Ha pasado una década de la despedida del maestro hidalguense Jorge Gutiérrez, acontecimiento que tuvo lugar el 4 de febrero de 2007 en la Plaza México y que saldó con el corte de una oreja a un ejemplar de regalo, reconocimiento a toda una trayectoria.

Desde aquel día, Jorge no ha vuelto a vestir el terno de luces y solamente volvimos a verlo torear en público dentro de un festival que tuvo lugar en la plaza "Santa María", de Querétaro, el 17 de enero de 2014, cuando compartió la salida a hombros con Alejandro Talavante tras ofrecer un recital torero.

La tarde de su despedida no fue fácil con los toros de Galindo y tuvo que regalar un ejemplar, de Carranco, para buscar despedirse como deseaba, aunque este toro tampoco otorgó mayores prestaciones. El cartel de aquel día se completaba con José Luis Angelino y José Mari Manzanares, éste último triunfador de la tarde al desorejar a su primero.

Rescatamos un fragmento de la crónica escrita aquel día por un servidor y publicada en el periódico digital universitario Noticia en Línea, cibermedio en el que los estudiantes de comunicación practicábamos el ejercicio periodístico: 

"Bien se dice que no hay plazo que no se cumpla, pues el pasado domingo en la Plaza México llegó la hora de que Jorge Gutiérrez se despidiera definitivamente de los ruedos. Para este acontecimiento se escogió un encierro de Galindo que en general careció de trapío, teniéndose que cambiar dos astados por la poca presencia. Compartieron cartel los jóvenes matadores José Luis Angelino y José María Manzanares

"Tras recibir fuertes ovaciones y gestos de cariño, Jorge Gutiérrez recibió a su primer toro con lances a la verónica en los que no se acopló del todo. Con la muleta, no logró ligar debido a que el burel se quedó parado muy pronto, obligando al diestro hidalguense a cruzarse una y mil veces.

"Sólo algunos detalles destacaron y, tras pinchar varias veces, Jorge se retiró entre palmas. Su segundo, fue un castaño soso al que Gutiérrez dejó la muleta en la cara para tratar que no saliera suelto. Sin embargo, el esfuerzo fue en vano, pues el toro jamás se entregó.

"Ante las notas de las golondrinas, Jorge anunció el regalo de un toro.  El toro de regaló se llamó ´Inolvidable´, número 83 y con 478 kilos, de la ganadería de Carranco, el ultimo burel lidiado por Jorge Gutiérrez en su vida torera, otro toro sin voluntad de embestir al que Jorge logró eslabonar algunos buenos muletazos pero sin cuajar.

"Las golondrinas acompañaron los últimos destellos de esta figura del toreo, ante el aliento de la afición que estuvo de dulce con él. Terminó de media estocada y el juez de plaza le obsequió una oreja, más como premio a una carrera que por un merecimiento real de acuerdo a su labor. Sus hijos le cortaron la coleta en el entro del ruedo y salió a hombros ante el grito de ´torero torero´. ¡Hasta siempre maestro!"