Sergio Flores vuelve a entusiasmar (video)
Domingo, 14 Feb 2016
México, D.F.
Juan Antonio de Labra | Foto: Sergio Hidalgo
Cortó sendas orejas y salió a hombros
Una vez más, a golpe cantado, y con el esfuerzo como bandera, Sergio Flores abrió la puerta grande de la Plaza México. Y lo hizo gracias a esa buena estrella que ilumina su camino y que hoy le envió el mejor lote del encierro de Barralva, a cuyos toros les tumbó sendas orejas.
La mejor virtud fue no desaprovechar la oportunidad de alzarse con un triunfo, y ante las bondades del incierto tercero, que de pronto embistió con transmisión por el pitón derecho, en una serie profunda y de magnífico acabado del espigado tlaxcalteca, que marcó el rumbo de la faena.
Esa serie fue como un espejismo del toro, pues ya no quiso repetir esas embestidas y prefirió aquerenciase en tablas. Pero no fue impedimento par que Sergio le buscara las vueltas en una faena de recursos, fresca y variada, que gustó al público que estuvo muy entregado con él durante toda la tarde.
Así fue como cortó la primera oreja, tras colocar una estocada eficaz, y la paseó feliz de la vida, sabedor de que este reencuentro le hará concebir nuevas esperanzas de cara al futuro inmediato, como ocurrió en el quinto, que era el toro con mejores hechuras de la corrida, por bajo y reunido. Y
Sergio lo entendió bien a lo largo de un trasteo de trazo largo en la que lo hizo lucir citándolo de largo, dándole sus tiempos y su distancia, todo hecho con precisión y sentimiento, como fue la abigarrada y hermosa media verónica del quite.
Las tandas se fueron sucediendo unas a otras con regusto en la suavidad de los toques y la perfecta cuadratura de la muleta, que le dejó siempre puesta al toro para que repitiera sus embestidas.
Y aunque señaló un pinchazo previo a la estocada, después se atracó de toro en el embroque y tumbó sin puntilla al de Barralva, hecho que motivó al público a sacar sus pañuelos en demandas de esa segunda oreja que le permitió salir a hombros.
Ahí está Sergio Flores como un torero que va evolucionando; que se prepara a conciencia; que tiene madurez para entender a los toros y un sentimiento muy personal para hacerles faenas recias que calan en el tendido. Ojalá que se le abran otras puertas, pues está preparado para dar el salto a la primera fila.
Al peruano Andrés Roca Rey se le esperaba con ilusión, y sólo pudo mostrar su tauromaquia en el toro de la confirmación, al que hizo una faena concisa, intensa y valiente, que gustó mucho al público.
Ya desde el capote mostró su apabullante seguridad, y un aplomo fuera de serie tratándose de un torero que apenas comienza. Sin embargo, todo cuanto hizo tuvo la convicción del que no duda nunca, del que pisar la arena con autoridad y sabe bien adónde encamina sus pasos.
El trepidante inicio de faena fue muy emocionante porque se pasó los pitones el toro de Barralva a centímetros en los pases cambiados por al espalda. Y en cuanto se dio cuenta que el toro no iba a durar mucho, lo atacó en la corta distancia en muletazos intensos que se le jalearon con fuerza. Lo malo fue que a la hora de matar colocó una estocada caída y lo que pudo ser el corte de una merecida oreja quedó en una ovación en el tercio.
El sexto era muy basto y no quiso embestir, topando de continuo la muleta del peruano, que no tuvo mucho afán de someterlo al ver esas embestidas tan descompuestas. De tal guisa que anunció el regalo de un sobrero, pero por lo visto no se había hablado del tema con la autoridad -y menos con la empresa- y ésta desestimó tal propósito.
Cuando el juez de plaza Jorge Ramos anuncio por la megafonía de la plaza que la empresa no había autorizado el regalo, creó una gran confusión, pues antes, el inspector del callejón, había afirmado que el regalo no podía darse por órdenes del juez.
La gente salió un tanto molesta e increpando a la autoridad y a la empresa, que no tenía culpa alguna de este hecho; pero más que eso, con el enfado de no haber tenido oportunidad de ver al prometedor Roca Rey con otro toro. Ya volverá, y seguramente se convertirá en un torero que tendrá muchos partidarios por estas tierras.
De Arturo Macías hay poco que decir. La gente le exigió en exceso y no tuvo toros a modo; el primero por deslucido y el segundo porque se lastimó la mano derecha, y aunque tenía voluntad de embestir, esa lesión se lo impedía. El hidrocálido estuvo valiente y centrado en dos quites muy buenos, uno por saltilleras y otro por gaoneras, escaso balance de otra tarde cuesta arriba.
Ficha México, D.F- Plaza México.- Decimonovena corrida de la Temporada Grande. Un tercio de entrada (unas 14 mil personas) en tarde espléndida. Toros de Barralva, desiguales en hechuras y juego, de los que destacó el 5o. por su nobleza. Pesos: 485, 490, 505, 482, 500 y 500 kilos. Arturo Macías (corinto y oro): Silencio y silencio tras aviso. Sergio Flores (tabaco y plata): Oreja y oreja. Adrés Roca Rey (lila y oro): Ovación tras petición y silencio. Incidencias: Al finalizar el paseíllo se rindió un minuto de aplauso a la memoria de Jesús Dávila, que fuera juez de plaza. César Morales y Luis Miguel González picaron con mucha eficacia. Destacó en la brega Fernando López. Antes de concluir la lidia del 6o., Roca Rey anunció que regalaría un toro y la autoridad no se lo permitió. Minutos después el juez de plaza Jorge Ramos afirmó que la empresa era quien no había autorizado el obsequio, lo que provocó confusión entre le gente.
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