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En Garrido hay un torero para México

Sábado, 16 Sep 2017    Zacatecas, Zac    Juan Antonio de Labra | Foto: Landín-Miranda           
José Garrido dejó una grata tarjeta de presentación en Zacatecas
José Garrido cayó de pie en Zacatecas. Y fue a base de entrega, valor, y un concepto artístico del toreo, que se tradujo en el corte de una merecida oreja, la única concedida a lo largo de una corrida de extensa duración, con la lidia de nueve toros de por medio.

El desigual juego del encierro de Begoña obligó a la cuarteta de espadas a afanarse en diversos pasajes de un festejo en el que el torero extremeño consiguió redondear los mejores instantes de la tarde, mismos que fueron del agrado de un público que hoy hizo la mejor entrada del ciclo, pero sin llegar al consabido lleno de otros años en una fecha tan señalada en esta plaza.

Y fue con el cuarto toro de la tarde, que tuvo clase y recorrido, con el que Garrido hizo la faena más redonda y de mejor acabado, pues trazó redondos y naturales asentado en los riñones, gustándose en todo momento, y haciendo las cosas muy bien; vamos, como mandan los cánones.

Los remates y los adornos también tuvieron gracia, y como mató de una estocada de limpia ejecución, ligeramente desprendida, cortó una valiosa oreja que paseó orgulloso por el redondel zacatecano, con una sonrisa dibujada en los labios.

Delante del octavo intentó secundar este primer triunfo ante un ejemplar serio y hondo, que era un poco tardo, pero que cuando metía la cara lo hacía humillando.

No desaprovechó Garrido la oportunidad de robarle pases de valía, y aunque el trasteo fue intermitente, hubo muletazos de buen acabado que calaron en la gente, que estuvo muy receptiva con el diestro español, que dejó una estupenda tarjeta de presentación en esta ciudad y demostró que es un torero para el sensible paladar de la afición mexicana. Ojalá que lo pongan en La México, sería importante.

Diego Silveti no tuvo su tarde, y para colmo de males sufrió una fuerte voltereta, afortunadamente sin consecuencias que lamentar. Con excepción de contados detalles, no consiguió el triunfo que esperaba, sobre todo delante del primer toro de su lote, que tenía buenas condiciones de embestida por el lado derecho, siendo el izquierdo por el que el torero de Irapuato se prodigó con entusiasmo y escasos resultados.

El séptimo fue un toro encastado que terminó desarrollando sentido desde que se echó al lomo a Silveti en una peligrosa colada. A partir de ahí ya no hubo forma de enderezar el rumbo de la faena porque el de Begoña se hizo el amo de la situación, no obstante que Diego intentó sacar el carácter de su dinastía para solventar la difícil papeleta. Hoy no pudo ser.

Fermín Rivera estuvo valiente y dispuesto con un lote que no ofreció posibilidades de lucimiento, compuesto por un primer toro que se rajó y otro que no fue nada fácil. El torero potosino se desempeñó con honradez y trató de estar a la altura del compromiso hasta donde sus toros se lo permitieron.

Al quinto le hizo una faena sólida, de mucho mérito, aguantando las miradas de un ejemplar que a veces embestía con el pitón contrario, siempre queriendo enganchar la muleta con violencia. Y Fermín se plantó en los medios, tratando de taparle la cara y llevarlo embebido en la muleta. Así fue como le dio pases de recia factura que le coreó el público con interés.

No anduvo fino con la espada y por eso solamente escuchó palmas tras la lidia de ambos ejemplares. A ver si mañana tiene suerte en el sorteo y le toca un toro que le deje mostrarse a plenitud, pues en este coso ha ganado cartel y la gente lo mira con respeto.

Antonio Romero reaparecía de la grave cornada sufrida hace seis meses en la Plaza México y sólo bosquejó algunos muletazos buenos con el primer toro de su lote, y otros más con el de regalo, ya que en el sexto quedó inédito con la muleta porque el de Begoña se echó y no hubo forma de levantarlo sino a golpe fallido de puntilla, el que antecedió a la estocada del zacatecano.

En el noveno de la función, obsequio de la empresa, Romero buscó agradar y ejecutó pases limpios a un toro incierto, de deslucida embestida. Mató pronto y se retiró cobijado por el cariño de sus paisanos. Ahora habrá que esperar una nueva oportunidad en otra plaza para seguir ganando confianza y recuperar el tiempo de inactividad, producto de su larga y dolorosa convalecencia.

En la corrida de este domingo, a beneficio de Tauromaquia Mexicana, se lidiarán toros de Los Encinos, Boquilla del Carmen, Pozo Hondo, Santa Fe del Campo, Santa María de Xalpa y Campo Real, a ver por dónde "salta la liebre" y cuál de los seis espadas del cartel se lleva el Escapulario de Plata de la Virgen del Patrocinio. Se trata de Ignacio Garibay, el propio Rivera, Arturo Macías, Juan Pablo Sánchez, Arturo Saldívar y Diego Sánchez.

Ficha
Zacatecas, Zac.- Plaza Monumental. Tercera corrida de feria. Dos tercios de entrada en tarde soleada y calurosa. Nueve toros de Begoña (el 9o. como regalo), bien presentados y de juego variado, de los que destacaron 3o. y 4o., éste último por su clase.  Pesos: 469, 490, 482, 486, 520, 534 y 530 kilos. Fermín Rivera (azul noche y oro): Silencio tras aviso y leves palmas. Antonio Romero (azul turquesa y oro): Silencio, silencio y leves palmas en el de regalo. Diego Silveti (grana y oro): Silencio tras aviso y palmas. José Garrido (violeta y oro): Oreja con petición y silencio. Incidencias: El 6o. toro se echó y fue muerto al ser cambiado el tercio. Al finalizar el paseíllo, se tributó un minuto de silencio a la memoria del subalterno Arturo Prado, fallecido el día de ayer. Destacó en banderillas el aspirante Carlos Martel, que saludó en dos ocasiones. 

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