Angelino de Arriaga consiguió iniciar el 2011 con un triunfo de tres orejas en el primer festejo del año en la plaza Santa María, demostrando buenas maneras y un concepto diferente, y claro, intentando aprovechar a su manera el lote más manejable en su conjunto del encierro de Celia Barbabosa.
Destacó el primero de su lote, un novillo que tuvo una lidia de menos a más y que terminaría recibiendo el homenaje de la vuelta al ruedo. De salida se mostró un tanto incierto y Angelino lo supo meter de manera efectiva en el capote. Lo mejor vendría en el último tercio, ya que el de Celia Barbabosa mostró las excelentes condiciones que tenía por el lado derecho, con clase y transmisión, que le permitieron al tlaxcalteca cuajar muletazos largos por ese lado, destacando también los remates con el de pecho, llevando muy toreada la embestida. Por el lado izquierdo el novillo tuvo recorrido aunque menos transmisión que por el derecho, aún cuando también obedecía los cites con prontitud.
Vistió las series regustándose en los muletazos y esbozando detalles originales en los remates, si bien en la parte final del trasteo perdió un poco el ritmo y en lugar de seguir toreando intentó caminarle al novillo, cosa no fácil, sin mucha limpieza y quizás con ello decayó ligeramente el trasteo. Tras una ligera y desproporcionada petición de indulto, que no fue atendida, se tiró tras la espada dejando una estocada entera y ligeramente desprendida que fue suficiente para que fueran a parar a sus manos las dos orejas y el homenaje de la vuelta al novillo.
En el que cerró plaza, al que realizó un buen quite por chicuelinas, volvió a dejar detalles de su particular estilo y muletazos sueltos por el potable pitón derecho del novillo, al cual remató con un espadazo fulminante que hizo aparecer nuevamente la petición en el tendido, cortando con ello su tercera oreja del festejo. Fue izado en hombros.
Fernando Labastida lo intentó ante los novillos que le correspondieron en su lote, aunque estuvo toda la tarde sumamente errático con la espada. En su primero, que de salida resultó incierto, y con el que posteriormente iniciaría su faena de muleta con un pase cambiado por la espalda, mostrando valor, intentó sacar partido aunque hubo que hacer uso en muchas ocasiones del descabello para poder concluir su labor. Su segundo tuvo un lado derecho deslucido y embestía rebrincado por el izquierdo, por lo que tuvo pocas opciones de lucimiento. Lamentablemente nuevo mitin con la espada para escuchar dos avisos.
El francés Patrick Oliver no logró asegundar el triunfo obtenido un par de semanas atrás, en buena parte debido al deslucido comportamiento de los novillos que le tocaron en suerte. Lo más destacable una buena serie de muletazos con la derecha en su primero, que se vino abajo y al que remató con una estocada caída para escuchar algunas palmas. Su segundo, fuertemente castigado, resultó otro novillo deslucido y además con peligro. Fue silenciado tras estar empeñoso y concluir el trasteo de tres cuartas partes de acero en colocación trasera, que sin embargo fue suficiente.
Abrió plaza el rejoneador Rodolfo Bello, que tuvo una actuación gris. El novillo de Gonzalo Yturbe mostró grandes condiciones mientras duró, persiguiendo con codicia las cabalgaduras, las cuales alcanzó más de una vez. Lamentablemente recibió un rejón de castigo infame, arriba de la mano izquierda, que destrozo músculos y un pulmón (de acuerdo a los análisis post-mortem); tras este fallo el novillo aún aguantó tres banderillas y se echó, comprensiblemente, tras lo cual debió ser apuntillado. Los Forcados de Querétaro vieron con frustración la escena, que finalmente impidió que pudieran actuar.