La rejoneadora Mónica Serrano fue lo más destacado y lo más emocionante esta tarde en la tercera corrida de la temporada en la ciudad de Tijuana, donde también destacó el hidrocálido Fabián Barba, que cortó una oreja al igual que la caballista capitalina.

Habría plaza "Xolo", de La Estancia, para la rejoneadora Mónica Serrano, al que templó muy bien montando a "Irún" con el que clavó dos rejones de castigo traseros, pero el temple y ejecución ahí quedaron; banderilleó montando a "Madroño" y "Gaudí" con los que clavó en lo alto. Mató en dos intentos y el público la sacó a dar la vuelta la ruedo con mucha fuerza.

Si la primera faena fue de emoción y buena lidia, lo hecho con su segundo, "Maestro", de la vacada de Jorge Hernández Andrés, fue de locura. Mónica rayó a gran altura, demostró la gran doma y el poder que tiene como jinete; primero se rodó muy bien montando a "Irún" y banderilleó estupendamente sobre "Madroño", "Obelisco" y "Gaudí", caballos con los que emocionó al público, al que verdaderamente puso en pie. Mató de pinchazo y un rejón algo defectuoso, pero que le valió la oreja. 

Fabián Barba se presentó en la temporada con "Centenario", con el que lució toreando por chicuelinas. Con la muleta se le vio con habilidad ante un toro de escasa fuerza, que rodaba cuando le bajaba la  mano; estuvo torero y muy dispuesto. Mató de un estoconazo que valió la oreja solicitada por el público.

"Ventanero" fue el segundo ejemplar que lidió Barba; se fue a portagayola y recibió un fuerte golpe. Se levantó y fue al toro con alegría y disposición; hizo un quite por chicuelinas. Con la muleta se le vio puesto y dispuesto ante un toro que tenía calidad en la embestida, pero poca fuerza y escasa bravura.

"Presidente" fue el toro de regalo, de Boquilla del Carmen. El de Aguascalientes lo lanceó bien, jugo los brazos logrando momentos de calidad. Con la muleta se cansó de torear, pegó pases y más pases, pero con poca transmisión. Mató de estocada y descabello, y se retiró en silencio.

José Mauricio volvía a Tijuana con "Cubetero", con el que se vio sin mucho sitio; si bien es cierto el toro tenía poca fuerza y acusaba debilidad, no anduvo despejado de ideas. Eso sí, se le vio valor y ganas, pero escasa estructura en su faena. "Adelito" fue el toro que cerró plaza en la lidia ordinaria; una vez más no logró centrarse.