Fue una faena a dos tiempos, la primera parte, con una embestida deslucida, sin decir nada en los tendidos y aunque el aficionado se mantuvo expectante, terminó por fastidiarse y solicitar abreviar, pero fue en ese momento cuando el español fue haciéndose de a poco del astado, que terminó por pegarle dos tandas magistrales por el pitón derecho.

Luego vino la música y De Justo pidió silencio. Toro y torero, más muletazos por el derecho templados y con profundidad, el toro acometía también por el izquierdo, una faena donde se impuso la madurez, la entrega y el corazón, una estocada fulminante que hizo doblar a "Siempre Alegre", pero que el puntillero por desgracia levantó. De Justo se notaba molesto, solo fue un instante, pues el de Begoña rodó otra vez por la arena y los tendidos se pintaron de blanco. Así cortó dos orejas con mucha categoría.

Leo Valadez ha estado variado en capote, toreando por verónicas y luego haciendo un vistoso quite por crinolinas, cubrió el segundo tercio haciendo alarde de sus facultades. Con muleta en mano, supo aprovechar la calidad en la embestida de "Vivaracho", el cual le permitió ligar tandas prolongadas por ambos pitones.

Para darle ese plus a su faena, ejecutó unas manoletinas de rodillas que calentaron más los ánimos, y a la hora matar fue certero, así que, por petición mayoritaria, se le concedió una oreja.

Luis David tuvo una tarde agridulce porque el triunfo se le fue como agua entre los dedos porque sorteó, quizá, el mejor lote.

Dicen que no hay quinto malo y "Teruquín", lo afirmó. Tenía nobleza, calidad y transmisión. El coleta de Aguascalientes aprovechó cabalmente cada una de las embestidas en una faena que fue subiendo de intensidad como espuma. La afición, ni tarda ni perezosa, comenzó a sentir la necesidad de escuchar su "Pelea de gallos" y Luis David se la solicitó al juez, a la banda, a todos pues.

Aquello ya era un volcán en erupción, se conjugaron las buenas condiciones del burel y la entrega del torero, Luis David le hizo lo que quiso, pero aquel sueño de salir por la Puerta Grande, se vio mermada por el pésimo manejo de la espada. Tal como pasó con el primero de su lote, que tal vez, le hubiera cortado alguna oreja.

Se vivió en la monumental una tarde muy completa, donde se pudieron cortar más orejas, de no ser porque los toreros no estuvieron finos con la toledana.