El reconocido periodista Óscar Cadena falleció ayer, a los 75 años, y su partida ha dejado mucho pesar en el medio de la televisión, del que era un destacado representante desde hace muchos años, pero también en el medio taurino, donde en los últimos años había hecho muy buenos amigos.
En todas las corridas coincidamos en el callejón, él con su micrófono y un camarógrafo, haciendo reportajes o simplemente disfrutando del evento; me invitaba a narrar las faenas para después transmitirlas en su programa. Nos divertíamos mucho y comentábamos todo, yo trepada en mi banquito para intentar llegar a su altura.
En febrero de 2018 se estableció el Capítulo Quintana Roo de Tauromaquia Mexicana, Óscar, gracias a su afición a la Tauromaquia y a su importancia en la comunidad, fue invitado a ser uno de sus integrantes. A partir de ahí se convirtió en un defensor incansable. Puso a disposición del capítulo sus medios de comunicación, su programa y sobre todo su voz y su imagen.
En octubre de 2018 fue maestro de ceremonias en la presentación del Tratado Trilateral Taurino, entre los estados de Campeche, Quintana Roo y Yucatán, celebrado en la Ganadería La Ceiba de Fernando Páramo, un acuerdo para defender y difundir los usos y costumbres de la Península Yucateca.
Luego, en junio de 2019 vino esa puñalada trapera donde aprobaron en el Congreso una ley que ni siquiera estaba en la orden del día, y que con el engaño del "Bienestar Animal", prohibía los espectáculos taurinos en todo Quintana Roo.
En todo ese proceso Óscar estuvo siempre presente, él sabía que no se trataba simplemente de prohibir un evento anual en Cancún, sino que iba más allá, se trataba de un abuso y el fin de las libertades principalmente en contra de las comunidades mayas y de sus usos y costumbres; en contra de su economía y de sus empleos; en contra de su legado cultural.
Óscar dio espacios, provocó discusiones en televisión, apoyó las manifestaciones y fue una voz importantísima para la Tauromaquia, también informó acerca de los más de 380 festejos taurinos durante las Fiestas Patronales de Quintana Roo.
Recuerdo con gran cariño las comidas mensuales con Jaime Valenzuela (Presidente de Capítulo), Fernando Páramo (Vice Presidente), Jorge Ávila (Empresario), Óscar y yo. Se nos iban las horas hablando de toros, proyectos y anécdotas.
Su muerte duele por muchas cosas, duele ya no ver al amigo de la enorme sonrisa, duele ya no sentir su calidez, duele saber que, aunque regresen los toros, él ya no estará en el callejón, dolerá ver su silla vacía en las comidas, dolerá ese micrófono huérfano de su voz.
Nos quedamos con el gran compromiso de seguir con nuestra misión, de la cual siempre será parte, y de lograr por fin a nombre suyo y de todos, libertad para los habitantes de Quintana Roo, pero, sobre todo, para sus pobladores originales, para que puedan continuar con sus usos y costumbres.
Buen viaje querido Óscar. Gracias por todo.