La terna de esta tarde, en la corrida extraordinaria celebrada en la monumental “Vicente Segura”, de Pachuca, triunfó, con sus asegunes, al cortar una oreja, merced a la entrega y garra, cada quien en su estilo, que dejó en el ruedo, no así por las estocadas, que se contarían menos los triunfos que se dieron.
Y es que los actuantes, salvo Hermoso de Mendoza, pecharon con un toro complicado y uno bueno, en su lote, del encierro que mandó hoy el ganadero Germán Mercado, donde hubo animales lo mismo bien presentados, que otros correctos y unos justos, incluso uno, según el parte veterinario, sin edad (el segundo), de los que sobresalieron sin duda, los lidiados del quinto al octavo lugar, que fueron aplaudidos en el arrastre, con calidad y entrega, y varios emotivos.
De Pablo Hermoso, aunque el sentir del público sea de que ya está muy visto, hoy dejó ver su madurez, realizando dos faenas de buen gusto, en las que hubo reposo y buen toreo, clavando banderillas en su mayoría al estribo.
El segundo de su lote fue un toro emotivo, pronto, al que hubo de clavarle dos rejones con los que sangró lo suyo el animal, pero que no mermó su voluntad de embestir, que lo hizo pronto, por lo que el caballero estellés protagonizó galopes a dos pistas espectaculares, muy bien logrados, haciéndose ovacionar. Sacó un caballo tordillo con los que hizo cambios de mano, que eso es llegar a un punto alto de equitación, pero que a los presentes les pasó por alto. Hubo banderillas de frente, una vibrante, porque aguantó una frenada del astado, rematando con piruetas.
Cuando salieron los Forcados de Pachuca, el toro había venido a menos, pero también, no era franco para realizar esta suerte, así que resolvieron cuando no les arrancó, enfilando en un terreno diferente, y terminando por ir al sesgo, donde consumaron la pega, que resultó vibrante.
Luego, Pablo clavó dos banderillas cortas, una cayó, y entonces dejó una rosa, que le aplaudieron. Se tiró a matar, dejando un rejón de muerte trasero y caído, que provocó una escandalosa hemorragia, por lo que dividió la opinión del tendido, y el juez se confundió al no saber si era petición o protesta, terminando por otorgarla, que cuando la tuvo en la mano, hubo un sector que se la protestó al jinete, dando la vuelta al ruedo junto con el pegador, Dante Austria. Hubo palmas al toro en el arrastre.
El que abrió función fue un toro justo de celo, que tuvo un buen inicio pero tras dejar un rejón el caballero a la tira (el único), el animal se apagó, aunque regaló una buena embestida de galopes a dos pistas; después se paró, se apagó, incluso tuvo que recurrir para que su subalterno lo sacara de tablas, cosa rara en este jinete. Todas las banderillas fueron de frente, varias en los medios, aunque no todas al estribo.
Los Forcados de Pachuca lograron una pega al primer intento, con Germán López a la cara, con la que queda la duda si hubiera lucido más, si la primera ayuda no hubiera estado tan cargada.
Mató de dos metisacas el rejoneador, y la gente no se lo perdonó, por lo que se fue a la barrera bajo una marcada división de opiniones.
El sexto fue para Sebastián Castella, un toro mejor armado que los otros de los lidiados a pie, y que también, fue de los pocos que se empleó en varas, al que picó bien Curro Campos, haciéndose aplaudir. De muleta, comenzó con cuatro pases por alto pegado en tablas, sin reponerse ni moverse ni medio centímetro, haciendo vibrar a la concurrencia. Ya en los medios, bordó el toreo con un astado que tuvo una importante voluntad y clase para seguir el engaño.
Los ayudados fueron largos, sentidos, con reposo y de buen gusto, que calaron en el tendido. El animal también acometió con franqueza por el pitón derecho, donde hubo naturales con exquisitez, mismos que disfrutó el torero. Mató de estocada apenas trasera, que provocó un fuerte derrame, con la que cortó una oreja, y palmas en el arrastre al astado.
