El matador yucateco André Lagraveare "El Galo" recibió el alta hospitalaria ayer por la tarde y viajó a la Ciudad de México, donde se recupera de las graves cornada que sufrió el pasado lunes en la corrida de carnaval celebrada en Tecolotlán, Jalisco.
Ese día, al iniciar la labor de capa de su primer toro de la ganadería de San Pablo, fue cogido aparatosamente y resultó con una cornada penetrante de tórax y una en el muslo izquierdo de cuatro trayectorias.
Fue estabilizado y llevado al Hospital Country 2000 de Guadalajara, donde el doctor Francisco Preciado y su equipo médico lo intervinieron durante tres horas exitosamente de ambas cornadas. Al día de hoy, no presenta ninguna complicación y se encuentra en franca mejoría.
"Ya me siento bien. Hasta anoche ya pude dormir con una pastilla para el sueño, pero las noches anteriores no pude dormir por los dolores que y por el drenaje que tenía en el costado y que era muy incómodo", señaló.
Explicó que la cornada del tórax llegó hasta la pleura, expuso el pulmón, pero no lo perforó y que milagrosamente el pitón del toro entró en medio de dos costillas, sin fracturarlas tampoco.
"Las más fuertes fueron las del muslo izquierdo, era la que preocupaba más ya que al tocar la femoral lo único que se espera es un sangrado abundante al momento y la suerte fue que como se hizo un hematoma por el golpazo la presionaba y por eso no sangró tanto. Aparte el orifico era normal, no era muy extenso y pude aguantar las dos horas de camino sin nada, sin sedante y sin sangrado que fue lo que nos dio calma en un momento, pensando que era un puntazo".
Comentó que ya en el Hospital donde fue intervenido, al abrir la herida y ya sin presión, la vena sangró de manera normal con la hemorragia de una cornada.
"Por suerte no me agarro este sangrado en la plaza ni en la carretera, por ese hematoma que se formó”.
A poco menos de 72 horas de que fue herido, André dio algunos pasos en su habitación y se pudo bañar sin ayuda. El doctor Preciado, jefe de los servicios médicos de la plaza "Nuevo Progreso" de Guadalajara, estimaba que el diestro estaría entre ocho y nueve días ingresado, pero fue tal la recuperación que lo dio de alta en un lapso menor.
Narró El Galo que al momento del percance, sintió cuando el toro lo empitonó del tórax, pero que en principio no le había dado mucha importancia a la herida de la pierna de la que ya es la cornada número tres en su carrera.
"Mi preocupación era la cornada del costado, pues sí sentí el momento que entró el pitón y ahí pensé <<a ver aquí como me atienden>>, ya que más que nada esa era mi preocupación, pero intentaba darme ánimos y estar tranquilo. Siempre por lo que uno lee, lo que uno aprende es mantener la calma, es lo que intenté hacer y sobre todo imagínate las dos horas de camino, sin anestesia, lo único era mantener la mente tranquila. Tuvimos suerte que en ese trayecto no hubo ninguna complicación".
Finalmente, agregó que tiene en su agenda dos fechas los días 26 y 27 de marzo y aunque falta poco tiempo espera estar listo para cumplir con ellas. Al final, estas cornadas son gajes del oficio, "medallas de guerra", sentenció.