Dice la frase coloquial "el que tuvo… retuvo". No han pasado más de unas pocas horas desde la rueda de prensa en la que Casa Toreros presentara el cartel de una Gala Taurina y, como Eloy Cavazos está anunciado para partir plaza en ese festejo, los rumores ya han alcanzado altos decibeles. Claro que es un cartel de lujo, pues lo conforman también, Pablo Hermoso de Mendoza, Joselito Adame, Octavio García "El Payo" y el novillero Antonio Lomelín.
Pero, si nos atenemos a las declaraciones vertidas la tarde de ayer por el matador regiomontano en el retiro, no hay tal vuelta –creo yo– a los ruedos. Al menos, no para matar corridas de toros, y sí, para agregar un buen puño de granos de arena a las taquillas de este festival benéfico.
"Estoy aquí para ayudar a quienes más lo necesitan" dijo el diestro de Ciudad Guadalupe a la concurrencia. Y fiel a sí mismo remató: "He toreado en Guadalajara desde que era chiquito. Bueno… sigo estando chiquito. Pero, siempre que se trate de ayudar, ahí voy a estar", expresión que arrancó una ovación de la abundante concurrencia que se dio cita en el ensolerado coso, entre las que saludamos a Enrique Tejeda, representante personal de Alfredo Barba Mariscal, presidente municipal de Tlaquepaque.
El evento fue un corte de listón, metafórica y literalmente, a las actividades en la plaza de toros El Centenario (o "Del Centenario", como también se le llama y que genera cierta polémica), ya en administración de la empresa de Juan Pablo Corona y Pablo Moreno.
Brevísima historia de la plaza
A finales del siglo XVII, en el pequeño pueblo de San Pedro, jurisdicción de Tonalá, en la provincia de la Nueva Galicia (ahora estado de Jalisco), se carecía de agua, aún para las necesidades más indispensables de los habitantes. De esta necesidad, se genera la actividad taurina en Tlaquepaque. Las mujeres del pueblo, forzosamente debían caminar largos tramos, hasta los ojos de agua para conseguir el vital líquido.
En el camino, se dieron varios casos de ultrajes a las féminas, a manos de de los vagos del camino. Ante las quejas constantes, don Jacobo Ugarte y Loyola, presidente de la Real Audiencia mandó celebrar corridas de toros en San Pedro, y que con su producto, se trazara un acueducto desde los manantiales, hasta una pila o fuente que se construiría ex profeso.
Así continuaron, hasta que a principios del siglo XIX, la sangrienta lucha de independencia impidió que continuaran los festejos. Fue hasta 1880 que da comienzo la edificación del coso que se conserva, con muy pocos cambios, hasta hoy. La construyó el Arquitecto Juan N. Saracho. Pero fue hasta el 17 de abril de 1898 que abrió las puertas (ya bautizada en honor del diestro de Elgóibar (Guipúzcoa), Luis Mazzantini) para que se diera el primer festejo. Dieciocho años después de su fundación, se remodeló la explanada y en mayo de 1910 fue re-inaugurada y re-bautizada con su nombre actual.
Los tlaquepaquenses han visto en su ruedo a muchos toreros y a figuras de la talla de Rodolfo Gaona, Juan Belmonte, Fermín Espinosa “Armillita, Pepe Ortiz, Silverio Pérez. En fechas más recientes, a Manuel Capetillo, Julián López “El Juli” –en su etapa de novillero– Eulalio López "Zotoluco", Manuel Capetillo. Han regenteado el coso, desde los vecinos, empresas formales, matadores y hasta el mismo Ayuntamiento.