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Dicen en los mentideros taurinos...

Sábado, 17 Nov 2012    México, D.F.    Manola Cobas | Especial   
Rumores, chismes y un poco de humor con tono taurino

¡Aquí no ha pasao ná!

El toro que cuajó Morante el otro día en Guadalajara se llamó "Mano negra", y todo apunta a que el nombre de este ejemplar de Teófilo Gómez llevaba una dedicatoria especial, pues no en vano al torero andaluz "le tocó en suerte" (si así podemos decirlo eufemísticamente) el lote más agradable de la corrida. Me cuentan los banderilleros, que siempre andan en lo suyo en los sorteos, que lo natural hubiese sido "abrir" los tres toros más serios (de Los Encinos, Barralva y uno de Campo Real, el número 402), para que fueran "enlotados" con los tres más armoniosos, que procedían de Teófilo Gómez (el dichoso "Mano negra") el de Xajay y el otro del Chino Gómez (también de Campo Real). Pero a la mera hora… "nada por aquí, nada por allá" y… "¡Venga, señores, vamos a entorilar!" gritó alguien, ya que aquí, como rezaban los realistas versos del poema "El Arenero", del padre Ramón Cué, "¡Aquí no ha pasao ná!".

"Con un ojo al gato…"

Hablando de hombres de plata, el histriónico Fermín Quiróz, que el domingo anterior actuó bajo las órdenes del matador Diego Silveti, en esa misma corrida celebrada en la plaza "Nuevo Progreso", andaba muy "mosca" mirando, desafiante, a todo aquel que profería cualquier palabra, reclamo o pito hacia Silveti. Y así, inquieto como es él, metido en la tronera de un burladero, miraba hacia el ruedo la labor de Diego y también de reojo, cuando comenzaban a meterse con el hijo del Rey David. Y con más tics nerviosos que un reloj, Quiróz debió padecer por la noche una dolorosa tortícolis, pues no dejó de mover el cuello y la cabeza de un lado a otro, maldiciendo, entre dientes, a todos aquellos espectadores que se metieron con su torero.

¿Y el minuto de aplausos para Montes?

Aunque un grupo de aficionados zacatecanos, encabezados por Samuel Cruz, se acercaron con el juez de plaza Arnulfo Martínez para decirle que sería bonito ordenar un minuto de silencio o de aplausos (según la costumbre en esta plaza) a la memoria del matador Armando Montes, fallecido en días pasados de manera trágica, el usía dijo que no lo veía claro porque Montes no era tapatío, y que con este cartel (se refería al mano a mano entre Morante-Silveti) lo veía "prácticamente imposible". Y así, sin más, se dio la media vuelta y se marchó sin dar mayores explicaciones. ¡¿Qué tal?! La buena fe de estos samaritanos, como decían las sagradas escrituras, se topó con una actitud desconcertante por parte del señor juez. ¿Sería que todavía andaba nervioso por aquello del espejismo del sorteo? Sabrá Dios.

Ahuyentó a los zopilotes

También se dejó ver el otro día por Guadalajara el carismático Brujo de Apizaco, que andaba feliz de la vida haciéndose fotos y firmando autógrafos desde la hora del sorteo (perdón, dijimos que desde la hora del entorilamiento; ¡maldita costumbre dominical!, ¿verdad?). A pregunta expresa de una admiradora, que le dijo que lo había visto en Huamantla todavía muy desmejoradillo, El Pana, haciendo mofa de sí mismo con un gran sentido del humor, le respondió con una sonrisa en los labios: "Es que entonces, chata, todavía tráiba los zopilotes revoloteando aquí arribita". ¡Caray con El Panadero! También pudimos verlo desde el tendido, cuando casi al final del festejo andaba desparramando la vista buscando a su "carapálida" como le apoda a su gachí, la gringa de cabellera jabonera que es madre de la hija del singular torero. Ojalá que pronto vuelva a torear, se lo deseamos de todo corazón.

Al estilo de "Ruco" Balboa

No se supo bien-a-bien el porqué, pero dicen en los mentideros taurinos que sí estuvo grotescona la bronquita que le armaron el doctor Herrerías y su chaval a Fernando Lozano, apoderado de Juan Pablo Sánchez, el domingo anterior en La México hacia el final del festejo. El caso es que hubo intercambio de palabrotas y reclamos mutuos, y los más chismosos cuentan que, poco después, en el largo túnel de cuadrillas, hasta le soltaron a Lozano un gancho al hígado al más puro estilo de "Ruco" –¡perdón, otra vez!–, quiero decir Rocky Balboa, que por cierto también ya anda sesenteando el que llamaban "The Italian Stallion" (en cristiano: "El semental italiano", pa que me entiendan). ¡Pero si estas cosas no son nuevas, hombre! Que nadie se escandalice, por favor. ¿No se acuerdan el año pasado de las mentadas que profirió el "Doc" a Saldívar cuando iba a hombros? Es parte del chou farandulesco, esencia latente del gran coso capitalino en tardes de relumbrón.

¡La vida es una tómbola!

Después de más de tres años en el paro obligatorio, el apoderado en retiro más famoso del planeta de los toros, José Manuel Espinosa, ya consiguió una chambita taurina. Lo más increíble es que es de periodista en el diario Milenio, donde publicará las crónicas de la Plaza México todos lunes (¿grillaría a Octavio Lagunes, responsable de este espacio? Mejor no apuesten, porque la pierden, ¿eh?). Lo que no me explico es que la moda más reciente era ser periodista y convertirse, a la misma vez, en apoderado… ¡pero nunca al revés! En fin, será interesante leer esos textos en los que esperemos que José Manuel no destile ningún tipo de amargura… ni de aguardiente, por supuesto. ¿Lo debemos llamar colega? Suena chido, y más aún por el recuerdo de aquella famosa letra que cantaba el trompudote de Laboriel: "La vida es una tómbola, tóm-tóm-tómbola".


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