El acero priva de un triunfo a Valente (video)
Domingo, 18 Sep 2011
México, D.F.
Jorge Raúl Nacif | Foto: JRN
Y todo quedó en dos ovaciones desde el tercio
Alberto Valente pudo haber logrado un triunfo de categoría esta tarde en la Plaza México, pero el mal uso de los aceros le impidió cortarle una oreja a cada uno de sus novillos, de tal suerte que, lo que pudo ser una salida en hombros, quedó en un par de sinceras ovaciones desde el tercio.
No cabe duda que el torero norteño ha retomado su carrera a buen nivel, pues demostró interesantes cualidades en el redondel. Con ansias de novillero, cubrió el segundo tercio ante el primero de su lote, un burel que no estaba sobrado de fuerza y acudía deslucido a los engaños; Valente le supo ser paciente y, llevándolo muy toreado, dibujó muletazos con largueza y temple, sobre todo al natural.
También instrumentó destacados trazos por derecha, con clase, y aunque la faena no pudo ser lo ligada que se hubiera deseado, le tenía cortada la oreja en caso de no haber fallado con la toledana. Reconociendo lo desplegado en la arena, el público lo llamó a saludar desde el tercio.
El sexto de la tarde tuvo una salida alegre y Alberto lo recibió con un farol de rodillas en el centro del ruedo, para ligarle después un segundo y darse a torear por chicuelinas, metiéndose al público en un puño. El de Rodolfo Vázquez mostró fijeza en los primeros tercios y acudía con alegría, pero comenzó a sosear en la faena de muleta, la cual le brindó al grupo de monosabios, en recuerdo de Salvador Hernández y reconociendo su importante función en un festejo.
A pesar de estas condiciones, y de ahogarlo un poquito, el novillero le insistió y obtuvo su recompensa, pues muy quieto logró la dosantina y un par de circurrets, suertes que le fueron aplaudidas con fuerza. Sin moverse de los terrenos del ejemplar, pegó naturales de bella factura, aguantando mucho y alargando lo más posible el trazo.
Rubricó toreando por alto y remató con un bello muletazo de la firma. Y de nuevo la misma historia, pues se dio a pinchar una y otra vez, perdiendo así la posibilidad de tocar pelo pero llevándose el cariño de un público que seguramente volverá a verlo con gusto.
Mala suerte tuvo Paulo Campero, pues sufrió una cornada en la cara posterior del muslo derecho cuando intentaba torear al natural a un ejemplar incierto desde salida y que calamocheaba. El chaval adelantó un poco la suerte y ahí el novillo le pegó el "tabaco", siendo operado en la enfermería de la plaza luego de dar muerte al astado.
Una tarde para olvidar tuvo el veterano Rodrigo Hernández, que no mostró esa actitud, esa garra que se espera siempre de un novillero. Es cierto, los dos ejemplares de su lote poco se prestaron para algo grande, pues su primero tenía escaso recorrido y su segundo fue muy deslucido, pero el diestro no mostró mayores argumentos más que para cumplir.
Por causas y azares le tocó lidiar al que le hubiera correspondido en segundo sitio a Paulo Campero, un novillo bonito de hechuras, las cuales correspondieron en juego. Y es que a pesar de ser un poco tardo y débil de remos, tenía nobleza y metía la cabeza con temple, virtudes que provocaron que un sector del público tomara partido por él y le pitara al novillero, que tras una voltereta no logró entenderlo y su labor terminó por resultar tediosa, aunado al viento que molestó de continuo
Ficha Plaza México. Novena novillada de la Temporada Chica. Unas 2500 personas en tarde calurosa, con algunas ráfagas de viento. Novillos de Rodolfo Vázquez, bien presentados pero descastados en general, salvo los corridos en 5° y 6° lugares, que resultaron manejables. Pesos: 400, 403, 365, 396, 403 y 373 kilos. Rodrigo Hernández (grana y oro con remates negros): Silencio en su lote y pitos en el que mató por Campero. Paulo Campero (olivo y azabache): Palmas tras aviso en el único que mató. Alberto Valente (verde botella y oro): Ovación y ovación tras aviso. Inciencias: Tras el paseíllo, se rindió un minuto de aplausos a la memoria del monosabio Salvador Hernández. Paulo Campero fue herido en el segundo de la tarde quien presenta una cornada en la cara externa del muslo derecho con una trayectoria hacia adentro y arriba de 15 centímetros, que llega hasta el fémur, lesionando aponeurosis y músculos de la región; fue operado exitosamente en la enfermería del coso y será controlado como externo.
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