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Diego Sánchez sale a hombros en Guadalajara

Domingo, 31 Oct 2021    CDMX    Redacción | Foto: Memo Sierra          
Gerardo Adame obtuvo una oreja y Hermosillo resultó herido
Todo dispuesto. Se terminaba –por fin– aunque parcialmente, la larga vigilia taurina de 18 meses; digo esto porque el H. Ayuntamiento sólo autorizó el 30 por ciento de un aforo, correctamente señalizado y advertida la afición, vía megafonía y recorridos personales por los tendidos, de las normas que habrían de seguirse. Igualito (eeeeey) que en otros eventos masivos.

Con toda y esa parcialidad, el público acudió gustoso y esperanzado a ver el posible renacimiento de toreros tapatíos de poco, poquísimo rodaje. Los apoyó de principio a fin, desde que, por ejemplo, a cada uno los llamó al tercio a saludar. Se corrió la atención a la visita de Aguascalientes.

A Mauro Lizardo, tapatío, le correspondió el toro de la tarde: "Catrín", un cárdeno claro, bien presentado –como todos sus hermanos, cuál más, cuál menos– precioso de lámina, y con embestida de ensueño. Claro, pronto, noble, humillado, de largo trazo, que requirió de una tersa muleta, y un espíritu capaz de esperar el sabroso ritmo y bravura del de José Garfias. Para torear de esa forma es imprescindible –ni hablar– el sitio forjado en el constante verle la cara al toro. Mauro, con todo y su voluntad a tope, no lo tuvo. La parroquia apreció la valía de su gran entrega y empeño, lo llamó al tercio, y sonoramente aplaudió al torero, y al toro en el arrastre.

El menos potable, le correspondió a Óscar Rodríguez. En línea, sin un kilo de más (mi respeto por el esfuerzo). Era poco factible el lucimiento, pero con base en la sapiencia que siempre ha tenido "El Sevillano" porfió hasta encontrar el complicado sitio, la distancia mínima y el aguante de retrasar la muleta. Nos ha regalado los muletazos de mayor mérito de la tarde. Tragó Rodríguez por el lado izquierdo, pero "Cachetón" no quiso tragar. Escuchó, eso sí, los olés más rotundos de la tarde. Fue llamado a recibir una ovación.

Con el aguascalentense Gerardo Adame, la afición de Guadalajara no olvida aquella ilusión que de novillero le tuvo, y que la empresa no supo capitalizar. "Veintiúnico", negro bragado corrido, lucero y cornipaso, sin mostrar cosas feas, le pidió el carné que Adame traía en el bolsillo. 

Bien comenzó por bajo dándole salida con acierto por arriba, para hacerse de él y apretarse los machos, amoldar la cabeza del morito y llevarlo bien toreado en el poco amplio recorrido. Por desgracia, se vino el toro a menos –que no Gerardo– quien hasta escuchó la música. Un pinchazo, entera traserilla y a cosechar la primera oreja de la tarde.

"Alfeñique", cuarto en el orden fue para Julio de La Isla, quien tuvo sus mejores momentos al torear por ayudados por el lado izquierdo. Mucho gustan la estampa y personalidad del buen cantaor que es Julio. Aunque sí habría que recordarle que el toreo es de ritos y tradiciones. Que el espada estará o no al pendiente del segundo tercio, pero siempre en el ruedo. No en el callejón. A pesar que no consiguió redondear la brevísima faena, De la Isla dejó aroma en la "Nuevo Progreso". Escuchó palmas.

Diego Sánchez cuajó un trasteo de mucho mérito. Si bien el de Pepe Garfias no tuvo malas ideas había que andarse con respeto. Diego lo hizo sobre todo en la hipotética boca de riego. Ahí donde pesan las faenas. En cuanto sea capaz de ajustarse más con los toros ganará horrores en la conexión que ya tiene con el tendido.

