El rejoneador portugués Victor Ribeiro logró la actuación más seria y completa del festejo de rejones y forcados de esta tarde en la plaza Santa María, siendo su faena al cuarto el pasaje de más interés de la tarde, ya que se conjuntó con una buena pega del grupo de forcados, también portugueses, de Alcochete, así como el final de la lidia del astado corrido en ese lugar, que terminó empujando.

La lidia del de Riaño comenzó muy fría, sin enterarse del caballo y embistiendo a oleadas, solo con arreones. Y fue en banderillas cuando, tras clavar una de ellas, Victor Ribeiro aprovechó un arreón para encelar al astado y llevarlo a la grupa dando una vuelta al ruedo con la mano prácticamente en el testuz. Así repetiría la dosis en alguna banderilla más, incluso intentando rematar la salida con alguna pirueta.

Llegaría con fuelle éste cuarto al momento de la pega, que hay que apuntar que fue lograda con mucha pureza, dando las ventajas al toro y dejando que éste viniera de muy largo. Ovación de gala y el caballero portugués habría de aprovechar el empuje con que terminó el de Riaño para cerrar con tres banderillas cortas que despertaron el entusiasmo en el tendido, antes de dejar el rejón de muerte en colocación baja pero que resultó efectiva. Dio vuelta al ruedo tras petición de trofeo que fue negado, siendo acompañado por el forcado de cara del grupo portugués.

En su primero, que siguió las cabalgaduras pero al que le faltó gas, estuvo aseado para escuchar palmas, al igual que el grupo de Forcados de Alcochete que lograron una buena pega.

José Ignacio Corral tuvo una actuación dispar, estando bien en su primero, que tuvo tendencia a tablas y con el que mostró una buena monta, mientras que a su segundo lamentablemente lo lesionó al clavar un rejón en posición muy baja y afectando el movimiento de una de las patas delanteras, a pesar de lo cual el de Riaño tuvo voluntad de acudir a las cabalgaduras y empujar en la pega. Lamentablemente a partir de ese momento la faena careció de interés, por lo cual resultó incomprensible que se colgara de la buena pega de los Forcados de Querétaro para dar una insulsa vuelta al ruedo.

Los Forcados de Querétaro, que actuaron en los astados de José Ignacio Corral, lograron dos muy buenas pegas, sobre todo la segunda de un gran mérito del forcado de cara.

En el mismo tenor Rodolfo Bello tuvo una actuación que tuvo un cierre de pena. Posee una gran cuadra, aunque limita a las cabalgaduras al no ajustarse a los toros. En su primero, que resultó distraído y en el que dejó detalles, se despidió el forcado queretano Jano Fernández, que pegó en un grupo al alimón formado por forcados de Querétaro y Mazatlán, al haber sido miembro de ambos grupos. Al finalizar la lidia Rodolfo Bello se dio la vuelta por su cuenta acompañando a Jano.

Su segundo de Riaño fue a más, y solo destacaron sus intentos de clavar al quiebro en banderillas. Lamentablemente se puso pesado con el rejón de muerte y descabellos, escuchando dos avisos y terminando con una rabieta impropia de quien intenta ser profesional, haciendo aspavientos y cortes de manga quién sabe a quién en el tendido. Ya lo decíamos, de pena.

En éste, los Forcados de Mazatlán completaron en dos intentos la pega, meritoria aunque sin el brillo de sus compañeros.