Con la regularidad que ha mostrado en los últimos años de su carrera, José Luis recibió a su segundo cerca de tablas con tres largas de rodillas que conectaron con el público seguidas de buen toreo a la verónica; Pedro López fue el encargado de hacerle sangre al toro con un puyazo en buen sitio.

Un templado quite por mandiles para luego cubrir el segundo tercio en compañía de su hermano Gerardo, se los festejaron pese a la colocación de los palitroques. Manifiestas fueron las ganas de José Luis por agradar estrellándose con las condiciones del toro que terminó falto de emotividad y distraído; se fue tras el acero quedando caído con pronto efecto, se le concedieron las peludas mismas que entregó a la cuadrilla ante las protestas.

Sabrosas verónicas instrumentó ante su primero que también recibió un puyazo para luego quitar con chicuelinas de compás abierto y fue el propio matador quien clavó los garapullos quedando mejor igualados los del tercer par realizado al violín. Se fue a los medios para iniciar con una vitolina y correr ambas manos en un trasteo variado aunque por momentos con poco temple, cerró con manoletinas y al oficiar con la espada atravesó al toro, dejando luego un pinchazo hondo en mejor sitio, así escuchó palmas al final. 

El colorado que se llevó en segundo lugar Antonio Ferrera saltó de pronto al callejón aunque se atoró y cuando volvió al ruedo, el diestro aprovechó el momento de emoción para recibirlo con buen toreo de capa; tras el castigo fue pasado con dos pares y de inmediato vinieron series de muleta por el lado derecho siendo mejores los naturales erguido.

Un par de ocasiones el toro se escupió del engaño volviendo el torero a la carga sin la misma intensidad, y la estocada fue definitiva concediéndose correctamente una oreja, hubo alguna petición de otra pero el juez se mantuvo bien en su decisión, exagerando en el premio de arrastre lento para el toro.

"Cornicorto" fue el que abrió la velada y salió rematando en los tableros, bonitos lances a pies juntos fueron el saludo de Ferrera que lo colocó al caballo soltando la punta de la tela en un bello instante; durante la faena tuvo que cuidarlo pues era falto de fuerza y además había que esperarlo mucho; intentó por ambos pitones pero después buscó la igualada pinchando en dos ocasiones antes de un chalecazo, hubo silencio.

El Payo se llevó en primer término un toro soso y deslucido con el que estuvo tratando de hacer bien las cosas, lamentablemente no encontraba respuesta y tan molesto estaba que ni pidió permiso para matarlo, algunos intentos fallidos buscando sacarle partido luego entró a matar, pinchó antes de una entera siendo despedido el toro entre pitos y el torero en silencio.

Trató a toda costa de sacarse la espina ante el sexto en el que vimos un buen puyazo de Omar Morales y dos buenos pares de banderillas por parte de Rafael Zenón Romero. el desempeño de Octavio fue de entrega y voluntad que no redondeó con los aceros de manera que escuchó un aviso seguido de alentadoras palmas