Buen torero, sí que lo es. Hoy a "Fantasma" le faltó el brío que le sobró a Sánchez. Estocada entera para rematar la faena de una oreja, que el juez, hoy bonachón, Alfredo Sahagún, premió con un par. Al final, le fue entregado al torero el ya tradicional trofeo en disputa "Manuel Capetillo", obra del paisano escultor, Santiago Flores.

Y cerró plaza el torero que, desde mi punto de vista, de no haber fallado terriblemente con la tizona, bien pudo llevarse dos bien merecidas oreja y el trofeo a casa.

José María Hermosillo, no se guardó nada en la espuerta. Pues aunque su línea va por el rumbo de la clase –su espigada estatura, delgadez y estética le ayudan– hoy tomó el camino de la entrega a carta cabal. Recibió al astado con faroles de rodillas… faroles de verdad, no largas cambiadas.

Su quite por saltilleras, oculto el capote a su espalda, cambiando el viaje del toro a pocos metros de su jurisdicción hicieron saltar al público de sus asientos. Y más cuando "Brujo" lo levantó feamente por los aires, sin consecuencias.

Con la sarga tuvo el acierto y el conocimiento para no dejar que se fuera a tablas el toro. Cuando más entregados estaban toro, torero y público vino otra cogida; ésta al parecer sí le hizo daño. Hermosillo aguantó que le revisara el médico de plaza, Paco Preciado, en el callejón, pero volvió al ruedo sin mirarse la ropa.

De José María destaco que estuvo en torero. Hay que mencionar las circunstancias, pero en lo que el toro requirió, Hermosillo tuvo la cabeza bien puesta. Evidentemente, también el corazón. Como los alternantes de otras tardes no respondan igual, éste torero arrea.

La plaza entera queríamos la estocada fulminante. No pudo ser. Después de la decepción de los fallos con el acero, el público aún le llamó al tercio.
No voy a dejar de mencionar el mal detalle del banderillero, Ricardo García "Caminito". Tampoco el de la autoridad de callejón. Uno por comisión y la otra por omisión.

¡Hasta en dos ocasiones! extrajo el subalterno la espada desde un burladero, en el sexto de la tarde. En la segunda ocasión tuvo hasta la desfachatez de utilizar una espada corta para hacerlo. ¿La autoridad de callejón? Bien, gracias. Señores estamos en Guadalajara, una plaza que da prestigio a los actuantes. Más respeto… y mayor dignidad.

Ficha
Guadalajara, Jal.- Plaza "Nuevo Progreso". Primera corrida de la temporada. Casi media entrada del aforo permitido (unas dos mil personas), en tarde agradable. Toros de José Garfias, bien presentados, cinqueños, con trapío armonioso, de los que destacó el 1o. por su bravura y calidad. Pesos: 485, 520, 495, 490, 515 y 530 kilos. Mauro Lizardo (blanco y oro): Ovación. Óscar Rodríguez "El Sevillano" (azul marino y oro): Ovación. Gerardo Adame (burdeos y oro): Oreja. Julio de la Isla (obispo y oro): Palmas. Diego Sánchez (malva y oro): Dos orejas. José María Hermosillo (azul marino y oro): Ovación. Incidencias: Al final del festejo se le entregó a Diego Sánchez el trofeo "Manuel Capetillo" que estaba en disputa. José María Hermosillo fue volteado en dos ocasiones a lo largo de la lidia, y resultó herido la axila derecha; al terminar la lidia fue trasladado al hospital para se intervenido. El Ayuntamiento de Guadalajara sólo autorizó la venta del 30 por ciento del aforo, a diferencia de lo que ha sido permitido en otros espectáculos públicos. Se rindió un homenaje póstumo al ganadero José Antonio Garfias de los Santos. Destacó en varas el picador Martín Carrillo, que fue ovacionado, y Diego Bricio en banderillas, que se desmonteró en el 5o.

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