Vaya entrega de los toreros en la primera corrida "formal" –como les llaman en Autlán– del carnaval 2019. El encierro de Marrón, con excepción del lidiado en primer sitio tuvo nobleza y deseos de embestir; pero la falta de fuerza les impidió mostrar sus virtudes a plenitud. Sin embargo los espadas pusieron todo de su parte, para que la tarde pudiera mantener el interés en los tendidos.
Fue evidente que, a pesar del molesto viento, en muchos pasajes los alternantes disfrutaban la calidad en el juego de los astados, incluso en trasteos que parecieron pasarse de lidia. Todo por respeto al público que hizo tres cuartos de plaza.
El aguascalentense, Juan Pablo Sánchez fue quien se llevó el gato al agua, con el corte de una oreja a cada toro. Al primero de su lote, lo bregó con acierto, para con la muleta consentirlo a media altura inteligentemente extrayendo las buenas embestidas por su temple, buen gusto y entrega. Aunque "Notario" tendió a ceñirse, Juan Pablo se colocó en el sitio y la distancia exactos para no molestar al de Marrón y ayudarlo a que mostrara sus virtudes. Se entregó en la suerte final y le cortó una oreja, que don Javier Medina no dudó en conceder.
Con "Minero", se superó el de Aguascalientes, y de nuevo fue brillante la templanza en el trasteo con la pañosa. El público se le entregó al torero, y si no fuera por un pinchazo, en vez de ser una, Sánchez habría cortado el par de auriculares. De cualquier manera, las dos orejas lo colocan de nuevo como fuerte candidato a triunfador del serial.
Si pudiera definirse con dos palabras la actuación de Sebastián Castella, estas serían sabiduría y entrega. Como detalle para el anecdotario, éste carnaval fue la tercera ocasión en que anunciaron al francés; pero hoy –por fin– pudo presentarse en ésta plaza, y gustó a los autlenses.
Pausa, entendimiento a plenitud del morito primero de su lote permitieron lucir las condiciones que "Cubetero" parecía no tener. Paciencia, sapiencia y experiencia (perdón por la rima) aportó Castella en series artísticas, templadas, mas no exentas del riesgo que propicia un toro que puede, como sucedió, frenarse a mitad del muletazo. Un pinchazo le impidió cortar un bien ganado auricular.
Con el segundo que sorteó, a leguas se notaba que Sebastián deseaba un triunfo en su presentación. Y más que Juan Pablo se alzaba ya con una oreja del cuarto de la tarde. Otra faena plena de cabeza torera, con una entrega que pudiera pensarse que una figura no requiere ya; mas, para fortuna de nosotros, el celo y un reto consigo mismo –que lo llevaron a ofrecer un toro de obsequio– fueron claves para que el espigado espada nos brindara una sólida actuación. Fuerte ovación en el tercio.
Con el de regalo disfrutamos de lances cadenciosos y una faena de garra, pero de buen gusto, temple en los muletazos, un par de escalofriantes cambios por la espalda, ya avanzada la faena. Se dio incluso Castella el lujo de un desplante en el que botó espada y muleta. Pero, oh decepción, un pinchazo, una tres cuartos muy baja, para despachar al toro con un golpe con la de cruceta. De nuevo un público entregado lo llamó al centro del ruedo para tributarle una sonora ovación y despedirlo con aplausos de la plaza. Cayó de pie.
Luis David Adame lidió primero y tercero de la tarde, para salir corriendo, metafóricamente hablando, a torear el día de mañana en Ambato, Ecuador. Eso sí, a la hora de ejercer, lo hizo con responsabilidad y respeto al público. Nada de prisas ni ahorro de tiempo. Su primero –creo yo por la lentitud con que acometía– se enteró rápido de dónde estaba el torero. Por lo mismo pasó las de Caín con la toledana y la de cruceta. Se retiró en silencio con un aviso a cuestas.
Con el tercero de la tarde, tampoco Adame corrió prisas, muy al contrario, le dio al toro los tiempos que requería. Lidió con el capote al de don Pepe Marrón, y luego se estiró en tres lances fundamentales. Al quite por chicuelinas rematadas con revolera, lo complicó el viento. Ya con la franela se enredó, sobretodo, en una tercia de series ligadísimas. El público, incómodo en un principio por el cambio en el orden de la lidia solicitado por Luis David acabó entregado con el torero. Por desgracia, par de pinchazos le escamotearon al menos, una oreja. Se retiró al callejón y de la plaza entre palmas.
Para mañana domingo a las 17:00 horas, se anuncian toros de Torreón de Cañas para el rejoneador Diego Ventura, a pie Arturo Saldívar y Leo Valadez quien sustituye a Octavio García "El Payo".