Qué lastima. Con lo interesante que resultaba ver por primera vez la tercia juvenil integrada poo Joselito Adame, Octavio García "El Payo" y Mario Aguilar    , una serie de factores deslucieron la presentación de quienes bien pueden ocupar un lugar como figuras en los próximos años.

Primero, el deslucido encierro que envió el ganadero de Bernaldo de Quirós, cuyo juego no fue el esperado, salvandose el lote que le correspondió a El Payo.

Segundo, la pifia que durante la semana cometió el nuevo juez de plaza, Antonio Quiroga, por autorizar el encierro, de los cuales tuvo que devolver uno por chico y sustituyéndose por otro, más grande corrido en primer lugar, cuando en realidad debieron ser dos o tres los devueltos a mitad de semana.

Esto trajo en consecuencia que el público lo abucheara fuertemente con recuerdos maternales que hace tiempo no se escucha en los tendidos de la MonumentaL Monterey, al negarse a sustituir, en principio al tercero de la lidia que correspondió a Aguilar.

Fue una pena, insistimos, ver a estos jovenes que se han cuajado en España, con toros y novillos de mucha catadura, muy lejos en presencia a lo que ayer lidiaron.

Adame poco pudo hacer ante su primero, de nula transmisión al tendido a pesar de todas las ganas y empeño que puso durante su labor.

Con el segundo de su lote de nombre "Ruiseñor", levantó la algarabia en el coso al lancear de capa, en un quite por zapopinas y adornar el morrillo del astado con excelentes pares de banderillas, sobresaliendo el tercer par al quiebro.

Con la "Pelea de Gallos" sonando en las alturas, el de Aguascalientes pudo sacarse la espina y ejecutó una faena de mucho gusto, sabor y empaque que disfrutó con la sonrisa a flor de labios. Mató al segundo viaje tras un pinchazo y se le concedió la oreja.

Regaló un sobrero de Pepe Garfias, el toro con mas cuajo de la tarde, con fijeza pero poco recorrido y rodaba continuamente en la arena.

Desde que se abrió de capa, El Payo dio indicios de que venía decidido a llevarse la tarde, lanceando con suavidad a "Norteño", el primero de lote y que brindó al extraordinario picador de Chihuahua, Efrén "El Loco" Acosta, presente en el callejón de la plaza.

Ya entrado en faena, el queretano arrancó los olés en los primeros muletazos que inició con el cambiado por la espalda en el centro del ruedo, antes de correr la mano por derechazos. Era tal su entrega ante la afición que ya le había visto triunfar y salir a hombros desde novillero, que en un momento de la lidia el toro lo prendió del muslo izquierdo, apuntandole la cornada y propinándole la voltereta de la que se levantó sin consecuencias. Mató al primer viaje y cortó la oreja.

Pero si bien estuvo con su primero, se superó en el quinto del festejo, desgraciadamente uno de los pitados por el publico, al que le cuajó una faena como si estuviera jugando en el patio de su casa. Mató de volapie y el juez le premió con las dos orejas, que al final le valieron la salida a hombros.

Mario Aguilar    , quien llegó precedido también de sus triunfos en España, tuvo la mala fortuna de recibir al primero de los abucheados por el publico, un toro sin presencia y ante el cual, lo que le hizo de capa y muleta no tuvo el reconocimiento de la afición que abucheó fuerte y en serio al juez con gritos ofensivos.

Con el sexto, compacto y bajo de hechuras, Aguilar estuvo en torero, dejando buenos detalles de capa y muleta, sobre todo por derechazos, que le fueron bien jaleados por el publico que al final le premió con la oreja.