Llegó a su fin la temporada novilleril San Marcos 2019, la cual trajo consigo momentos sumamente interesantes y algunos más hasta memorables, hoy Héctor Gutiérrez se alza como máximo triunfador de dicho ciclo, dentro de un cartel netamente hidrocálido, pues alternaron también los coletas Juan Pedro Herrera y Miguel Aguilar.
En este sentido, Héctor Gutiérrez realizó una gran faena al primero de su lote, en la cual trazó muletazos con profundidad, rompiendo las muñecas, mandando, imponiéndose a un novillo que exigió una muleta con oficio. Pero antes es importante recalcar las memorables verónicas que realizó de manera armónica, como unas dulces notas musicales que son bien digeridas por el sentido auditivo.
Posteriormente un quite ajustadísimo por tafalleras, ejecutado en los medios y con las zapatillas bien clavadas en la arena, un brindis de torero a toreo, de amigo a amigo, para Miguel Aguilar. Héctor posee una tauromaquia clásica, y fue gracias a su sapiencia que comenzó a hilar una faena derechista, hasta que el ejemplar de Rosas Viejas se lo permitió, pues comenzó a quedarse corto.
Unas bernadinas y posteriormente una estocada entera, con lo cual se hizo acreedor a la concesión de dos orejas. Al momento de estar dando la vuelta al ruedo, un sector del público, un grupo de reventadores con ansias de protagonismo, pitaron la concesión de la segunda oreja, y Héctor para su beneplácito, optó por guardar una de las orejas, dejando satisfechos y convencidos a todos los presentes.
Juan Pedro Herrera, tenia un compromiso nada pero nada fácil, y del cual ha salido avante, llegar al festejo de triunfadores tiene su merito. Con su primero se le notó un tanto nervioso, sin conseguir acoplarse ante un novillo que tampoco tenia mucho por ofrecer. Con su segundo ya más metido en la novillada, no se guardó absolutamente nada, de nueva cuenta exhibió el amplio repertorio que domina con capote, un segundo tercio espectacular, al grado de dar una vuelta al ruedo.
Y aunque sus procedimientos en el último tercio de la lidia, se le vienen a menos, por diversas situaciones, cosa que el aficionado percibe de inmediato, no así con sus ganas infinitas de cosechar el triunfo. Una faena que tuvo algunos chispazos, mientras los tendidos comenzaron a inquietarse, alargando la faena en un afán de extraer los últimos muletazos de un novillo en el que tampoco había mucho por hacer.
Se entregó al momento de ejecutar la suerte suprema, y fue prendido aparatosamente y afortunadamente sin consecuencias mayores, una estocada que valió la oreja por si misma, fue entonces que llegó la petición de la oreja, misma que fue concedida.
Miguel Aguilar, en su tercera actuación dentro de la temporada, llegó enfundado en un terno marino y oro, mismo que perteneciera a su hermano Mario Aguilar, lo que hizo aún más especial la tarde para él.
Y aunque en esta ocasión no consiguió tocar pelo, volvimos a disfrutar de su toreo, sobre todo con su primero, porque con su segundo, un novillo infumable que pudo haber lastimado a Miguel, en su intento de justificarse.
Pero con su primero, comenzó su labor muleteril, justo cuando una paloma invadió los medios de la plaza, quizá a manera de premonición de que una faena de esas para el recuerdo, estaba por llegar. No fue así, pero Miguel supo aprovechar los contados muletazos que ofreció el novillo del señor Fernando Topete, pues a la brevedad comenzó a quedarse corto, y Aguilar acortó los terrenos. Tres pinchazos y una merecida ovación.