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Mucho toreo y rivalidad, en Guadalajara (video)

Domingo, 04 Nov 2012    Guadalajara, Jal.    Juan Antonio de Labra | Foto: Memo Sierra           
El torero francés cuajó una faena de gran acabado al segundo toro
El esfuerzo de los tres toreros del cartel, y el nivel de toreo que desplegó cada uno de ellos, con un estilo tan diferente entre sí mismo, fue el denominador común de una tarde muy interesante que vivió su pasaje medular durante la lidia de los toros corridas en segundo, tercero y cuarto lugares.

Y si Zotoluco había estado correcto delante del toro que abrió plaza, un ejemplar incierto que a veces metía bien la cara y en otras miraba mucho al toreo, en el cuarto se empleó a fondo en una faena de mucho calado en el tendido.

Porque fue precisamente el cuarto de la tarde el toro que tuvo más transmisión de la corrida de Campo Real, y no lo desaprovechó Eulalio en ningún momento, ni siquiera cuando el toro salió arreando en el capote y le enjaretó tres largas cambiadas de rodillas y un riesgoso toreo por chicuelinas en los medios, dándole muchas ventajas.

El comienzo del trasteo tuvo mucha reciedumbre, pues Zotoluco ordenó un castigo muy medido en varas –la corrida estaba saliente flojita– y el toro se vino arriba, lo que obligó al torero de Azcapotzalco a someterlo en unos doblones muy toreros.

A partir de ese momento en el público, ése que en otras tardes le ha exigido en exceso, se le entregó a rabiar y así discurrió la faena, con el toreo roto, despatarrado, llevando muy largo la embestida de "Mayoral" y rematando los muletazos por debajo de la pala.

Ni siquiera dos inoportunos desarme, sucedidos en distintas fase del trasteo, restaron brillantez a una obra seria y comprometida en la que brilló la veteranía de Eulalio en todo su esplendor.

Los naturales, los redondos, los martinetes y la improvisación en general de la que estuvo tocada la faena, constituyeron una obra rotunda en la que hubo entrega sin miramientos.

Y de no haber señalado un pinchazo previo a la estocada, seguramente hubiera cosechado una valiosa oreja para igualar así el resultado numérico de Sebastián Castella, que hasta ese instante de la corrida ya tenía en la espuerta ganada a ley.

Ya el torero de Beziers había puesto el listón alto con el segundo toro de la corrida, que fue ligeramente protestado de salida y al poco rato acalló las voces inconformes embistiendo con galanura a la muleta de Sebastián, que supo torearlo con mucha expresión y una asombrosa suavidad de toques, por leves y precisos, en los que el toro se imantó con una gran clase para embestir con mucho ritmo al engaño.

Así vinieron los muletazos ligados en un palmo, girando en los talones, con un ritmo pasmoso y la sabiduría de la figura del toreo que sabe cuajar a un toro de tan noble condición.

La gente se entusiasmó con la faena de Castella, que también se le notó emocionado y disfrutando, en esta fase de su vida torera en la que está gozando el toreo y haciendo las cosas que le gustan, sobre todo cuando un toro le embiste así; es decir, a la mexicana.

La misma cadencia con la que estuvo toreando la empeló a la hora de entrar a matar y colocó una estocada despaciosa que fue el mejor colofón a una faena premiada con una oreja de esas que satisfacen al artista que la obtiene.

Y si ya había sacado el sentimiento con "Gitano", el salinero que salió en quinto lugar no le permitió casi nada. La gente se metió con el de manera inexplicable, quizá molesta porque no podía seguir gozando con su toreo, y como consecuencia de tan descastadas embestidas de ese toro con el que prefirió abreviar.

Juan Pablo Sánchez debutaba hoy en Guadalajara, plaza donde nunca antes había actuado ni siquiera en su etapa como novillero, y aprobó con nota alta porque toreó francamente bien al tercero, un toro de preciosa lámina, muy en tipo del toro de San Mateo de toda la vida, que llegó sin demasiada fuerza a la muleta pero sí, con nobleza.

A pesar de que "Carbonero" no rematada del todo sus embestidas, Juan Pablo sacó a relucir ese temple de oro y el poderío de una muleta que se mueve con soltura en las muñecas del hidrocálido.
Y si a ello sumamos el valor espartano que lo hace quedarse tan quieto, el toro terminó por embestir con más compás a la par que Juan Pablo se recreaba en los muletazos y también en los olés profundos de una afición a la que causó una grata impresión.

Una estocada delanterilla y desprendida, quizá porque le toro se quedó completamente parado en el momento del embroque, impidió que le concedieran la oreja que se había ganado a pulso. Tuvo que conformarse con dar una aclamada vuelta al ruedo que en esta plaza tiene sabor a triunfo.

El sexto era el único toro fuera de tipo de los seis y desde el capote embistió rebrincado y con violencia, lo que ya no facilitó las cosas a Juan Pablo. Al final, dio la impresión de que el público tapatío se quedó con ganas de verlo redondear el triunfo, así que lo más seguro es que vuelva por estos pagos a alguna de las corridas del mes de febrero, pues ya está visto que también en esta plaza tiene patas para gallo.

Ficha
Guadalajara, Jal.- Plaza "Nuevo Progreso". Tercera corrida de la temporada. Poco menos de media entrada en tarde nublada y fría, con ligera llovizna al final. Toros de Campo Real, correctos en presentación, armoniosos de hechuras en su conjunto, salvo del 6o. y de juego desigual, de los que sobresalió el 4o. por su transmisión. Pesos: 520, 515, 475, 520, 490 y 485 kilos. Eulalio López "Zotoluco" (tabaco y oro): Palmas y ovación. Sebastián Castella (negro y oro): Oreja y división. Juan Pablo Sánchez (sangre de pichón y azabache): Vuelta tras petición y silencio. Incidencias: Destacó en la brega Sergio González, y con los palos Javier Ambel y José Luis Castañeda, que saludaron tras banderillear al 5o.


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