La tarde de este domingo tuvo verificativo la última corrida de feria en León Guanajuato y para ello realizaron el paseíllo los diestros Daniel Luque, Arturo Saldívar y el joven Fermín Espinos,a ante poco menos de media plaza y ante un irregular encierro de la ganadería de Bernaldo de Quirós; al final de la tarde tanto el sevillano como “Armillita IV” han salido a hombros de los aficionados.

Daniel Luque ha llegado a León con ganas de encadenar los triunfos, ya que con el que abrió plaza inmediatamente jugó los brazos para ejecutar lentas verónicas de recibo. En los albores de la faena lamentablemente el astado acusó signos de debilidad; sin embargo, el diestro ibérico echó mano de su tauromaquia para estructurar una faena por demás interesante.

Con mucho cuidado fue arrancando los muletazos por ambos pitones que trascendieron a los tendidos, sobre todo cuando fueron abrochados con remates bien delineados. Para poner fin a su labor ejecutó una estocada fulminante y por ello recogió la oreja como premio.

Con el cuarto de la tarde, que también fue un toro carente de fuerza, Daniel Luque realizó una labor por demás interesante ya que poco a poco fue sacando los muletazos que fueron bien rematados con detalles como la trincherilla. Al sentirse podido, el de Bernaldo de Quirós se refugió en la querencia natural y en ese terreno llegó lo más sólido del trasteo.

Si bien las tandas de naturales fueron acompañadas rítmicamente con la cintura, el toreo por el lado derecho se constituyó en pases al natural ya que sin el ayudado y en el terreno de los adentros dejó una estampa de torero excepcional. Para corroborar su actuación ha dejado un volapié que de suyo merecía el corte de una oreja, de manera muy acertada la autoridad respondió a la exigencia del público que pidió ambos trofeos.

Justamente hacía una década que la feria de León no contaba en sus carteles con algún matador de toros integrante de la dinastía Armilla, y es que recordar las grandes faenas de los maestros Fermín y Miguel en esta plaza definitivamente obliga a tener ilusión por Armillita IV. Consciente de lo anterior el menor de la dinastía ha tenido una tarde muy interesante, ya que ha mostrado dos facetas de su joven tauromaquia.

El tercero de la tarde sin duda ha presentado muchas dificultades ya desde su salida y sobre todo por el pitón izquierdo se colaba de fea manera; no obstante, Espinosa logró cuajarle los lances a la verónica. Al llegar al último tercio los defectos del astado se habían acentuado por lo que el hidrocálido hubo de realizar un toreo muy firme en el que aguantó los parones y a la vez obligó a embestir al de Bernaldo de Quirós.

Después de aguantar en varias series por naturales, ejecutó los postreros pases por alto, lamentablemente llegaron los fallos con la espada por lo que sólo cosechó una ovación en el tercio.

Con el que cerró plaza, Armillita IV regresó al sendero del toreo artístico y aunque su enemigo mostró una evidente debilidad también tenía mucha calidad, después de una aseada actuación con el capote el de Aguascalientes ha sacado la herencia de arte que atesora.

Series por el pitón derecho que además de ser ejecutados a media altura por aquello de cuidar al toro, fueron confeccionadas con mucha lentitud, por ello y sin desesperarse el joven diestro finalmente encontró los caminos para proyectar con fuerza hasta los tendidos.

Después de los muletazos finales se tiró a matar con una gran determinación y al sepultar el acero logró cortar las dos orejas.

Arturo Saldívar también ha estado muy voluntarioso sin embargo a decir verdad no ha contado con mucha colaboración por parte de sus dos astados, con el segundo de la tarde y a pesar de la debilidad de su enemigo por mementos se acomodó tanto con el percal como con la muleta, desafortunadamente falló con el acero y además de un aviso escuchó la ovación de reconocimiento.

Con el quinto de la tarde, Saldívar realizó una faena muy interesante en la que destacó por sobremanera la verticalidad y los detalles, tandas por ambos pitones que mostraron la personalidad del hidrocálido; lamentablemente, y cuando ya tenía ganado el trofe,o llegaron los fallos con la espada que tan sólo le permitieron recoger una ovación.