La faena más entonada de la corrida de hoy en La México corrió a cargo de El Fandi, que en el quinto no anduvo fino con la espada y fue pitado, mientras que El Zapata y Mario Aguilar estuvieron muy esforzados y brindaron detalles ante los toros de Javier Garfias, en medio de una entrada muy pobre.

El segundo toro de la tarde fue el ejemplar que presentó mejor condición, pues contó con nobleza y movilidad, virtudes que aprovechó El Fandi para estructurar una labor de interesante acabado y en la que brilló con las banderillas, fundamentalmente al ejecutar en dos ocasiones el llamado “par de la moviola”, en un alarde de facultades al correr hacia atrás.

Supo el granadino irle tomando el ritmo a las templadas embestidas del de Javier Garfias y eslabonó trazos por derecha que calaron en los tendidos, siempre despacio y dejando atrás el “huracán” en el que este torero suele convertirse delante de los astados. Hoy toreó con mayor calma, cuidando al burel y lo hizo también al natural, alargando lo más posible el muletazo y culminando una faena que quizá no alcanzó la completa redondez, misma que no valió una posible oreja porque la estocada resultó muy trasera y tuvo que hacer uso del descabello.

El segundo de su lote, al que también cuajó con las banderillas, poco se prestó para el lucimiento, dado que llegó al tercer tercio defendiéndose y poniéndose por delante, desarrollando sentido. David decidió abreviar y toreó por la cara, pero luego anduvo fatal con la espada y se retiró ante fuertes pitos al escuchar dos avisos. Agridulce actuación, pues los abucheos contrastaron con lo cómodo que se notó ante el que abrió su lote.

Mario Aguilar no tuvo fortuna en el sorteo y solamente pudo mostrar tesón y cabeza clara, dos virtudes importantes para los toreros. Su primero terminaba con la cara arriba y no tenía gran recorrido, pero el hidrocálido se afanó en sacarle partido y regaló algunos muletazos de calidad, aunque ciertamente aislados, siempre con firmeza. Entre lo mejor, un muy bonito quite por tafalleras, así como la dosantina.

El último de la tarde llegó sin mucho fuelle al tercio final y seguramente le pesaron los 551 kilos. Mario nuevamente trajinó despejado de ideas y le fue dando aire, sobándolo de a poco para poder extraer detalles impregnados de clase, sobre todo por derecha. Luego se metió entre los pitones y expuso, e incluso fue volteado, muestra de valor que el público supo aquilatar con sus palmas.

La actuación de Uriel Moreno “El Zapata” contó con destellos de su característica variedad torera, aunque tampoco le fue favorable el sorteo. Delante de su primero cubrió con clase el tercio de banderillas, en pares al cuarteo que gustaron en el tendido. El trasteo tuvo solamente algunos derechazos que brillaron, así como un cambiado de mano, pases en los que fue consintiendo la embestida de un toro desclasado y que acudía sin mayor ritmo, picado magníficamente por César Morales en la suerte de varas.

Ante su segundo hubo poco que hacer, ya que el ejemplar soseó desde salida y llegó a la muleta sin emplearse, terminando con la cabeza a media altura. Eso sí, de nuevo lucido en banderillas el torero tlaxcalteca, consiguiendo el par monumental aunque quizá sin la espectacularidad de otras tardes en su ejecución dado que el toro le fue incierto, para luego andar muy voluntarioso con la tela roja.

Entramos ya en la recta final de la Temporada Grande y aparece en puerta el festejo del aniversario 69 de la Plaza México, el cual será este jueves 5 de febrero, a las 20:00 horas, con Sebastián Castella, Octavio García “El Payo” y Arturo Saldívar, ante los toros de Barralva.