No ha pasado mucho tiempo desde que se dio a conocer el proyecto de una nueva escuela taurina que se echó andar en Aguascalientes, bajo los auspicios de la Empresa Espectáculos taurinos de México, donde se entrenan por lo menos una veintena de jovenes que sueñan con ser toreros y de la que hoy podemos constatar los grandes avances que sus maestros han logrado.
 
Sí, porque lo que vimos hoy en la Novillada de la Feria de Monterrey 2012, es una muestra patente que las cosas que ahí ocurren se están haciendo con profesionalismo y sobre todo una ilusión conjunta, desde esa base la pirámide en la que se encuentran como base los señores Bailleres, pasando por su director Fernando Lozano y los matadores Manolo Arruza y Luis Fernando Sánchez, como maestros titulares, hasta ese cúmulo de chavales aprendices aque se han puesto como meta ser toreros.
 
Para la afición de Monterrey fue muy grato conocer, jalear con saborio y regocijo esos capotazos y muletazos que ofrecieron en sus actuaciones los noveles Rafael Reynoso y Diego Emilio, quienes con su frescura, juventud pronta, pero con un entendimiento de causa, supieron sortear las complicaciones de un encierro dificil de El Vergel, que en otras condiciones les hubiera echado mano en mas de una ocasión.
 
Decir que ambos cortaron una oreja cada uno, es en terminos escolares, que cumplieron una aceptable nota en el examen que ayer les tocó presentar ante un público conocedor de lo bueno y que aprobó con sus aplausos esos pasajes de buen toreo que ambos ofreceron.
 
Con tres novilladas en su palmarés, no es momento de entrar en detalles en las faenas de cada uno de ellos. Basta decir que, en los tres tercios, de capa, banderillas y muleta cumplieron con notas sobresalientes sus respectivas actuaciones y nadie de los presentes en el coso de la Monumental Monterrey podrá decir lo contrario.
 
Al contrario, la nota es que ¡habemus toreros! para una nueva generación. Dos chicos excepcionales que nos hicieron recordar a los que años atrás vinieron en las mismas circunstancias al debutar en Monterrey: Arturo Saldívar y Octavio García "El Payo", hoy pese a su juventud, toreros que se van consolidando en la gran baraja taurina mexicana y que como muestra está la gran tarde que, a la misma hora que aquí, se reencontraba consigo mismo y con el público de la capital este último, El Payo, en la cazuela de Insurgentes.
 
Del tercer espada en el cartel, Alberto Valente, de Monterrey, podriamos decir lo mejor: que es un torero ejemplo para muchos de esa valentía y pundonor para sobreponerse a las adversidades de no tener un maestro de planta como sus alternantes, de no estar sometido a un regimen de horarios y entrenamientos, de no verle la cara a las vacas en las ganaderias como los primeros, pero sí con una ilusión que brota a flor de piel por sacar la cabeza del cabuz del tren en el que se encuentra.
 
No será facil, pero no todo está perdido. Una tarde sin suerte como la tuvo Valente, quien no cortó las orejas, la tiene cualquiera. El verdadero exito radica en saber sobreponerse a los golpes de la vida, a las cornadas y a los imponderables de los encierros, mas cuando se alterna con dos jovenes apenas surgidos del cascaron.
 
Fue una tarde agradable, en la que los novillos de los señores Octaviano García padre e hijo, pusieron a prueba a los toreros y ellos en sus diferentes etapas de aprendizaje resolvieron la papeleta. Suerte para Valente, que el ánimo no decaiga y mucha más suerte para los triunfadores que ya saborearon las mieles del triunfo justo y legal en una plaza de primera, que es tan solo el primer escalón de un largo camino que habrán de recorrer en el futuro.
 
Enhorabuena para sus maestros, Arruza y Luis Fernando. Ese es el camino a seguir para poder nutrir las filas menores de un puñado de jovenes promesas que reverdezcan el otoño de la baraja.
 
Lastima por los regios que, siendo cuna d egrandes maestros en la historia, hoy tienen que resignarse a que "los de afuera" les están comiendo el mandado. De todo esto debe haber algún culpable, la misma empresa por no sembrar la semilla desde años antes, los ganaderos por no apoyar como se merece a los de casa, los matadores jovenes y veteranos que no se han hecho acompañar a su vera en las ganaderías de algun prospecto que enseñar, de las autoridades municipales por no ver hacia otros Estados cómo se está trabajando....
 
Valente, la culpa no es tuya el haber estado a años luz de distancia de tus jovenes alternantes.... ¡alguien tiene que ponerse ese saco que no te pertenece cargar!