No es la primera vez que la empresa Santa Julia Espectáculos toma la decisión de cancelar un ciclo de corridas, como ha ocurrido recientemente en Texcoco. Ni tampoco la primera vez que hace cambios de última hora en los carteles, ya sea con los toros o toreros anunciados, o realiza aplazamientos de festejos y/o modificaciones de los planes inicialmente anunciados.

Sin embargo, el caso de Texcoco merece la pena ser revisado con detenimiento por el bien de los aficionados, de la imagen pública de la Fiesta Brava y, en general, en beneficio de aquel mensaje que hoy día es tan importante proyectar a la sociedad, especialmente a aquellos ciudadanos indiferentes, que no están a favor, pero tampoco en contra del espectáculo taurino, y que son los que podrían inclinar la balanza de este lado, ante las distintas iniciativas prohibicionista que están a la orden del día en varias regiones del país.

El boletín de prensa emitido el viernes 22 de octubre por la Asociación Nacional de Matadores y la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros, fue el detonante de una problemática que no es nueva con respecto de Santa Julia Espectáculos, ya que en ocasiones anteriores ha obrado de la misma manera; es decir, sin la seriedad que se requiere para afrontar los compromisos contraídos.

La reacción no se hizo esperar por parte de su empresa, ya que casi 24 horas después de haberse publicado dicho comunicado, emitió un boletín de prensa sumamente ambiguo que, dos días más tarde, el lunes 26 de octubre, acabó siendo desmentido por la empresa Don Bull Productions, que es la concesionaria de la plaza "Silverio Pérez", quien informó haberla cedido a Santa Julia Espectáculos "de buena voluntad" y sin costo alguno, para que ésta pudiera montar la temporada que se canceló.

De tal forma que el argumento esgrimido por Santa Julia Espectáculos acerca del "elevado costo de la renta del inmueble", atribuido al Ayuntamiento de Texcoco, sólo fue un ardid para victimizarse y aplazar la responsabilidad de cumplir lo estipulado en los contratos que firmó con los apoderados de los toreros.

En medio de estas dos verdades, por un lado, el hecho de que Marco Castilla le debe fondos de reserva a ambas agrupaciones (se utilizan para pagar nómina de empleados administrativos y seguros de gastos médicos), así como parte de los honorarios de Joselito Adame y José Mauricio, se encuentra una cancelación obligada por las circunstancias.

Así se vino abajo un proyecto faraónico –y no por estar en la tierra de Silverio Pérez, el inolvidable "Faraón de Texcoco"–, sino por pretender organizar una temporada de tal envergadura, que implicaba contar con un respaldo económico de considerables proporciones. Vamos, un sueño de grandeza que no tenía ningún viso de convertirse en realidad.

De los 18 festejos anunciados en Texcoco, la empresa hizo una promoción ciertamente engañosa para aquellos que se iban a celebrar por la mañana, pues desde el día de la conferencia de prensa, y más tarde también en su página de Facebook, informó al público que "serían gratuitos".

Pero eso no fue así, ya que, en la primera corrida, que tuvo lugar el domingo 3 de octubre, sucedió un hecho extraño: resulta que entrar a la plaza no era gratis, pues para poder acceder a los llamados "Festejos Matutinos", se debía comprar un boleto de la corrida anunciada por la tarde.

Y esa publicidad apareció así gráficamente, según se puede apreciar en las imágenes que acompañan este reportaje, y que fue “posteada” en la página de Facebook de la empresa: "¡Festejos gratuitos!", y debajo de esta frase, en el cartel oficial y escrito con letra más pequeña: "Presentando el boleto de la tarde".

A todas luces se trata de una contradicción que quizá no todos leyeron con detenimiento, como el aficionado Jorge Guerra, por ejemplo, que se quejó públicamente en la citada página de Facebook de la empresa de la siguiente manera: "Yo iba a ir a la corrida del domingo [3 de octubre] en la mañana, pero ahora ya salieron con que tengo que pagar mi boleto de la corrida de la tarde. ¿Y así quieren promover la fiesta? No puede ser".

Este comentario tuvo la siguiente respuesta por parte de la empresa: "La promoción de la fiesta va ligada al apoyo del público para con los toreros en pie de lucha. Si la molestia es por el hecho de pagar un boleto, en el cual ya se está obsequiando un festejo matutino, lo sentimos mucho".

La molestia del aficionado Jorge Guerra no era realmente el hecho de comprar un boleto, sino sentirse engañado con una publicidad que no reflejaba la verdad de lo ofrecido.

