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Lo taurino en Manet

Viernes, 13 Abr 2018    Morelia, Mich.    Quetzalcóatl Rodríguez | CC Tres Marías   
...Para el psicólogo y teórico social Michel Foucault, la obra de...
El pintor y grabador francés Édouard Manet es considerado dentro del mundo de la gráfica como una figura que cambió las técnicas y las formas de representación pictórica, de tal manera que hizo posible la aparición del movimiento impresionista, que ocupó el primer plano en la escena de la historia del arte durante casi toda la segunda mitad del siglo XIX.

En las condiciones en que tuvo que desenvolverse fue un incomprendido en su carrera artística, cuando se empezó a hablar de él en París aún no había cumplido los treinta años; buen conversador con predilección a la música, amigo y contertulio de literatos y aficionado a la tauromaquia, un sonriente "boulevardier" de rubia barba al que el dramaturgo y crítico teatral Theodore Banville dedicara algunas de sus preciosistas rimas.

Será 1861 la fecha del primer cuadro realmente taurino de Manet, "Victorine en traje de espada", pieza expuesta en el Metropolitan Museum de Nueva York, aunque bien podría decirse que es de «toreo de salón», es decir, una obra de estudio en la que su famosa modelo Victorine Meurent, asume un papel relativamente asexuado, vestida con un traje sui-generis de torero pero que sorprende por su sobriedad de composición, su gama de color totalmente velazqueña, es decir, negros, rojos pálidos, blancos, grises y en las figuras secundarias el conocimiento de Manet de la obra de Goya.

Para el psicólogo y teórico social Michel Foucault, la obra de Manet hizo posible una pintura a través de la cual se desarrolla el arte contemporáneo, los aspectos que hacen posible el impresionismo se basan en las nuevas técnicas en el tratamiento del color, el uso de ciertas formas de iluminación y luminosidad desconocidas hasta entonces y, sobre todo, como él mismo puntualiza respecto a la obra del pintor: "Se permitió, en el interior de sus cuadros, dentro mismo de lo que representaban, hacer uso de las propiedades materiales del espacio sobre el que pintaba y jugar con ellas".

En torno a 1863 fecha en la que según parece tuvieron lugar en París algunos festejos taurinos, se sitúa un cuadro de ambiente romántico titulado: "Toreros descansando en posada”, que se expone en el Hill Stead Museum y que tiene cierto paralelismo con la titulada: "Ballet español" y que se puede bien encuadrar conceptualmente en la tradición de la pintura de género costumbrista.

Desde 1862 hasta 1864 Manet fue pintando también otra clase de obras: ya naturalezas muertas, pescados, cuadritos con fruta o plantas propias de lugares húmedos y laderas montañosas; emblemática resulta su "Déjeuner sur l’ herbe", «Desayuno sobre la yerba» y que la misma Eugenia de Montijo rechazara porque, en él, una mujer completamente desnuda a la orilla del río está sentada en la hierba entre dos caballeros vestidos, mientras que otra mujer al fondo, recién salida del agua, se pone la camisa.

Manet presenta al Salón de 1864 su principal obra de tema taurino de la época anterior a su viaje a España, se trata del "Episodio de una corrida de toros”, una obra de gran ambición pictórica, un discurso en tres planos o puntos; en primer plano un torero inerte tendido en el suelo, en un terreno intermedio un toro de afilados cuernos y, en un tercer lugar, tres toreros junto al burladero.

Numerosas críticas se producen ante esta obra en el momento de su primera exhibición, se le achacaron desde errores de perspectiva hasta una ausencia total en cada una de las figuras.

Tomando en consideración las críticas el pintor opta por cortar el lienzo, consiguiendo el resultado de una obra verdaderamente maestra: "El torero muerto", que habita en el National Gallery de Washington, pieza también llamada a veces "L’homme mort", surgiendo voces que  hablaban de un supuesto plagio con "Soldado muerto", atribuido a Velázquez. Sin embargo, en opinión del investigador y crítico de arte Álvaro Martínez-Novillo la obra "Torero muerto" tiene su propia personalidad. El traje negro del diestro es el mismo que vestía Victorine Meurent y completa la sobria gama el blanco, el rojo desvaído de la muleta y una finísima gama de grises, que sabiamente Manet supo heredar de Velázquez".

Durante su estancia española, Manet escribe a su amigo poeta Charles Baudelaire las líneas siguientes respecto al espectáculo taurino: "uno de los más bellos, más curiosos y más terribles espectáculos que se pueden ver". No podrá pasarse por alto dentro de la producción pictórica de Manet títulos taurinos como: "Corrida: la muerte del toro", "Corrida: caída del picador" o "Matador saludando".

Un Manet dueño de una técnica que andando el tiempo constituiría uno de los estilos pictóricos de mayor trascendencia e importancia en la vida de las bellas artes.

Bibliografía:

Foucault, Michel. "La pintura de Manet", traducido por Horacio Pons, México, Fondo de Cultura Económica, 2015.

Manet, Édouard. "Correspondencia a Charles Baudelaire", en La España de Manet. Carlos Melchor (editor), Edinexus Multimedia, 2003.

Martínez-Novillo, Álvaro. "El pintor y la tauromaquia", Madrid, Turner, 1988.


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