Su primero, un animal de bonitas hechuras, parecía que rompería y colaboraría, pero por el contrario, protestó. De capote dibujó mandiles templados. Después, quitó por chicuelinas y revolera, y de muleta, tuvo un gran pulso y temple, para llevar la embestida descompuesta de la res. Deletreó el toreo, tuvo un gran mérito lo que hizo, por lo rebrincado que fue la embestida de la res.
Su labor estuvo basada por el pitón izquierdo, pero también le robó tandas por el derecho, que a la mayoría de la concurrencia le pasó por alto. Intercaló cambiados por delante, esbozó los del desdén, y epilogó con manoletinas, malogrando tan importante molinetes invertidos, y con la espada, dejó una certera estocada al cuarto viaje, con la que se fue a tablas aplaudido, no sin antes haber escuchado un aviso por su larga labor.
A Joselito Adame le costó remontar la tarde, ya que a su primero no había mucho qué hacerle, que brincó al callejón de salida y pareció mermarse de fuerza, por lo que en la muleta solo se defendió, así que lo lidió y despachó casi enseguida.
Vino el triunfo con su segundo, al que saludó con chicuelinas en los medios, y recibió apenas un puyacito, que así como a todos los demás toros, se les picó poco. El animal, desde antes de ir al caballo, acusó estar lastimado de la mano derecha, pero su buena sangre le hizo ir a más, repetir con emoción y recorrido, así como con clase.
De mitad de faena en adelante fue cuando pudo encontrarle la distancia y romper su trasteo, por lo que la gente se le entregó, luego de torearlo con ayudados largos y sentidos, bien rematados. Finalizó con una tanda de manoletinas, y despachó a la res con una estocada caída, con la que cortó una oreja, apretada por su colocación. Hubo palmas en el arrastre al animal.
Luis David Adame tuvo la mala suerte de que soplara el aire en el primer toro de su lote, ya que tuvo condiciones buenas, como fijeza y repetición. Por el pitón derecho fue franco y largo en su acometida, no así por el izquierdo, lado por el que intentó el toreo, que protestaba el animal y salía buscándolo. Con la mano diestra estuvo digo y firme, y la gente se lo reconoció, pues el animal transmitía su guasa y complicaciones. Mató de estocada perpendicular y contraria, con la que cortó una apretada oreja.
A su segundo lo saludó con una larga de rodillas en tablas, y de pie, ejecutó verónicas, se echó el capote a la espalda, siendo enganchado en el remate, provocándole un desperfecto en la taleguilla. El toro arrancó emotivo a los cites, y el diestro aprovechó las condiciones nobles de la res, de un animal que repitió con fijeza, emotividad, toreándolo a placer.
Lo mató de estocada muy baja así como trasera, y el grueso del público pidió el trofeo, pero el juez, reivindicándose de los “resbalones” anteriores, atinadamente, no la concedió, quedando la labor del torero en una justa vuelta al ruedo, y en una injusta bronca a la autoridad, denotando que la gente que va a la plaza, cada vez sabe menos.
Pachuca, Hgo.- Plaza "Vicente Segura". Corrida extraordinaria en homenaje a los artesanos de la región otomí-tepehua. Dos tercios de entrada (unas 6 mil 700 personas), en tarde calurosa. Seis toros de Montecristo y dos de Cieneguilla (3o y 5o), desiguales en presentación, con tres complicados y cuatro buenos, aplaudidos en el arrastre. Pesos: 493, 480, 490, 500, 510, 515, 485 y 480 kilos. El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza: División y oreja con algunas protestas. Sebastián Castella (grana y oro): Palmas tras aviso y oreja. Joselito Adame (ostión y oro): Palmas y oreja. Luis David Adame (aguamarina y oro): Oreja y vuelta competición de oreja. Incidencias: La barrera del ruedo se tapizó con figuras del bordado de Tenango de Doria. Destacó en varas Curro Campos en el 5o., que fue aplaudido. En banderillas sobresalió el aspirante Carlos Martell. Juan Ramón Saldaña, al correr a una mano al 7o. Los Forcados de Pachuca realizaron dos pegas al primer intento. Tanto los matadores como el conocido taurino Gonzalo Martínez, fueron objeto de un reconocimiento por parte de la empresa.