El aficionado es el cliente y, a veces, algunas empresas no lo visualizan de esa manera y lo desatienden porque quizá se olvidan de que esa "masa" llamada "público", está compuesta por personas de carne y hueso; personas bienintencionadas que, cuando se retratan en la taquilla de una plaza de toros, confían en ver un espectáculo digno. Y aunque se trate del coso más modesto del mundo, esperan que lo ofrecido en los carteles por cualquier empresa, cumpla con sus expectativas como clientes.

Alicia Cano es una de las personas que se siente defraudada por Santa Julia Espectáculos, pues afirma haber actuado de buena fe y se aventuró a comprar un abono para toda la temporada de la plaza "Silverio Pérez", ya que le parecieron atractivas las promociones que hizo la empresa.

"Compré el abono porque hacía tiempo que no íbamos a los toros y teníamos ganas de ver varios de los festejos anunciados. El precio era muy atractivo por toda la temporada, pero nunca pensé que esto iba a terminar de esa manera, y con tanta informalidad por parte de la empresa. La próxima vez que vea anunciado un festejo organizado por esta empresa, definitivamente no volveré a la plaza".

Al respecto del pago realizado, Alicia Cano comentó haber pagado cuatro mil quinientos pesos por tres abonos de General de Sol, cada uno con un costo de mil 500 pesos, según explica:

"Uno era para mí y los otros dos para mi hijo y su novia, que también les gustan mucho los toros. La empresa me entregó una carta que yo presentaba en la taquilla para que me entregaran los tres boletos de cada festejo. El pago lo hice en efectivo, el primer día, ahí mismo en las taquillas de la plaza, y ahora nadie me ha respondido cómo me van a regresar la parte proporcional de mi dinero. No contestan los mensajes en su página de Facebook, ni han dado la cara”, comentó.

Alicia está dispuesta a levantar una queja ante la Procuraduría Federal del Consumidor pues ha intentado contactar a la empresa para que le devuelvan esa parte proporcional de la que ella habla, que en este caso serían 3 mil 150 pesos, ya que, de los 18 festejos anunciados en Texcoco, únicamente se realizaron cuatro (tres corridas de toros y una novillada).

Por si no esto no fuera poco, el reciente 23 de octubre, el Grupo Gastronómico del Barrio, publicó en la página de Facebook de uno de sus restaurantes ("El Comedor del Barrio"), un comunicado donde afirma que se le adeuda la cantidad de 60 mil pesos "por concepto de la concesión exclusiva de venta de alimentos dentro de la Plaza de Toros de Texcoco, ya que por parte de la empresa Santa Julia Espectáculos no se cumplieron los acuerdos".

Alejandro Peláez, apoderado de José Mauricio, pensó que no iba a haber problema con el empresario Marco Castilla, debido a que, en la corrida del pasado 18 de julio, cuando su torero y Joselito Adame actuaron en aquel exitoso mano a mano, los tratos con el empresario se cumplieron en tiempo y forma, un hecho que generó confianza a la hora de firmar el contrato para esta nueva participación de José Mauricio en la plaza de Texcoco.

Sin embargo, la forma de proceder de la empresa no fue la misma y las cosas no llegaron al término esperado, según explica:

"Lamento que todo haya sucedido así y la temporada se haya cancelado, pues en un principio todos los que tomamos la decisión de participar en este proyecto le dimos un voto de confianza a la empresa. Nosotros no somos intransigentes y siempre buscamos una solución, más ahora que estamos tratando de salir adelante de la pandemia. El argumento del empresario para incumplir la totalidad a pagar fue que no había entrado suficiente público en la plaza, y eso sabemos que no es así".

Al terminar este festejo, Alejandro Peláez recibió por parte de Marco Castilla una carta-compromiso de pago del faltante en Texcoco, que debería quedar abonado el lunes 18 de octubre, pero ya han transcurrido once días desde entonces y el empresario no ha dado la cara.

"Seguimos esperando una respuesta por parte de Marco Castilla. Por eso, desde la semana anterior, José Mauricio ha puesto en manos de la asociación este asunto para que nos ayude a encontrar una solución", comentó Peláez.

Eulalio López "Zotoluco", apoderado de Joselito Adame, también comenta los hechos de Texcoco desde un plano objetivo y tan claro como lo que declara a continuación:

"Me considero una persona que trata de ver las cosas de forma positiva, y desde un principio mostramos buena disposición para apoyar el proyecto de la empresa de Texcoco. En este sentido, obramos de buena fe porque nosotros estamos para sumar esfuerzos y procurar que las cosas sucedan. Pero parece que todas las facilidades que le dimos a Marco Castilla, inclusive hasta un día antes de la corrida, no fueron valoradas y ni siquiera así fue capaz de cumplir con los tratos que habíamos acordado".

