Fue una tarde sin corte de trofeos por diferentes circunstancias. Leonardo Hernández hizo lo de más calidad y calado en el tendido, y si no cortó orejas fue por sus fallos con el rejón de muerte. Jorge Hernández Gárate tuvo pasajes de interés durante sus dos faenas, aunque sin llegar la faena redonda y además con fallas al rubricar con el rejón de muerte. Por su parte Rodrigo Santos tuvo una tarde de altibajos, caracterizada por la inseguridad de las cabalgaduras y por estar éstas a merced de los pitones en varios momentos.

La parte emotiva del festejo se vivió durante la lidia del cuarto toro, donde tras una pega de mérito, se despidió el cabo del grupo de Forcados Queretanos, Antonio Vera, que dio una vuelta al ruedo arropado por sus compañeros y en medio del cariño de la afición. No es muy usual ver esta clase de ceremonia en el centro del ruedo, cuando en una analogía del corte de coleta de los toreros, el forcado que se despide es despojado de su chaqueta.

Éste toro le correspondió a Rodrigo Santos, y salió de toriles con un problema en las patas traseras, que posteriormente se confirmaría en el análisis post-mortem que se debió a una hernia, derivada de una cornada. Tuvo sin embargo el toro voluntad de embestir, tan así que tuvo a su merced en más de una ocasión a los caballos. Fue la actuación de Rodrigo Santos a más en banderillas -tras un inicio incierto con los rejones-, aunque sin terminar de impactar en los tendidos. Tras la pega culminó su labor con media ración del rejón de muerte primero, y después con uno entero, para escuchar algunas palmas.

Su primero fue de más a menos, pero mientras empujó también pudo causar un desaguisado a las cabalgaduras. Tras un rejón de castigo, Rodrigo Santos trató de lucir, sobre todo con las banderillas al violín, aunque quedó la impresión de no haber estado al cien en comunicación y dominio de los caballos; máxime cuando daba la impresión de exigirles en demasía. A éste hubo de descabellarlo tras un fallo del puntillero, que levantó al toro que antes había doblado con un rejón de muerte entero; hubo palmas.

Leonardo Hernández tuvo oportunidad de tocar pelo en el que cerró plaza, un toro con transmisión y embestidas impetuosas que el rejoneador pacense supo templar de salida con "Burladero", con el que clavó dos rejones. La faena subió de tono montando a "Verdi", con el que estuvo espectacular en los quiebros y en las casi dos vueltas al ruedo cabalgando a dos pistas; estos momentos metieron definitivamente a la gente en la faena. Lamentablemente, tras la pega de los Forcados de Juriquilla marró con el rejón de muerte y perdió la posibilidad de obtener algún trofeo, aunque ahí quedaron los momentos que confirmaron porqué ha triunfado en los principales escenarios de España.

Antes, en su primero, había metido en una labor templada las embestidas de un burraco que de salida tardó en enterarse. Buena faena con banderillas, cortas y rosas montando a "Xarope" y "Travieso", aunque sin llegar a calentar del todo al tendido. Tras dejar el rejón de muerte muy trasero hubo una ligera petición de trofeo que no fue atendida, por lo que el premio quedó en una salida al tercio.

Y el único que dio vuelta al ruedo, eso sí, acompañando a los Forcados Mazatlecos que hicieron una buena pega al segundo intento, fue Jorge Hernández Gárate en el quinto de la corrida, un toro al que atinadamente sólo le colocó un rejón de castigo, que cumplió, persiguió las cabalgaduras y con el que estuvo sobre todo espectacular en las banderillas al violín.

En su primero, un toro que tuvo buen estilo al embestir a los capotes de las cuadrillas y al que clavó dos rejones de castigo, escuchó palmas tras otra faena donde también impactó en las banderillas al violín. A éste tuvo que descabellarlo tras fallar con el rejón de muerte.