual de magnifica presencia y cornivuelto que cerró plaza, El Galo poco hizo con la capa y de nuevo sin banderillas el yucateco optó en cortar por lo sano retirándose en silencio tras un aviso.