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La México premia el ánimo de Ortega (video)

Domingo, 15 Ene 2012    México, D.F.    Jorge Raúl Nacif | Foto: Sergio Hidalgo           
Cortó la única oreja del festejo
El tlaxcalteca Rafael Ortega cortó la única oreja de la decimoprimera corrida de la Temporada Grande en La México, luego de una tarde en la que demostró mucha determinación para buscar el triunfo, mientras que Angelino de Arriaga dejó un grato sabor.

Fuerte la tormenta que se desató desde el paseíllo y durante toda la lidia del primero de la tarde. El ruedo quedó en malas condiciones, pero los monosabios hicieron un gran trabajo para repararlo con serrín y, con un público empapado pero ávido de toros, saltó al redondel el primero del lote de Rafael Ortega, que dejó ver sus intenciones desde los lances iniciales.

Un poco inseguro por el estado del ruedo, cubrió con mérito el segundo tercio y, ya con la franela, entendió bien las embestidas de un ejemplar al que, aunque le faltaba un punto de transmisión y era un tanto tardo, acudía con nobleza. Poco a poco, Ortega se fue templando en los trazos por derecha hasta conseguir muletazos que calaron en los tendidos, logrando torear en redondo.

La faena terminó por romper en una magnífica tanda por el pitón izquierdo, pues los naturales tuvieron limpieza y resultaron tan largos como templados. Con determinación se fue tras el acero y dejó una estocada ligeramente caida que fue fulminante aunque, como causó derrame sanguíneo, algunos aficionados le pitaron la oreja concedida tras la mayoritaria petición.

Con la misma decisión enfrentó a un ejemplar de La Punta que salió el ruedo haciendo cosas de corraleado, sustituyendo al segundo de su lote que, tras rematar con fuerza en un burladero, se partió el pitón por la pala, lesión que el público advirtió pero que el juez tardó en percibir.

Con oficio y conocimiento, Rafa fue metiendo al toro en el capote, mostrándole el camino para terminar dibujando tres bellos delantales. Volvió a colocar banderillas, destacando un par al violín, y estructuró una faena alegre que tuvo muletazos variados, en la que también pudo correr la mano con despaciosidad.

Interesante labor la del tlaxcalteca, que perdió la posibilidad de tocar pelo debido a que la estocada fue defectuosa. Sin embargo, el público le reconoció con una cariñosa salida al tercio.

Angelino de Arriaga confirmó el doctorado y lo hizo en medio de un aguacero torrencial. A pesar de esta circunstancia, dio muestra de su calidad como torero y dejó momentos de una gran belleza ante un toro que tenía poca fuerza pero gran clase y lentitud en sus embestidas, así como nobleza.

Este joven valor mexicano consiguió muletazos de mucho temple por derecha, el mejor pitón del ejemplar, así como detalles de gran torería en lo que fueron un par de trincherazos y un pase del desdén. Lástima que falló con la toledana, pues bien pudo haberle cortado una oreja a este toro.

El sexto de la tarde fue el lunar del encierro, pues desde el primer tercio se quedaba corto y llegó a la muleta punteando, defendiéndose y con medias embestidas. De Arriaga manifestó que va desarollando el oficio y tiene recursos, pues resolvió adecuadamente la papeleta.

El moreliano Fernando Ochoa, que salió con medias negras, enfrentó a dos ejemplares manajebles, aunque sin mucha transmisión. Y aunque demostró que está puesto y domina la técnica, le costó gran trabajo conectar con el tendido en ambas oportunidades; es cierto que dejó trazos de buen acabado, limpios y elegantes, pero con poco eco de cara a los aficionados.

Su primero terminaba con la cabeza a media altura, mientras que su segundo, que le dio una voltereta, fue desarrollando sentido y terminó con poco recorrido. Y así, en medio del esfuerzo desplegado pero sin conectar, fue pitado en ambos ejemplares con algunas palmas entreveradas.

Ficha
Plaza México. Decimoprimera corrida de la Temporada Grande 2011-2012. Unos siete mil aficionados en tarde lluviosa y con frío. Cinco toros de Arroyo Zarco, bien presentados y manejables en términos generales, y uno de La Punta, que sustituyó a un ejemplar del hierro titular que se despitorró, y que fue toreable. Pesos: 495, 500, 490, 500, 493 y 502 kilos. Rafael Ortega (sangre de pichón y oro): Oreja con leves protestas y ovación. Fernando Ochoa (blanco y pasamanería negra): Pitos en su lote. Angelino de Arriaga (blanco y plata): Ovación y palmas. Angelino confirmó su alternativa con el toro "Misionero", número 213, con 495 kilos.


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