Hace una década murió Eduardo del Villar, cabo de los Forcados Hidalguenses, como consecuencia de la cornada que sufrió en la plaza de toros artesanal de Seybaplaya, Campeche, donde el sobrino de Gerardo del Villar, fundador del grupo de valientes forcados del que "Edu" formaba parte.

Esa tarde del 18 de mayo de 2014 acompañaban al rejoneador Emiliano Gamero, quien toreó a lado de Federico Pizarro, lidiando toros de la ganadería de Zacatepec, encierro que fue remendado con un ejemplar de Rancho Seco, de nombre "San Isidro Labrador", que fue el causante de la cornada al joven hidalguense.

Eduardo había nacido en el entonces Distrito Federal, el 3 de abril de 1987, aficionado por herencia familiar a los toros y decidido a ser forcado del grupo formado por su tío, que también había sido cabo de los Forcados Mexicanos.

Su debut taurino fue el 12 de octubre de 2005 en la plaza de toros de Santa Clara, en el Estado de México. En su carrera taurina, siendo parte del grupo de Forcados Hidalguenses, llegó a tomar parte en corridas que eran encabezadas por el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza y el matador Julián López "El Juli".

El día de la tragedia, los infortunados forcados no habían logrado pegar al toro de Rancho Seco en el primer intento, por lo que Eduardo se dispuso a enfrentarlo yendo a la cara, en el segundo intento. Pero, en el encuentro, toro encontró el muslo de Eduardo y le ocasionó la rotura de la arteria iliaca de la pierna izquierda, por lo que murió poco después en un hospital de Campeche, como consecuencia de la hemorragia.

A diez años de esta tragedia, hemos querido recordar al carismático "Edu", que vivió apasionadamente, siempre en torero, y con la vocación del forcado, al que representó con hombría y entrega.