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Esforzada actuación de Rivera en Duitama

Jueves, 02 Ene 2014    Duitama, Colombia    Rodrigo Urrego | Especial          
Aseada verónica del torero colombiano, que reapareció en esta plaza tras cinco a&n
La primera corrida de la feria de Duitama naufragó por el descastado encierro de Rocha Hermanos. Sólo dos toros, el cuarto, segundo del rejoneador Willy Rodríguez, y el séptimo, segundo de Jaime Caro, intentaron salir del guión del fracaso, pero no fueron suficientes para que la tarde alcanzara a elevar su vuelo.

Por el contrario. La corrida fue larga y anodina. Se puede resumir en la solitaria oreja que paseó Willy Rodríguez al cuarto, al que pudo disfrutar con momentos de buen toreo a caballo y con el que estuvo limpio en la ejecución de las suertes, pero sobre todo al que mató con efectividad.

Fue el único sorbo de triunfo que se bebió del pozo sin fondo de Rocha Hermanos, aunque hubo un toro que ofreció el triunfo con entrega. Fue el séptimo, el único de embestir. Siempre tuvo intenciones de perseguir la muleta, de hacerlo con buena condición. Enfrente encontró la muleta de Jaime Caro quien no encontró en su tauromaquia la forma para disfrutarlo, por el contrario, naufragó a la deriva sin poder encontrar el sitio para sacar provecho.

Guerrita Chico, debutante en Duitama, tuvo momentos de toreo templado con el primero, especialmente unas series con la derecha que tuvieron ligazón. Una faena que se vino a menos a medida que la raza del toro escaseaba. El quinto, segundo de su lote, parecía tener la fórmula. Sus embestidas iniciales eran nobles y codiciosas, y así regaló una serie que fue emotiva por el ímpetu con que el animal persiguió la muleta. Pero todo cambio en la segunda serie y el toro cambió su comportamiento y no hubo manera de remontar, pese a al empeño de Guerrita.

Ricardo Rivera, quien regresaba a Duitama tras cinco temporadas ausente, se estrelló contra un muro infranqueable, el de dos toros descastados y además peligrosos. Pudo expresarse a la verónica con el primero. Pero todo no fue más que una ilusión. Pues a la muleta el toro llegó a la defensiva, midiendo el cuerpo del torero y quedándose cortó en sus embestidas. Condiciones que no fueron pretexto para Rivera, quien más allá de aliviarse, como indicaba el sentido común, decidió ofrecer sus muslos a cambio de una embestida y así alcanzó a arrancar muletazos que parecían imposibles.

Delante del octavo, otro ejemplar descastado, Rivera le aplicó la misma fórmula y consiguió arrancar una serie por la izquierda poderosa.

Ficha
Duitama, Colombia.- Plaza "César Rincón". Primera corrida de feria. Un tercio de entrada en tarde agradable. Toros de Rocha Hermanos (1o. y 4o. para rejones), justos de presentación y descastados en general, salvo 4o. y 7o., que fueron los más potables. El rejoneador Willy Rodríguez: Silencio tras tres avisos y oreja. Guerrita Chico (azul marino y oro): Silencio y silencio tras aviso. Jaime Caro (verde manzana y oro): Silencio tras dos avisos y pitos tras tres avisos. Ricardo Rivera (berenjena y oro): Ovación y ovación tras dos avisos.


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