Hace apenas tres domingos me encontré con Mariano Ramos en la Plaza México. El maestro iba entrando a un palco. Se detuvo, me saludó más afectuosamente que nunca y me contó que había sufrido desprendimiento de retina tras ser golpeado por el palo de una banderilla durante una reciente corrida, lo cual informé a ustedes en la columna antepasada.
Me habló de usted. "¿No quedamos hace mucho tiempo en hablarnos tú?", le reviré cordialmente. Me quedo con su calidez y con esa actitud entrañable, él que siempre fue tan secote. La noticia de su muerte me ha impactado.
Un par de recuerdos
Mayo de 1993. El diestro de La Viga fue a Madrid a pasar aceite con una corrida espeluznante de Murteira Grave. El día anterior, el equipo Atlante había salido campeón del futbol mexicano después de 46 años de sequía. Recuerdo que en pleno patio de cuadrillas de Las Ventas, Mariano me soltó sorpresivamente: "¡Estoy contento porque has de saber que soy atlantista!". Su comentario rompió por un instante la alta tensión previa a lidiar una corrida tan dura. Fue, por cierto, la última vez que participó en la Feria de San Isidro.
Poco tiempo después, tras la publicación de un suplemento sobre su vida torera en Ovaciones, su apoderado Pepe Abedrop promovió una comida con el diestro en el restaurante Pardiño’s de Insurgentes Sur. Todo fluyó amablemente pero al poco rato, Mariano empezó a reprocharme los elogios, según él excesivos, que les dispensaba a los toreros extranjeros en la televisión. Pasaban las horas, pasaban los tragos, y el buen Pepe ya no sabía dónde meterse. "Mariano, se trataba de agradecerle, no de reclamarle", se desgañitaba. Esa tarde, no sólo las gargantas sino también los manteles y hasta la silla de ruedas de Pepe terminaron empapados. Ahora recuerdo la anécdota con simpatía y sincero afecto hacia el torero-charro.
Su tauromaquia
Continuador natural del estilo de Joselito Huerta, Mariano se me figuraba un platero que trabajaba sus piezas en la penumbra del taller, sin ambicionar colocarlas en las joyerías de moda. Cumplió con su deber austeramente, con discreción, sin parecer inmutarse ante las sorpresas de la lidia, que a cualquier otro le romperían el esquema. Conoció perfectamente el toreo y lo llevó delante con facilidad y aplomo.
Torero antidramático de extraordinarios conocimientos técnicos, con la muleta fue un maestro de incalculable poderío. La reciedumbre de sus derechazos y naturales, su valor seco y sereno, representaron una atractiva opción alterna, en tiempos en que Manolo Martínez, Curro Rivera y Eloy Cavazos ponían sus nombres y apellidos a toda una época del toreo mexicano. No resultaba raro, por tanto, que surgieran apasionados marianistas, quienes tuvieron el privilegio de disfrutar la capacidad del torero de la Magdalena Mixhuca con "Abarrotero", de José Julián Llaguno, o con "Azucarero", de Tequisquiapan, a los que cuajó a placer en la Plaza México.
La hazaña de "Timbalero"
El número de sus partidarios creció exponencialmente en el momento mismo en que rubricó su estremecedora hombrada ante el complicadísimo "Timbalero", de Piedras Negras, el 21 de marzo de 1982 en la Plaza México, la tarde en que le dio la alternativa a Felipe González, en presencia del francés Nimeño II.
El lunes pasado presentamos esa faena de culto en "Toros y Toreros", junto con una entrevista que Julio Téllez le realizó hace cinco años. Con doblones sometió al peligroso burel tlaxcalteca, antes de jugarse la vida, literalmente, en cada muletazo. Picoso, con genio y la cabeza suelta, "Timbalero" volvía sobre las manos y tiraba gañafonazos. Al final de las tandas se ve a Mariano resoplando. Con técnica y redaños, se impuso cabalmente al temperamento del toro.
Aquí hay un torero
Mariano dejó un discípulo interesantísimo: Juan Luis Silis. Con tan sólo 13 corridas en 3 años y medio como matador de toros, Silis dio la gran sorpresa durante la corrida del domingo pasado en Pachuca.
Es un torero muy rescatable, a sus 30 años de edad. Hace mucho tiempo que no veía torear con el capote como lo hizo Juan Luis. Después, con la muleta, realizó una faena cinco estrellas. Tiene muy buen concepto, se coloca perfectamente, sabe estructurar las faenas, es vertical y tiene el toreo en la cabeza. Aprovechó las grandes prestaciones que brindó el toro de la ganadería de Caparica. Silis vale más que 10 toreros juntos, que inexplicablemente reciben más oportunidades.
Minutos antes, Ricardo Rivera había salido bien librado del compromiso que significó enfrentar un toro bravo y exigente, por consiguiente complicado, de la ganadería de Cerro Viejo, que le pidió el carnet al diestro colombiano. El toro bravo que nos emociona a los aficionados no necesariamente es aquel que se puede torear a placer.
Atractivo experimento
La corrida de concurso de ganaderías fue interesante de principio a fin. Y es que luego resulta refrescante ver ejemplares de vacadas diferentes a las de costumbre. Sobre la arena de la plaza "Vicente Segura" se dibujó el "ojo de cerradura" que se utiliza en este tipo de festejos en Bilbao. Es la zona donde debe moverse al picador para recibir en rectitud las arrancadas de los toros desde las distancias media y larga.
La idea fue buena, el sistema perfectible. Alejandro Silveti hace notar que los diestros debieron alternar en quites, mientras que Xavier González Fisher observó demasiados capotes en el ruedo que "tocaban" a los astados durante la suerte de varas. En el País Vasco existe un reglamento para este tipo de corridas. Establece que "la dirección de la suerte de varas la llevará el ganadero, que ocupará un lugar próximo al ruedo". Puntualiza también: "Será condición imprescindible que todo toro que opte al premio reciba tres puyazos y en caso de un cuarto encuentro, el picador podrá señalar el puyazo con el regatón".
La Fiesta, a través de la lectura
Falleció don Luis Ruiz Quiroz. Tuve el honor de contar con su valiosa colaboración durante muchos años en la sección taurina del periódico Ovaciones.
Fundador de los Bibliófilos Taurinos, fue un auténtico devorador de libros, un hombre culto, abogado reconocido y minucioso estadístico. Se dedicó a reunir una cantidad impresionante de efemérides y curiosidades relacionadas con la Fiesta de toros. Un señor prudente, atento, de hablar pausado, siempre dispuesto a aportarle cosas al toreo.
Nuestro pésame a su esposa Lourdes Gutiérrez y a sus hijos.
En camino
El gran Paco Camino vendrá a México el mes próximo para recibir un homenaje organizado por Juan Arturo Torres Landa, empresario de la bella plaza de Provincia Juriquilla, Querétaro. El maestro de Camas se encuentra en buen estado de salud. Está por cumplir 72 años de edad.
Más del petardo
Indagando sobre los entresijos del espectáculo tercermundista del 28 de septiembre pasado en Querétaro, me encuentro con que días antes el juez Raúl Sáinz rechazó uno de los toros de La Estancia (que sin embargo acabó apareciendo en sexto lugar). Se quedó corto: debió haber echado para atrás todo el encierro.
Terminado el sorteo, Manolo Tirado se identificó con las autoridades como el veedor de las corridas de Enrique Ponce. Así que fue Tirado quien empinó al valenciano y por ende, a su alternante. ¿Escoger una corrida bien presentada para un mano a mano con tantos reflectores es mucho pedir?