El incumplimiento por parte de Santa Julia Espectáculos es evidente, como afirma el maestro Zotoluco, que de la misma manera en que lo hizo José Mauricio, solicitó el apoyo de la Asociación a la que pertenece Joselito Adame para poder cobrar el adeudo en cuestión.

"Hay un contrato firmado de por medio y será de esa forma como buscaremos ejercer el derecho que corresponda para resolver esta situación", afirmó.

El Comité Directivo de la Asociación Nacional de Matadores, representado por Francisco Dóddoli, ya tomó cartas en el asunto con la finalidad de apoyar a los agremiados cuyos intereses económicos se han visto afectados. En su poder obran los documentos firmados por Marco Castilla Bustamante, donde se establecen las condiciones acordadas en la contratación José Mauricio y Joselito Adame, para la corrida que se realizó el pasado 17 de octubre en Texcoco.

Por ahora, la agrupación estudia la posibilidad de emprender una acción legal en contra de Santa Julia Espectáculos, ya que, en el momento de redactar este texto (la noche del jueves 27 de octubre), la empresa aún no había abonado el dinero de los toreros ni de las agrupaciones.

Asimismo, los toreros son conscientes de la necesidad de encontrar herramientas legales que garanticen el trato digno a sus agremiados, considerando que ellos salen al ruedo a jugarse la vida y merecen, ante todo, respeto. A partir de ahora se abocarán a implementar mecanismos administrativos que contribuyan a garantizar el trato digno y formal con sus socios, cuando se trata de empresas, como la de Marco Castilla, que tienen una dudosa credibilidad.

También sería lógico solicitar a las empresas con antecedentes negativos, que exhiban los documentos que las acrediten como concesionarias de una plaza de toros determinada, para tener la certeza de que se está obrando con transparencia y evitar casos como el de Texcoco.

Al final, el sentir del Comité Directivo de la Asociación de Matadores va enfocado en una misma dirección: exigir que los asuntos taurinos se traten con seriedad, profesionalismo y, sobre todo, con el respeto debido hacia las personas que realizan una actividad de algo riesgo como es el toreo.

Por su parte, el comité directivo de la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros, representado por Juan Ramón Saldaña, insiste en la necesidad de cerrar filas con la Asociación de Matadores, ya que ellos se deben al trabajo que les proporcionan los toreros.

Hace algunos meses recibieron al empresario Marco Castilla en una junta de comité. La reunión resultó tan cordial como alentadora, pues el empresario tuvo la deferencia de exponer los planes que tenía en mente poner en marcha, y como era de esperarse, en medio de la pandemia, sus palabras entusiasmaron a los subalternos.

Si confiaron en él para hacerle una propuesta de rebaja de los fondos de reserva, fue por el volumen de festejos que iba a programar en Texcoco. Pero al final son conscientes que fue un error haber aceptado su propuesta, pues la cancelación de la temporada afectó a varios miembros que iban a torear en los festejos que ya no se dieron.

La sensación que deja esta situación entre sus agremiados es de desánimo en un momento en que la Fiesta necesita resurgir, ser gestionada con profesionalismo y analizar de qué manera se puede reactivar la economía del sector para favorecer a las familias que viven de la tauromaquia.

Asimismo, los miembros del comité directivo consideran que el resurgimiento que había generado Santa Julia Espectáculos en Texcoco, tras la corrida que se realizó en el mes de julio, ahora deja la plaza con una mala imagen.

Por otra parte, la razón de vetar no sólo a la empresa, sino también a la plaza, se hace con el objetivo de ser solidarios con los matadores y evitar que se queden sueldos a deber, no obstante que algún otro empresario se haga cargo de la plaza y tenga que pagar los adeudos, un asunto para el que debería existir una solución más justa que evite desalentar a nuevos inversionistas que sí afrontan sus tratos con la debida responsabilidad y seriedad.

Cabe mencionar que la empresa de Marco Castilla está inscrita en la Asociación Mexicana de Empresas Taurinas, institución que, en su día, recibió el comunicado enviado por la Asociación de Matadores y la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros, donde se notificaba su decisión de veto a Santa Julia Espectáculos y la plaza "Silverio Pérez". A través de su comité directivo, la AMET buscará reunir a las partes en conflicto para que se sienten a dialogar y traten de resolver la problemática existente.

Los hechos ocurridos en Texcoco deberían de servir a las distintas agrupaciones taurinas, para procurar que esta amarga experiencia los obligue a encontrar mecanismos administrativos que eviten que se cometan atropellos similares, ya que este tipo de acciones dañan severamente la imagen pública de la Fiesta y crean desconfianza en el aficionado o el público en general, que es al que hay que mimar para que siempre tenga ánimo de volver a una plaza de toros.