A estas horas, los señores Bailleres, propietarios de la ganadería de San Martín, deberán estar revisando los libros con las notas de tienta que en su momento les tocó reseñar a don Pepe Chafik y Marcelino Miaja (qepd), ex propietarios de la divisa, respecto a los toros que se lidiaron en la Monumental de Monterrey y que dieron al traste con las ilusiones de triunfo de la terna que ayer inauguró el Serial taurino 2012.
Hace apenas un par de meses reseñamos la primera corrida que con el hierro recien adquirido de San Martín se habia lidiado precisamente en esta plaza y que, a decir por el juego que dieron entonces prometía haber sido una gran adquisición.
Es probable que el juego de aquellos y estos no sea lo suficientemente contundente para hacer un análisis, pero sí para pensar el porqué algunos de los que se lidiaron hoy acusaron esa falta de casta y bravura que requiere un toro para embestir, pues para muestra el primero que le tocó en suerte a Eulalio López "Zotoluco", que en lugar de ir hacia adelante a la muleta, buscaba hacia atrás las tablas, lo que en terminos taurinos llamamos "recular".
Otro, como el segundo para Sebastián Castella no se empleó a la muleta y evidenció cómo el torero europeo no se sintió confiado ante las embestidas,a veces bruscas, otras ásperas del ejemplar de San Martín.
Cierto que los varilargueros Ángel Juárez, en dos ocasiones y Moisés López, en una, fueron derribados de sus cabalgaduras, pero esto obedece también al sitio en que sucedió el embroque con la res y no tanto a una bravura que no mostró tener en el último tercio de la lidia.
Ante semejante preambulo, no hay mucho que resaltar de la corrida que completó en el cartel el aguascalentense Juan Pablo Sánchez, quien con lo mas potable de un encierro justo y engañoso en el peso anunciado, abrió formalmente la mini temporada regia.
De Zotoluco es bueno resaltar esas ansias de querer triunfar a pesar de las adversidades de sus enemigos pues, como la figura mexicana que es, había que defender el sitio ante esos dos jovenes, uno consagrado y otro en vías de emular a pasos agigantados las hazañas de los que le preceden en la tauromaquia.
De Castella, su garra, valor y tenacidad de a base de sobar, arrancar los muletazos a ese primero suyo con el que estuvo muy por encima de las condiciones y al que acabó haciéndole fiestas en un trasteo pausado y con clase.
Lástima suya que con la toledana estuvo errático y se dejó ir el triunfo. El segundo de su lote, como ya lo apuntamos, no "jaló" y ahí terminó la ilusión del galo.
Juan Pablo fue a la postre quien se llevó lo mas potable en el sorteo y en ambos regaló dos faenas embraguetadas, con aroma de torero caro, en muletazos en redondo que dulcificaron la acida tarde de sus alternantes, que estuvieron mucho muy por encima de sus enemigos que les tocó en suerte.