A las puertas de la alternativa...
Gutiérrez cortó una oreja en La México a una semana de su alternativa
Héctor Gutiérrez se despidió como novillero en la Plaza México, escenario donde no hace tanto tiempo indultó a "Izquierda de Oro", de la divisa de Guadiana, triunfo que lo proyectó para seguir avanzando en la profesión hasta que, como tantos otros espadas, se topó con la desesperanza provocada por la pandemia.
Hoy retomó su historia de éxito en el coso capitalino, al que vino a despedirse de las filas del escalafón menor, antes de recibir la alternativa el próximo domingo en Guadalajara. Y lo hizo con una solvente actuación en la que dejó constancia de su madurez y si acaso le faltó cosechar un triunfo de mayor relieve, por lo menos cortó una oreja y se puede considerar que se fue del coso con el deber cumplido.
Porque a ese novillo de Marrón, el mejor del encierro, corrido en cuarto lugar, había que arriesgar con más determinación, cosa que Héctor quizá comprendió, un tanto tarde, ya avanzada la faena, cuando decidió echar ambas rodillas a la arena para arrear toreando por manoletinas, en un gesto que honra su capacidad de acoplamiento a las circunstancias.
Ya desde el suave quite por chicuelinas se había notado la calidad de "Chilaquil", que humillaba y embestía con ritmo, y así continuó en las primeras series de una faena entonada, de buenos procedimientos –por estéticos y serenos– pero que no acababan de llevar la emoción a la cuota de éxtasis necesaria para que la gente se rompiera con el hidrocálido.
Sólo después de aquellas riesgosas manoletinas el entusiasmo subió de tono, y no obstante el pinchazo previo a la estocada, Héctor entró a matar con mucha decisión en ambas ocasiones, tanto que en la segunda se echó encima de los pitones para no marcharse de la plaza con las manos vacías, y así fue como cortó esta meritoria oreja una vez que se había aplicado a fondo, que era lo que se requería para triunfar si se considera que se llevó el lote con más posibilidades del encierro.
En el primero de la tarde, un novillo noble pero que no humillaba, Héctor ya había hecho una faena aseada, con estructura y buen acabado en su conjunto, pero quizá carente, otra vez, de un punto más de conexión con el público. En ese aspecto deberá trabajar ahora que se convertirá en matador de toros, ya que no basta con estar aseado y correcto, sino en provocar mayor emoción en los tendidos.
Eso fue algo que parece que sí se le da fácilmente a Julián Garibay, el tapatío debutante en esta novillada, y sin su verdor le dejó expuesto en algunos pasajes de la lidia, ahí queda una actuación valerosa en la que enseñó cualidades interesantes porque disfruta lo que hace y lo proyecta al público.
El tercer novillo no era fácil y a pesar de ello, Julián le expuso desde el saludo capotero, en el que realizó un par de lances de acusado estilo, inclusive uno de ellos mirando al tendido con cierto desparpajo y en plan de novillero que intenta hacer cosas que impacten.
La faena fue intermitente, y hasta sufrió un achuchón del que sacó rota la taleguilla, hecho que imprimió más énfasis a una enjundiosa labor que fue del agrado del público que lo alentó en todo momento.
En el sexto, un sobrero del mismo hierro, sustituto de uno que salió lastimado de una pata, volvió a mostrar esa característica frescura del novillero que tiene arrojo y ganas de sobresalir. Y cuando parecía que el novillo le iba a permitir redondear su faena, el de Marrón se fue apagando paulatinamente hasta quedarse parado.
Garibay no desaprovechó la ocasión de enviarlo al destazadero de una buena estocada y fue así como recogió algunas palmas ya cuando la tarde comenzaba a languidecer, y el júbilo inicial del público se había apagado.
Esforzado, solvente y espabilado se mostró Sebastián Ibelles, el segundo espada el cartel, otro de los novilleros que muy pronto será matador de toros, pues apenas hace unos días se anunció que recibirá la borla en la plaza "La Taurina" de Huamantla, el próximo domingo 19 de diciembre.
Y vaya que batalló con su lote, compuesto por dos novillos complicados que le hicieron estar inteligente para resolver la papeleta con decoro, en una tarde de esas a contracorriente a las que no queda más remedio que poner buena cara.
Sobresalieron los poderosos inicios de sus faenas, la colocación precisa entre los pases y, de pronto, algunos chispazos sueltos de su toreo sabroso, muy "a la mexicana" del que ya ha dejado constancia en otras ocasiones. Ahora tocó estar a la altura de lo que pedían sus novillos, que no era otra cosa que andar valiente, templado y con el corazón bien puesto.
Después de estas dos novilladas viene la corrida de rejones, en la que, por desgracia, se cayó del cartel Andy Cartagena, y ya en las horas por venir se desvelarán los planes de la empresa para sustituirlo. De momento, las novilladas se abrirán un compás de espera hasta el domingo 5 de diciembre, fecha en la que están anunciados José Miguel Arellano, Juan Pedro Llaguno y José Alberto Ortega, quienes lidiarán novillos de Caparica.
Ficha
Ciudad de México.- Plaza México. Segunda novillada de la Temporada de Reapertura. Unas cuatro mil 500 personas en tarde agradable. Novillos de Marrón (el 7o., sobrero sustituto de uno que saltó al ruedo con una lesión en la pata izquierda), bien presentados, parejos en hechuras, de juego desigual, de los que destacó el 4o. por su calidad, premiado con arrastre lento. Pesos: 463, 469, 472, 451, 477 y 475 kilos. Héctor Gutiérrez (canela y oro con cabos negros): Ovación y oreja. Sebastián Ibelles (azul turquesa y oro): Ovación y silencio tras aviso. Julián Garibay (azul noche y oro): Palmas en su lote. Incidencias: Sobresalieron en banderillas Fernando García, que saludó una ovación en el 1o., y Cristhian Sánchez en el 4o. Marco Antonio Dones hizo un oportuno quite a Fernando López y escuchó palmas. Fernando García lidió con temple al 4o.
Ciudad de México.- Plaza México. Segunda novillada de la Temporada de Reapertura. Unas cuatro mil 500 personas en tarde agradable. Novillos de Marrón (el 7o., sobrero sustituto de uno que saltó al ruedo con una lesión en la pata izquierda), bien presentados, parejos en hechuras, de juego desigual, de los que destacó el 4o. por su calidad, premiado con arrastre lento. Pesos: 463, 469, 472, 451, 477 y 475 kilos. Héctor Gutiérrez (canela y oro con cabos negros): Ovación y oreja. Sebastián Ibelles (azul turquesa y oro): Ovación y silencio tras aviso. Julián Garibay (azul noche y oro): Palmas en su lote. Incidencias: Sobresalieron en banderillas Fernando García, que saludó una ovación en el 1o., y Cristhian Sánchez en el 4o. Marco Antonio Dones hizo un oportuno quite a Fernando López y escuchó palmas. Fernando García lidió con temple al 4o.
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