El matador Jorge Mata se recupera satisfactoriamente de la operación que le practicaron la semana pasada en una clínica de Torreón, donde le fue amputada parte de su pierna derecha, por debajo de la rodilla, como consecuencia de la gravísima cornada sufrida en Villahermosa en 2007.

Hace algunos días abandonó el Hospital Club de Leones, y se encuentra en reposo en su domicilio tras este duro trance al que fue orillado por la peligrosa infección que tenía en el hueso del tobillo, donde estaba a punto de aparecer una septicemia gaseosa que hubiera tenido consecuencias fatales para su salud.

Los doctores Enrique Montes Páramo y Eduardo Martínez, encargados de operarlo, consiguieron salvar la articulación de la rodilla, lo que facilitará, en algunas semanas, la colocación de una prótesis que permitirá a Jorge hacer su vida normal y caminar si ayuda de muletas.

La evolución de la herida depende del tiempo de cicatrización y que no se presente ninguna infección, y se calcula que en unos tres meses Jorge podrá estar adaptado a esta nueva etapa de su vida, ahora dedicada, desde hace varios años, a distintos trabajos en el Coliseo Centenario de Torreón y también al lado del cantante y actor Pablo Montero.

"La decisión fue fuerte, y me llevó algunos años asumirla, pero también era lo mejor para mi salud y pensando sobre todo en que soy padre de dos hijos aun menores de edad, no me la podía pasar entrando al quirófano, como pasó todos estos años, durante varias semanas al año. Estoy muy agradecido con la gente del medio taurino que se han preocupado por mi salud, lo que ha hecho que mi ánimo se mantenga en alto, y desde luego con el matador Arturo Gilio, que no se ha separado estos días de mi lado", comentó Jorge Mata.