Una tarde triunfal se vivió hoy en Huamantla, donde los tres toreros del cartel, Angelino de Arriaga, José Mari Macías y Francisco Martínez, cortaron un total de dos orejas por coleta, y al final del festejo fueron paseados a hombros en compañía del empresario Rafael Ortega y de Jaime Álvarez, representante de la ganadería de Xajay.
Bien armado y con presencia el que abrió plaza, al que Angelino De Arriaga aprovechando el viaje al hilo de tablas le dio un par de faroles de rodillas. Posteriormente, lo llevó bien con la tela en sabrosos lances rematados soltando una punta. Con chicuelinas al paso lo puso en suerte para la única vara que recibió. Acto seguido, el apizaquense tomó distancia para citar de largo y ejecutar un quite combinado, y más tarde invitó a banderillear a Francisco.
Tuvo el buen detalle de brindarle a El Rifao una faena que comentó por alto, y después trazó muletazos con la derecha ante las embestidas repetitivas del toro, al que luego probó por pitón izquierdo. Sin embargo, prefirió torear otra vez por el pitón derecho antes de terminar con sanjuaneras. A la hora de entrar a matar dejó un pinchazo hondo y delantero que bastó, para que le concedieran una oreja.
Se fue a los medios para recibir de rodillas a "Maguey" mediante un lance comprometido, por lo que prefirió, cerca de tablas, repetir la suerte arrodillado. Y luego, de pie, dio regulares verónicas. Vino un puyazo breve y un quite con voluntad, misma que mostró con los palos, de los que destacó el par de la moviola y otro al violín, en tablas.
En esa misma zona inició el trasteo con un cambiado por la espalda, y cuidando la forma toreó alternando los lados, aunque dio muchas vueltas en las series con fondo musical. Agregó al trasteo algunos muletazos por alto con una rodilla en tierra y terminó con medio espadazo en buen sitio que hizo doblar al de Xajay, que fue aplaudido en el arrastre, y para el torero hubo otra oreja.
Menos caja y corpulencia tenía el segundo toro de la tarde, que le correspondió a José María Macías que lo lanceó sabrosamente por mandiles. Buscando la variedad, intentó ponerlo en suerte por tapatías, pero el toro se fue directo al caballo y el Macías no pudo concretar las suertes. Pero luego quitó por caleserinas vistosas, haciendo gala de su buen manejo del capote.
Apoyado en la barrera dio inicio a su labor de muleta por alto, y ya en los medios trazó ayudados por abajo muy completos, siendo prendido sin consecuencias en uno de ellos cuando se le quedó "Nopalero", que a media faena empezó yéndose a tablas donde continuó el torero de la tierra con la respuesta del púbico. Todavía le dio unas manoletinas y lo despachó de una estocada delantera y caída. No obstante, le concedieron una oreja.
Al quinto lo lanceó con una rodilla en tierra y luego a la verónica. Tras el puyazo siguió imprimiendo variedad a su labor capotera, quitando por zapopinas, y sorprendiendo más cuando tomó las banderillas con evidentes deseos de agradar, aunque sin una atinada la colocación de los palitroques.
Con la muleta ligó series aceptables interrumpidas de pronto, ya que el toro como su primero se fue a tablas. Cambió a la mano izquierda y ocurrió lo mismo, terminó toreando por alto con lasernistas y manoletinas. Colocó un pinchazo y estocada delantera, pese a lo cual el público pidió con insistencia la oreja, misma que le entregan después que el toro era despedido con palmas.
El tercero de nombre "Huamantleco", que correspondió a Francisco Martínez, resultó complicado. El torero de San Miguel Allende intentó torear en tablas con una rodilla en tierra y de pie no se acopló pues desde entonces el toro ponía en apuros al torero que después del castigo en varas, quitó por tafalleras un tanto movidas. Devolvió la invitación a De Arriaga para cubrir el segundo tercio, lo que hicieron con lucimiento.
Se dobló Francisco con el toro para llevarlo a los medios, ahí desde el primer muletazo se le venció por el derecho. Luego cambió a la izquierda consiguiendo pocos naturales aceptables por las condiciones descritas, intentó hacerlo pasar por el derecho pero decidió ir por la espada con la que pinchó dos veces antes de colocar un espadazo contrario para que interviniera el puntillero, y algunos lo llamaron a dar la vuelta.
Ovacionado al salir el sexto por su presencia, provocó una lidia desordenada en el primer tercio, pues el de Xajay embestía con mucha fuerza y tras el castigo. Martínez mostró voluntad con los garapullos al clavar con exposición y lucimiento. En ese mismo plan siguió con la muleta iniciando su faena de rodillas. Y minutos después aguantó las embestidas por ambos lados, aunque sin gran limpieza en los muletazos. También este toro de manera notoria se fue a tablas, y fue cuando el torero optó por entrar a matar, consiguiendo la estocada de la tarde, colocada arriba, para que se le premiara con las dos orejas.