"Me hace ilusión llevar los poderes de El Conde porque conozco su lucha. He visto su esfuerzo a lo largo de los años y comulgo con su mentalidad a la hora de afrontar una contratación. Ahora se encuentra en una etapa distintas de su carrera y habrá que hilar fino, aprovechar su veteranía, su antigüedad (28 años como matador) para encabezar carteles en los que estoy convencido de que se trata de un torero que puede ser atractivo para las empresas".

A pesar del paso de los años, Alfredo se mantiene en forma y listo para dar la pelea. Con ese talante altivo que lo caracteriza, no ausente de astucia y franqueza, que sigue siendo la parte medular de su recia personalidad.

"A Arturo lo conozco desde que empecé a torear. Para entonces ya había tomado la alternativa (aquello fue en 1989) y era uno de los toreros jóvenes de Jalisco que había dado el paso que todos buscamos, como es ser matador de toros. Ya luego que se retiró se ha dedicado al apoderamiento y hacer empresa, así que sabe de lo que estamos hablando. Con él me siento a gusto; somos amigos, colegas y paisanos. Y sé que nos vamos a entender bien y sabrá capitalizar lo que vayamos planeando".

De esta manera, y con la intención de torear corridas puntuales que a Alfredo le hagan ilusión, arranca esta etapa para ambos tapatíos. ¡Mucha suerte!